Brooklyn

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Content

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Brooklyn
by Oriana
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Capítulos
1. Calor 1
2. Calor 2
3. El azúcar de la paz
4. Almuerzo
5. Máscara
6. Conociéndose
7. Oscuridad
8. Cobijo
9. Despertador
10. Casi
11. Inevitable
3
12.
13.
14.
15.
16.
17.
18.
19.
20.
21.
22.
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Broma Pesada
Determinación
Pasión
Juntas
Promesa de navidad
San Valentín
Bañera
Bajo el mismo techo
Angustia
Verdad
Explicaciones

23. Interrupción
24. Cuñada
25. Decisión
26. Familia
27. El Regreso
28. Historia
29. Búsqueda
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Capítulo 1
Calor 1
La mañana se presentaba calurosa, propia del verano, mientras conducía
hasta la casa de su compañero, la Detective de Homicidios Darla Hernández
acompañaba el calor y ajetreo con el sonido de salsa en su radio, mientras
se abría paso por las calles dando golpes rítmicos en el volante de su coche.

Con cada giro en las calles que la acercaban a su destino, el ritmo de la
música se intensificaba en su cuerpo, empezaba a cantar y a mover sus
hombros, hasta que llego a una casa modesta en los suburbios de Brooklyn,
se estaciono afuera mientras un hombre de aproximadamente 35 años salía
de la misma, era alto caucásico de cabello castaño muy corto, vestía una
camisa color azul y unos pantalones negros. Al entrar al coche se
estremeció por lo alto de la música.
-¡¡¡¡Dios!!!! ¿Puedes bajar el volumen? – aturdido por el sonido.
-Bueno, alguien esta de pésimo humor esta mañana- bajando el sonido de la
música - y ¿Qué tiene tu coche, ahora?
-Sí, de pésimo humor, tiene lo de siempre…¡¡TODO!!- entrando al asiento y
abrochándose el cinturón de seguridad.
-Te lo dije, ese coche es una basura… quémalo y compra otro – acelerando
el coche para salir a las calle nuevamente.
-No sabes cómo me gustaría quemarlo – suspirando- ¿Vamos a Manhattan?volviendose a ver a su compañera.
-Sí, tal vez Sabrina tenga algo de información para el caso. – Volviendose a
ver la sonrisa picara de su compañero- no empieces con lo mismo.
-Yo no he dicho nada, por cierto ¿conociste a la nueva Fiscal de Distrito
ayer?- desapareciendo la sonrisa inicial.
-Sí, ¿por qué?-girando levemente para ver a su compañero con extrañeza
por la pregunta realizada.
-Bueno, me parece realmente algo pretenciosa, ¿a ti no? -Abriendo su
ventanilla para que entrara el aire caliente de la calle, pues ya empezaba a
sudar.
-Me parece igual que todos ellos, es decir igual que Johnson, todos son
arrogantes y hacen su gloria con nuestro trabajo.
-Tienes razón, todos son iguales, allí hay espacio para estacionar señalando un espacio frente a la calle donde se encontraba un lujoso
restaurant.
Una vez ahí, se bajaron del coche, llegaron hasta la puerta del restaurant y
a pesar de estar cerrado, en su interior habían personas trabajando,
preparándose para el medio día, una joven observo a dos de personas
afuera; un hombre de camisa azul y una mujer de aproximadamente 33
años de cabello negro liso a la altura de sus mejillas y piel ligeramente
tostada, de camisa ¾ color verde claro y pantalón negro, con una placa y un
arma colgada en su cintura. Los reconoció de inmediato.
-Buenos días Detectives, ¿están buscando a la señora Sabrina? _ abriendo la
puerta.
-Sí - Darla haciendo señas a su placa - ¿ella se encuentra?
-Sí, enseguida la llamo, pasen por favor, ¿quieren algo de tomar?, hace
mucho calor este día - girando señalándole una mesa a los detectives para
que se sentaran.
-Un vaso de agua fría sería perfecto - indica el hombre.
-Enseguida lo traigo – desapareciendo en la puerta al fondo del lugar.
Luego de unos minutos salió una mujer muy sensual de unos 34 años, vestía

unos jeans ceñidos a su curvilíneo cuerpo y llevaba una
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camisa gris que caía de manera diagonal por uno de sus hombros, pues el
diseño así lo permitía, sus zapatos de tacón muy alto; su cabello era castaño
claro y caía en sus hombros en forma de capas, tenía los ojos
profundamente verdes y contrastaba con su piel bronceada. Se acercaba
mientras los detectives terminaban sus vasos de agua de pie junto a una de
las mesas, no pudo evitar sonreírles a ambos, para luego fijarse en la mujer.
-Esta debe ser la mañana más especial de la semana….¿qué te trae aquí, mi
querida detective? - arqueando una de sus cejas al pronunciar la última
frase, para colocar sus manos en la cintura y observar pícaramente a la
Detective Hernández.
-Buenos días Sabrina, no sé si es especial, pero… ¿sabes lo que me trae
aquí? Información, debido a que alguien murió - colocando el vaso en la
mesa, correspondiendo la sonrisa.
-Es triste que vengas cada vez que alguien muere…podemos vernos en otra
ocasión para variar.
-Eso no sucederá, ¿puedes ayudarnos?- preguntando y notando como su
compañero sonreía a la situación en desarrollo.
-Ummm, está bien…pero quiero dejar claro que te ayudo a ti solamente.
-¿Quieres qué te espere afuera?- preguntó el hombre al notar que no era
bienvenido.
-Sería magnifico Detective Crowe - Sabrina sonreída a la idea.
-No creo que sea necesario, vamos Sabrina ayúdame - observándola
seriamente, estableciendo que el juego había acabado.
-Bueno ¿Qué quieres saber?
-Una joven murió ayer, no era de las calles; estaba pulcramente vestida,
tendría cerca de 20 años.
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-Te puedo decir que últimamente hay jovencitas que quieren entrar en el
negocio, lo que pasa es que van solas.
-¿A qué te refieres?, ¿no tienen chulos?- la detective con extrañeza.
-Exacto, a las mujeres como yo no nos afecta, puesto que estamos
establecidas, no tenemos administradores y nuestra clientela es selecta,
pero estas chicas, pues…. digamos que ellas van a la deriva - cruzando sus
brazos en su pecho.
-No hay clientela selecta en Brooklyn - aclara Crowe.
-¿Usted cree detective?, yo daría otra mirada, además estas chicas creen
que vistiéndose diferente logran escapar de la competencia.
-Está bien, gracias por tu ayuda Sabrina, es siempre un placer despidiéndose de manera amable de la sexy mujer, pero casi de inmediato
otra la mujer se acerco peligrosamente a su cuerpo y deslizo su mano
derecha hasta su rostro y lo acaricio desde la oreja hasta su barbilla.
-Sabes detective, yo realmente te haría sentir el placer de una visita mía.
-Por favor, deja eso de una vez - apartando a la mujer sobre ella-. Gracias

por tu ayuda - partiendo del lugar.
Al entrar en el coche su compañero no pudo evitar hacer un comentario por
lo sucedido en el restaurant.
-Sabes, si yo tuviera a esa mujer a mis pies no lo dudaría ni un segundo sentándose y abrochándose el cinturón de seguridad.
-Yo no la tengo a mis pies, es solo un juego Richard - encendiendo el coche.
-Déjate de decir tonterías, tu le gustas y mucho.
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-Bueno, entonces es una pena para ella que a mí no me gusten las mujeres empezando a conducir
-¿Segura que no te gustan?, pues como la tratas cada vez que venimos
parece que sí.
-Claro que no me gustan, ¡estás loco!… la trato así para que siga dándonos
información es todo - mostrando un semblante duro por lo dicho por su
compañero.
-Está bien, pero esa mujer esta buenísima…vamos a la estación a ver la
cochepsia y revisar que clientela selecta hay en Brooklyn - abriendo su
libreta para tomar las notas del informante.
-Ya me dirijo para allá - adentrándose en el puente de Brooklyn.
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Capítulo 2
Calor 2
En la entrada de la estación de policía se encontraba la nueva Fiscal de
Distrito, sentía la pesada y calurosa mañana a sus espaldas, tomo un respiro
muy profundo para iniciar su ascenso por las escaleras principales. En el
trayecto observaba el ajetreo y movimiento de su nuevo trabajo, oficiales
salían corriendo y otros entraban con detenidos, un profundo olor a orines la
inundo, le provoco arqueadas, pero de inmediato cerro sus ojos
concentrándose en un solo pensamiento “no puedo perder la compostura
hoy”, apretó con fuerza sus puños y siguió su trayecto. Entro y se dirigió a
los ascensores, marco su piso sintiendo alivio al cerrarse las puertas y con
ello el sonido estruendoso procedente de la entrada de la estación.
Al salir de su pequeño cofre protector sintió nuevamente el bullicio de la
mañana, las oficinas de los detectives estaban a tope, llamadas telefónicas,
personas conversando, otras discutiendo; salió y se fue directamente hasta
la oficina al fondo, ésta era el área de APARTAMENTO legal, aquí el ruido de
afuera mermaba un poco, llego hasta la que sería su oficina, entro cerrando
la puerta y se desplomo en la silla del escritorio.
-Hey, chico, ¿sabes sí llego la Fiscal Morris?- pregunto un hombre guapo de
traje a un joven becario que se encontraba en un pequeño escritorio a la
entrada del APARTAMENTO legal.
-Buenos días Sr. Johnson, sí, ella acaba de llegar, se encuentra en su oficina.
-Ok, gracias.
Cuando entro a la oficina, sonrió al ver a la fiscal recostada en su silla con
sus ojos observando al techo y su cabeza hacia atrás, ella era una mujer

rubia de intensos ojos azules, cabello en capaz que caían hasta después de
sus hombros, llevaba una camisa de seda muy fina de color durazno y una
falda negra ceñida a su cuerpo de color negro.
-Buenos días, puedo darme cuenta que la mañana no inicia bien para ti notando al instante como sus palabras sobresaltaron a su colega.
-Nada bien a decir verdad, siento llegar tarde…pero hay mucho tráfico
desde Manhattan incorporándose en su silla.
-No te preocupes, pronto agarraras el ritmo de la ciudad, ayer me pase por
alto presentarte a nuestro Jefe de Medicina Forense.
-Bien, entonces vamos - levantándose de la silla, lista para ponerse en
acción.
En la oficina de medicina forense.
-Peter ¿dónde está mi cadáver?- entraba a la oficina del médico forense
Darla molesta al no encontrar respuesta de la cochepsia por parte de los
ayudantes
-¡Hey alto! Yo estaba primero - advierte un hombre de color de
aproximadamente 45 años.
-No me digas Don, mi cadáver está antes - enseñándole los documentos en
sus manos
-Chicos no discutan, denme un minuto, por favor - indica un hombre muy
blanco de mejillas rosadas y barba espesa gris, con prominente barriga.
-¿Un minuto?, te he dado más de 12 hrs, ¿qué sucede en este lugar? -Darla
batiendo sus manos en el aire.
-Mi cadáver está antes y déjame decirte que no tienes derecho de exigir tu
informe antes que los demás, mi caso es igual de duro que el tuyo y yo soy
el detective más antiguo –Don cruzando los brazos en su pecho.
Sabes algo, no me importa tu caso Don, me oyes con claridad, tengo a un
maldito chulo matando jovencitas en las calles.
-Pues a mí tampoco me importa tu caso, yo también tengo a un hombre que
mato a su mujer y a sus bebes mellizos – observando como la detective no
lograba articular palabra.
-¿Pero qué sucede?, los gritos se escuchan en todo el piso - Johnson
entrando a la oficina acompañado de su nueva fiscal, observando como Don
y Darla se enfrentaban, mientras que el médico se encontraba
tranquilamente recostado de su escritorio con los brazos cruzados sobre su
barriga.
-No me digas que viniste de paloma de la paz Johnson - Darla en tono
burlón, dejando a Don y al médico riendo a carcajadas.
-¡Muy graciosa!, sus gritos se escuchan en todo el lugar - reprochando el
comentario.
-No es nada que no hayas escuchado antes… además ¿Qué haces aquí? pregunta Don
-Estoy aquí para que Peter conozca a la nueva fiscal, doctor ella es Elizabeth
Morris, la nueva Fiscal de Distrito - dando paso a Elizabeth que se
encontraba detrás de él – Elizabeth, él es el doctor Peter Straatman.
-Es un placer - el doctor extendiéndole la mano a la bella mujer al frente.
-El placer es mío - Elizabeth estrechando la mano con el doctor esbozando

una sonrisa.
-Bien Peter, deja de babear y háblame sobre mi informe - Darla, observando
como el doctor se sonrojo al comentario emitido.
Podría tener un poco de respeto detective?
Elizabeth se volvió notoriamente molesta por el comentario
No he dicho nada que no sea cierto, eres bella y Peter esta babeand
la detective encogiéndose de hombros.
-¡Es realmente molesto su comentario!
-¡Vaya esto es increíble!, te molestan que te digan que eres bella, ummm
interesante, sabes Peter no babees no hay motivo, voy a subir y bajare
cuando la dama de hierro ya no esté… ¡Ahhh! y espero que tengas mi
informe - antes de partir dejando a todos sorprendidos.
-Escucha, ella no es así, solo está de mal humor, es todo - Peter de manera
afable - ¡Oh!, él es el Detective Donnie Mayer.
-Gracias doctor, pero ya nos conocimos ayer… además no se preocupe, esos
comentarios me tienen sin cuidado.
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Capítulo 3
El azúcar de la paz
Una vez que Darla llego a su puesto de oficina, se encontró con Crowe y el
Det. Tony Morielli, hablando en su escritorio, lo que la hizo sonreír.
-Hey, chicos.
-Tienes mala cara - indica Tony sonriendo.
-Eso se debe a que no esta lista la cochepsia y tu compañero estaba
alegando sus años de servicio para pasar sobre mí, sin contar que se
apareció Johnson haciendo de galán con la nueva fiscal - tomando asiento
en su escritorio.
Ambos detectives rieron ante la historia, pero luego observaron como los
involucrados menos el doctor, llegaron al piso. Don se dirigió hasta ellos,
mientas los fiscales siguieron su camino hasta sus oficinas.
-Hey, Darla, bonita manera de patearle el culo a la fiscal - Don acercándose
a sus compañeros.
-Fue ella la que empezó - alegando con asombro
-¿Qué coño hiciste Darla?- Preguntando Crowe con semblante serio
-Nada, Richard… y tenías razón esta mañana - asintiendo con la cabeza
-¿Qué hizo?- preguntando nuevamente Crowe pero dirigiéndose a Mayer
-Bueno le dijo que era bella y luego que era fea, para culminar con Margaret
Thatcher - sonriendo levemente.
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Tony reía a carcajadas por el suceso y Crowe observaba recriminado lo
sucedido a su compañera.
-No me mires así, yo estaba siendo amable, pero ella tomo todo por donde
no era, díselo Don - sonriendo también
-Bueno, es cierto, Darla fue amable a su modo, además solo estaba
bromeando con Peter, pero la mujer reacciono furiosa.

-¡Ves!.. Qué culpa tengo que ella sea más engreída que Johnson - dejando
claro su inocencia.
-No me importa, es fiscal y nosotros trabajamos con ellos, no conviene
tenerlos de enemigos, el Capitán nos arrancara la piel si eso sucede y lo
sabes - advirtió Crowe preocupado por lo sucedido.
-No te preocupes, yo lo solucionare.
Luego de su pequeña discusión, Darla estaba a la expectativa de toparse
con Morris y ofrecerle sus disculpas; luego de dos días su oportunidad llego,
la vio salir de su oficina y caminar hasta el área del café, que se encontraba
al final del piso justo al lado de las salas de interrogatorio, decidida a limar
asperezas se puso de pie y camino hasta el lugar, encontrando a la fiscal
tratando de ubicar las tazas y el azúcar. Sonrió a la escena, la mujer estaba
abriendo todas las puertas del lugar sin hallar su objetivo.
-Allí no va a encontrar lo que busca - haciendo que la mujer volteara
sobresaltada.
-¿Cómo sabe que busco?- pregunto arrogante.
-Yo soy detective, no lo recuerda… Usted busca las tazas, pero están aquí agachándose y sacando un pequeño vaso de anime de un cajón - tome.
-Gracias… bueno, hoy es más amable que la última vez que la vi percatándose del cambio de actitud y notando como la detective era
ligeramente más alta que ella.
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-Así es… por cierto quería disculparme por lo dicho…yo solo estaba molesta
por la cochepsia, no debí tratarla así - extendiéndole el azúcar en señal de
disculpa.
-Acepto sus disculpas, solo espero trabajar de la mejor manera con todos
vvosotros - aceptando el azúcar, pero justo cuando iba a pronunciar otra
palabra, sonó el teléfono de la detective.
-Hernández… bien, voy para allá, pídeme un chaleco mientras bajo, adiós terminando la llamada - lo siento debo marcharme, que tenga un buen día
Morris - saliendo apresuradamente del lugar.
-Gracias, igual detective - alcanzo a decir, sin embargo no pudo negar el
agrado que sintió por las disculpas ofrecidas.
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Capítulo 4
Almuerzo
Darla estaba en la oficina cuando se percató que era la hora del almuerzo,
repentinamente sintió el aroma delicioso a comida, instintivamente se
levanto de la silla y se elevo sobre la punta de sus pies para hacer un
barrido visual por todo el piso, al instante noto que Morris estaba de pie en
el puesto de Don y Tony, esbozo una sonrisa y decidió ver qué sucedía en el
lugar.
A su llegada se percato del origen del delicioso olor, Tony estaba con una
vianda de comida devorando literalmente el interior, Morris permanecía de
pie con una carpeta en sus manos, mientras que Don escuchaba

atentamente a la fiscal. Se acerco y observo que la comida de Tony tenía un
aspecto curioso.
-Hey chicos - saludando a todos, que asintieron con la cabeza en respuesta ¡Waooo Tony!… ¿no sabía que te gustaban los testículos de cordero?- Don se
carcajeo literalmente en su silla, mientras que Morris casi escupe una risa
estruendosa, pero se contuvo rápidamente volviendo a su frialdad
acostumbrada.
-¿Qué diablos dices?... ¡son albóndigas!
-¿Y por qué son tan grandes?- pregunto Darla sonriendo.
-Porque las hice yo - espeto Tony
-¿Y tu novia?- Don sorprendido por saber que Tony cocino.
-La deje… no sabe cocinar - comiendo otro pedazo de albóndiga.
-Bueno Tony… creo que no necesitas comer testículos después de todo Darla sonriendo y percatándose que Morris no emitía ningún comentario.
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-¿A qué te refieres?- Tony confundido por la pregunta
-Que tu nivel de testosterona es tan alto, que algún día detendrá tu
corazón… ¿Cómo puedes vivir con ese machismo?
-Mi testosterona esta perfecta… la mujer debe cocinar - aclaro.
-¿La mujer debe cocinar?... ¿en qué siglo vives?
-En el presente Darla.… ¿además de que hablas?... todos sabemos que te
gusta la cocina - con sarcasmo.
-Sí, me encanta cocinar - afirmo - me gustan los sabores de las diferentes
combinaciones que puedes crear… pero no reflejo mis complejos en la
cocina.
-¿Qué dices?- Tony confundido
-Bueno, es la primera vez que veo albóndigas tan grandes… no me dirás
que fue… ¿por qué las hiciste tú?- Don volvió a reír, sabia a lo que Darla se
refería, esta vez Elizabeth casi escupe otra risa al entender el comentario.
-¿Sí quieres te muestro mis testículos?- de manera soez, sin importarle la
presencia de la fiscal.
-No Tony, hoy no quiero ver canicas - riendo y haciendo a todos reír, esta
vez Elizabeth escondió su risa con los documentos en su mano.
-¡¿CANICAS?! - furioso.
-Sí, canicas…Tony… para mí, el hombre que despide una buena mujer sólo
por no cocinar… es un idiota… exactamente como tú – sonriendo.
-Darla tiene razón… eres un machista idiota - asevero Don.
-Váyanse a diablo los dos - levantándose furioso y marchándose del lugar.
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-Te felicito Darla, esta vez lo golpeaste duro - Don sonriendo.
-Bueno alguien tenía que hacerlo… Lo siento Morris, no debiste escuchar
esas palabras - aunque ella supo que la fiscal en el fondo se divirtió con
todo el episodio.
-No se preocupe detective… Mayer avíseme cuando a Morielli le baje el nivel
hormonal y terminamos la conversación - dijo secamente para retirarse

también, pero le había encantado todo lo sucedido, porque ella pensó lo
mismo que Darla al ver la comida del detective, entro a su oficina y fue allí
donde libero su risa recordando todo, le agradaba Hernández y no podía
negarlo.
En las siguientes semanas Elizabeth fue trabajando con sus nuevos
compañeros, poco a poco se percato de las diferentes personalidades de
cada detective, lo que reflejaba notoriamente su forma de trabajo; el equipo
conformado por Mayer y Morielli era dinámico, puesto que el primero era de
gran antigüedad, esto hacia que conociera muchas personas y casos que
facilitaban su trabajo, también era una especie de mentor para sus
compañeros, además muy carismático; el segundo era un hombre con
evidente machismo, continuamente sus convicciones ocasionan problemas
de enfoque en los caso donde trabaja, especialmente cuando este involucra
una mujer. Para ella era más agradable trabajar con el equipo conformado
por Hernández y Crowe, la detective con un peculiar sentido del humor, el
cual hacia inevitable reír a sus ocurrencias, también poseía un espíritu
arrojado que la hacía entrar en muchos problemas, por tal razón comprendía
como Crowe jugaba un papel de catalizador en su compañera, este equipo
era muy eficaz en cada caso que trataba.
Luego de dos meses de ardua adaptación a una ciudad y un distrito muy
duro, Elizabeth se desenvolvía con soltura en todo el APARTAMENTO,
conocía a todos y por su notoria frialdad mantenía alejado a los más
audaces. Sin embargo algo estaba por cambiar.
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Capítulo 5
Máscara
-Capitán tenemos un problema con el caso del detective Smith irrumpiendo Elizabeth de manera inesperada en la oficina del Capitán.
-¿Qué paso?- suspirando inicialmente
-Smith no le leyó los derechos Miranda al sospechoso lo cual arroja por tierra
su confesión - entregándole unos documentos.
El Capitán los tomo y comenzó a leerlos, frunció el seño y salió de su oficina
para buscar con su vista al responsable, encontrando Hernández
discutiendo con su compañero, tomo una bocanada de aire exhalando un
grito que hizo voltear a todos en el lugar.
-¡HERNANDEZ VEN A MI OFICINA DE INMEDIATO! - para luego entrar en su
oficina y esperar a la detective, que entro pasado unos minutos.
-¿Qué sucede?- pregunto con extrañeza por la forma en que fue llamada
-Te dije que asistieras a los novatos - el Capitán tratando de contener su
furia
-Y yo los asistí, ¿Qué se supone que haga, llevarlos al baño también?
-Morris dile a Hernández que sucede.
-Hola, bien en el caso de la gasolinera, Smith no le leyó los derechos
Miranda al sospechoso lo cual arroja por tierra su confesión - expreso para
notar como Hernández quedaba plenamente sorprendida.
-Entonces ¿Cómo los asististe Hernández?- pregunto severamente.

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-Yo no debo indicarles leer los derechos Miranda, es obvio que tienes que
hacerlo, no puede responsabilizarme por ello… yo lo ayude a atrapar al
sujeto, el interrogatorio estaba a su cargo, ¿cómo se supone que aprenderá
si no realiza el trabajo?- batiendo sus brazos molesta por lo ocurrido - Morris
él tenía posesión de Marihuana en el momento del arresto, ¿cierto?
-Es verdad, eso lo procesara pero será por solo unos años, mientras lo
acusamos del homicidio - tratando de mediar una solución, pues el Capitán
se encontraba en silencio.
-Escucha desde este momento cambias de compañero, ahora serás la pareja
de Smith y Crowe quedara con la otra novata Carter - sin mirar a Darla.
-¡Capitán usted no puede hacerme esto! - consternada - no puedo trabajar
con novatos usted lo sabe.
-Es una pena porque trabajas con él o te suspenderé, tú eliges - abriendo su
gaveta a la espera de la placa y arma de la detective.
-Bien le informare a Richard, ¿Qué pasara con el caso en el que estamos
trabajando?- exhalando molesta.
-El caso se lo pasas a Crowe que trabajara con Carter y Smith, tú te
enfocaras en el desastre del que eres responsable, coopera con Morris hasta
solucionarlo - dando una mirada dura - Morris trabaja con Hernández en el
caso.
-Sí, Capitán - fue la respuesta dada por ambas mujeres antes de salir de su
oficina. Caminaron hasta el puesto de Crowe, aquí se dispusieron a
informarle de lo sucedido.
-Hey, tu nueva pareja es Carter - Darla sentándose en su escritorio
-¿De qué demonios hablas?- consternado.
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-Smith estropeo el caso y fue reasignado con Hernández, ahora ella y yo
debemos solucionarlo - contesto Morris
-¡Oh Dios!, así que ahora estaré a cargo de la guardería - recostándose de
su silla expresando frustración
-No te das cuenta que no puedo trabajar con novatos… ¡voy a morir
Richard! - llevando sus manos a su rostro y con notoria preocupación.
-¿A qué se refiere?- Pregunto Morris acercando una silla y sentándose justo
al lado de la detective.
-Eso paso hace un tiempo, sucede que ella estaba entrenando a un novato,
durante un arresto todo salió mal y recibió un disparo en el pecho… pasó
dos semanas en terapia intensiva, yo... yo creía que moriría - viendo como
el rostro de la fiscal reflejaba preocupación por la historia contada - escucha
eso no tiene que suceder nuevamente.
-Mejor usa chaleco - aconsejo la fiscal.
-Si…voy a usar chaleco hasta que me quiten al novato - destapando su
rostro.
Temprano en la mañana la fiscal y la detective partieron con el expediente
del caso para buscar a los testigos que ubicaran al sospechoso en la escena

del crimen, también le dieron instrucciones al forense que revisara la
evidencia una vez más en busca de una coincidencia concluyente.
Las calles de Brooklyn empezaban a mostrar su aspecto otoñal, las hojas
empezaban a caer y el frio se establecía desplazando el calor del verano en
las agitadas calles, una mezcla de melancolía se sentía en el ambiente, el
tráfico se intensificaba en cada esquina. Aunque fue difícil llegar a la
estación de gasolina donde ocurrieron los hechos, ambas mujeres se
detuvieron decididas a buscar el enlace que ayudara a cerrar el caso de
manera definitiva.
-¿Tienes los nombres de las personas que se entrevistaron en el momento?Darla al detener el coche.
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-Sí… son una dependienta de la tienda llamada Marissa Brown y otro
hombre llamado booguiedogs - corroborando la información en la carpeta
sostenida en su mano.
-Vamos con la dependienta y luego buscamos a booguie - saliendo del
coche.
-Espera ¿conoces a booguiedogs?- extrañada por la familiaridad de la
detective, mientras salía del coche y su cabello ondulaba producto del frio
viento.
-Es un drogadicto conocido, solo espero que continúe con vida - dirigiéndose
hasta la tienda para entrar - ¿es usted Marissa Brown?- pregunto
directamente a una joven que se encontraba en el mostrador de la tienda
-Sí, soy yo, ¿Qué desea?- extrañada porque la mujer sabia su nombre a
pesar de no llevar ningún distintivo en su camisa
-Soy la detective Darla Hernández de homicidios y ella es Elizabeth Morris
Fiscal de Distrito - mostrando su placa y presentando a la rubia - venimos
para hacerles unas preguntas.
Luego de entrevistar a la joven, partieron con la afirmación de que
recordaba con claridad el hecho y al perpetrador, sin embargo tenían que
hallar a Booguiedogs y eso era mucho más difícil. Cerca de las 2pm no
habían almorzado, razón por la cual Darla condujo hasta un barrio donde
conocía a varias personas, adentrando a la fiscal a un terreno totalmente
desconocido.
-¿Qué es este sector? - pregunto extrañada del aspecto diferente del resto
de Brooklyn.
-Bushwick, es decir el barrio latino - volviendose con una leve sonrisa - es
tarde y tengo hambre, no sé tú… pero yo me alimento tres veces al día.
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-Igual que yo, pero ¿vienes a comprar comida aquí?, hay mucha comida
rápida en las calles - volviendose a ver a la detective.
-Bueno, yo no consumo comida rápida, me gusta comer un jugoso almuerzo.
-¿Cuidas tanto tu salud?, eso no podría imaginarlo - manera sarcástica.
-No cuido mi salud - suspirando - los latinos no están tan acostumbrados a
la comida rápida, cocinamos nuestro desayuno, almuerzo y cena, comidas

suculentas, no un sándwich para salir del paso y yo… soy latina por si no lo
sabías - devolviendo el sarcasmo
-Está bien… ¿pero qué voy a comer yo?- preguntando curiosa
-Bueno, si deseas puedes comer conmigo, te aseguro que te gustaravolviendose ligeramente para ver a la rubia.
-Acepto - desplegando una sonrisa, la verdad ella tenía que luchar para no
sonreír a la detective, le agradaba mucho, pero aun no determinaba porque
que exactamente - ¿Qué es este lugar?- pegunto al ver estacionarse en un
pequeño restaurant.
-Es donde vamos a comprar nuestro almuerzo - saliendo del coche - este es
un lugar de comida Dominicana, la dueña se llama Adela, vamos - invitando
a la fiscal a entrar.
Una vez en el lugar la detective saludo a una mujer de aproximadamente 50
años, quien se acerco con los brazos abiertos, para abrazarla mientras la
rubia esperaba justo a su lado mostrando una sonrisa gentil.
-Y dime niña ¿quién es está mujer bella a tu lado?, ¿Dónde está el hombre?
-Ella es Fiscal de Distrito y me está ayudando con un caso especifico, su
nombre es Elizabeth Morris, - aclarándole a la señora.
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-Hola, soy Adela - extendiéndole la mano a la rubia.
-Soy Elizabeth - estrecha su mano.
-Bueno ¿qué vas a querer para comer?- preguntando Adela a Darla.
-Quisiera algo muy rico, así la dama a mi lado podrá comprobar cuan
deliciosa es la comida latina - girando para sonreírle a Morris, quien
correspondió la sonrisa.
-Ahhh…te pondré el plato más sabroso de todos, ¿van a comer aquí?
-No, por favor sírvela para llevar.
-No hay problema.
Adela coloco ambas comidas en viandas para llevar, luego se las entrego a
Darla, quien se macho del lugar junto a Elizabeth.
-¿A dónde vamos ahora?, me tienes haciendo un tour por la ciudad. –
pregunto Elizabeth devuelta en el coche
-Vamos a Prospect park - contesto Darla acelerando el coche.
Una vez que estacionaron el coche en el parque, ambas se adentraron en el
lugar lleno de personas hablando, paseando a sus mascotas, leyendo,
realmente se llevaban a cabo muchas actividades simultaneas, lo que
sorprendió a la fiscal pues hasta ahora sólo conocía Central Park, no imagino
que Brooklyn tuviera un lugar así. Caminaron varios minutos y luego se
sentaron en un área con mesas destinada a jugar Ajedrez, aquí Darla saco
los alimentos para servirlos y entregárselos a la rubia quien estaba
agradada por todo el lugar en sí.
-Aquí tienes - la detective deslizando por la mesa un plato de comida y una
gaseosa
-Gracias, ¿Qué es?- pregunto curiosa Elizabeth
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-Es Bandera Dominicana, arroz, frijoles y pollo en salsa, come te gustara esbozando una sonrisa
-No me queda la menor duda que me gustara - contesto sin poder evitar el
agrado al lugar
-Gracias… así que ¿te gusta el lugar?- con mirada curiosa, pues estaba a
punto de descifrar algo importante sobre la mujer al frente
-Me encanta a decir verdad - inicialmente con un brillo en sus ojos, para
luego probar su almuerzo - ummm y la comida es fabulosa.
Mientras almorzaban un pequeño cachorro llego hasta Elizabeth y se paro
en su pierna, fue inevitable que esta acariciara su cabeza, lo levantara del
suelo jugueteando un poco, sus gestos de cariño corroboraron lo que la
detective sospechaba desde hace un tiempo, luego el animal partió y ella se
dispuso a mostrar sus cartas.
-Entonces, no eres la mujer fría que tratas de aparentar - afirmo para ver a
Elizabeth casi escupir la comida por el asombro.
-¿De qué hablas? yo soy - pero la rubia no concluyo la frase.
-No…realmente no eres, desde hace tiempo he notado ciertos cambios en ti,
pero hoy pude comprobar mi teoría…tú solo finges ser dura y fría, pero en
realidad eres una persona dulce y comprensiva - afirmo para seguir
comiendo, observando como la rubia trato de rebatir lo dicho, pero
finalmente no pudo.
-Bien, parece que mi secreto fue develado, sí, es verdad, yo sólo finjo ser
dura, pero eso es porque - pero nuevamente no concluyo lo dicho, pues fue
interrumpida.
-No tienes que decirme tus razones, yo no las necesito - dejando el tenedor
en la mesa - pero quiero algo a cambio de mi silencio - observo
inquisitivamente.
-¿Vas a chantajearme? ¡Es increíble!… bien que deseas ¿dinero?-asombrada
por lo escuchaba.
27
-Sexo - mirando a los ojos sorprendido de la mujer.
-¡QUEEE!, ¿estás loca?- sorprendida pero casi al instante vio carcajearse a la
detective, lo cual la hizo dudar de su petición.
-Es broma, claro que no - regresando de su risa efusiva - quiero me trates
como realmente eres, nada de máscaras conmigo, ¿ok?
-Muy graciosa - tuvo la leve intención de reír pero se mantuvo firme - y
¿cómo crees que te puedo tratar ahora que sabes que no soy así?
-Umm tienes razón - dándose cuenta de lo tonta de su solicitud.
-Pero como tú petición obviamente está cumplida, espero tu discreción.
-Mis labios están sellados - continuando con lo último de su comida.
Luego del almuerzo partieron del lugar mucho más relajadas, pues ya
Elizabeth no contenía la risa y se mostraba más amable, lo cual sorprendió
un poco a Darla quien no paraba de hacer bromas; se dispusieron a buscar a
booguiedogs, pero ya entrada la noche fue imposible. Por tal motivo
decidieron dejar su cacería para el siguiente día.
Lograron finalmente cerrar el caso, debido a que el equipo de medicina

forense encontró unas fibras que incriminaban directamente al sospechoso.
Razón por la cual ya no tenían que buscar al otro testigo; pero Darla
finalmente tuvo que iniciar labores con el novato muy a su pesar.
28
Capítulo 6
Conociéndose
Las semanas pasaron y tanto la detective como la fiscal se llevaban muy
bien, se reían cuando nadie las observaba y se comentaban sus problemas,
habían establecido una relación muy agradable para ambas, dentro del
ajetreo laboral, encontrarse resultaba muy especial.
Elizabeth se daba cuenta del estrés al que estaba Darla por culpa del
novato, una tarde observo como ésta se dirigía hasta el área de la cafetera,
razón por la cual ella se traslado también al lugar.
-Veo que aun no te adaptas al novato - parándose al lado de la detective
justo al frente de la jarra de café.
-Tienes razón, no me gusta… el chico no escucha razones, es… frustrante colocando su taza para servirse.
-¿Y no puedes dejarlo solo porque estropearía todo de nuevo?- tomando la
taza de la detective para servirle.
-Gracias - al observar el gesto - exacto y sí lo estropea estaré suspendida tomando la taza y bebiendo un sorbo.
-Soporta un poco más, estoy segura que pronto le asignaran a otro
compañero - tomando la taza de las manos de la detective y bebiendo un
sorbo, dejándola completamente sorprendida.
-¿Ahora robas mi café?
-Yo te lo serví, digamos que es mi cuota - sonriendo, devolviendo la taza a su
dueña.
-Estaré atenta para quitarte mi cuota - sonriendo para salir - no vemos.
29
-Ok - sonriendo.
Darla comenzaba a sentirse diferente junto a Elizabeth, de alguna manera le
gustaba sentirla cerca, la rubia era muy dulce y en ocasiones picara con
ella, tomando en cuenta que nunca había tenido esa clase de atención, ni
siquiera por Héctor, su mejor amigo, era algo especial y le agradaba;
Elizabeth por su parte, tenía una manera fría de tratar a todos, pero con la
detective era diferente y a pesar de que ocurrió gracias al instinto infalible
de la primera, ella agradeció que sucediera, ya que le costaba ser dura con
el carisma de Hernández.
-Hola - Darla saludando a la fiscal entrando en las salas de interrogatorio ¿Qué haces aquí sola?
-Hola…estaba con el detective Jackson, pero él ya salió con un sospechoso y
yo me quede haciendo unas anotaciones… ¿y tú qué haces aquí?
-Ahhh… yo estoy buscando a Richard…me pidió que almorzáramos juntos,
pero no logro ubicarlo…y ya tengo hambre.
-¿Van a comer comida latina?- pregunto curiosa.

-Tal vez… ¿por qué?
-Bueno, yo tengo hambre… y si Crowe no aparece ¿pues?... - fingiendo
inocencia.
-En verdad me sorprende tú sutileza - riendo por la forma picara de la
propuesta - está bien… ¿quieres almorzar conmigo?
-¡Claro!… ¿vamos a Prospect park?- sonriendo ante la invitación.
-Si… y deberíamos partir antes de que aparezca Richard – sonriendo.
-Vamos - saliendo rápidamente escoltada por la detective.
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Compraron comida Puertorriqueña, cuando llegaron a Prospect park, Darla
busco un lugar hermoso y tranquilo junto a un gran árbol que daba al frente
del lago.
-¡Este lugar es muy hermoso! - Elizabeth asombrada.
-Siéntate - Darla que ya se había quitado su chaqueta, haciendo señas para
que la fiscal se sentara junto al árbol.
-¿Pero tú chaqueta se ensuciara?- haciendo alusión a la chaqueta de Darla
estaba extendida en la césped.
-No te preocupes por eso… hay tintorerías… siéntate - dejando la comida en
el piso y extendiéndole su mano hacia Elizabeth.
-Gracias - tomando la mano ofrecida y sentándose cuidadosamente para
que su falda no se ensuciara.
-Nunca has mencionado a tu familia - pregunto curiosamente Elizabeth.
-Eso es porque ellos murieron, fue hace mucho… mi familia es Héctor, mi
mejor amigo - contesto Darla sacando la comida.
-Lo siento…no quise - pero fue interrumpida por la detective.
-No te preocupes…yo debí contarte antes, ¿Cómo ibas a saberlo?- girando
su rostro ofreciéndole una sonrisa.
-Gracias…vamos a comer - sonriendo, pero lo dicho por Darla la entristeció,
no quiso empujar el tema, quería disfrutar el almuerzo.
De esta manera ambas empezaron a comer, estaban riendo y Darla
bromeaba sobre una mujer de gran volumen que se había vestido con
pintas animales. Elizabeth estaba fascinada por la comida que estaba
empezando a ser su favorita, por el lugar tan bello y tranquilo, pero sobre
todo, estaba muy agradada por la compañía, la detective lograba hacerla
reír mucho y eso le encantaba.
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-¿Qué buscas?- preguntó Darla al ver como la fiscal buscaba con afán en su
bolso.
-Tengo…aja aquí esta… el postre - la rubia exhibiendo un chocolate - vamos
a compartirlo - pero no logro terminar la acción porque la detective se
abalanzó sobre ella y le robo literalmente la golosina, haciéndola reír - ¿Qué
haces? ¿Es para las dos?- riendo con el cuerpo de la otra mujer sobre el
suyo, sensación que no fue desagradable.
-No, esta es mi cuota… yo te invite la comida - riendo cerca de la cara de la
rubia.

-Bueno, entonces me tocara robarte mi parte - para coger con sus manos las
costillas de la detective y hacerle muchas cosquillas.
-Es trampa - riendo a carcajadas por la acción, desplomándose sobre su
espalda con la fiscal ahora sobre su cuerpo, pero no soporto el ataque y
soltó el dulce.
-Ahora es mío - Elizabeth riendo con el chocolate en su mano - bueno voy a
compartirlo - sentándose, viendo como la detective se sentaba junto a ella
riendo - aquí tienes - entregándole la mitad.
-Eres muy tramposa… lo tomare en cuenta - tomando su parte para
comerlo, pero luego su teléfono empezó a sonar - Hernández… estoy
fuera… ¿qué pasa?- girando su rostro observando su reloj - ¡Dios!… no sabía
que era tan tarde… no estoy jugando… estoy verificando algo Smith…
posiblemente mañana… está bien… adiós - terminando la llamada.
-¿Qué paso?- pregunto la fiscal.
-Era Smith…estaba nervioso pues no sabía nada de mi… ¿sabes algo?, son
las 4pm.
-¡QUEEEEE!… ¿Hemos pasado toda la tarde aquí?- con asombro, para ella el
tiempo fue muy corto.
-Toda la tarde… pero a mí me pareció menos a decir verdad.
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-A mí también… ¿piensas regresar?
-No…. ¿y tú?
-Yo tampoco - sonriendo - ¿qué vamos a hacer?
-¿Por qué no vamos a dar una vuelta en el parque?- pregunto Darla.
-Vamos - sonriendo a la invitación.
Una vez que concluyeron su paseo, ambas mujeres se encontraban con una
sensación de embriaguez, había sido una tarde muy especial. Darla llevo a
Elizabeth hasta su casa en Manhattan pues eran casi las 7pm. Cada una
quería que se repitiera la cercanía que habían compartido, las risas, la
comida, el paseo, todo.
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Capítulo 7
Oscuridad
Mayer y Morielli trasladaban a un posible testigo de homicidio a la estación
de policía, mientras Crowe comentaba un caso difícil con Hernández.
-Entonces, sí eres experto, ¿para qué me preguntas?- Darla levantándose de
su silla y abriendo los brazos.
-No soy experto, es que… Te digo que la mujer tiene serios motivos para el
homicidio, pero algo en ella me hace ver que me equivoco.
-Te diré una sola palabra “Polígrafo”, es todo lo que necesitas, no me vengas
con tu instinto a relucir, sí ella miente o no el polígrafo lo dirá - colocando
ambas manos sobre el escritorio inclinando su cuerpo hacia su excompañero.
-Hay personas que logran burlar esa prueba y lo sabes - recostándose de su
silla.

-Bien, pero es lo único que puedes usar que te permita aclarar esa duda,
hasta que Peter no indique una prueba forense, eso es todo - observando
cómo se acercaba Don.
-Hey, Darla, tenemos un posible testigo de homicidio pero habla español,
¿puedes tomar su declaración?- Don rascando la parte posterior de su
cabeza.
-Ahora regreso, pero piénsalo, vamos Don - a Crowe para luego ir a la sala
de interrogatorios, entro en la sala adjunta y se encontró con Tony y
Elizabeth - ¿qué sucede?
-Bien, el hombre pudo ser testigo de un homicidio que ocurrió en Calvert
Vaux Park, es un indigente, pero sólo habla español, un oficial
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le indico sus derechos y le explico para que lo necesitábamos, es todo entregándole Tony una carpeta con anotaciones del caso.
-Hola Morris - Darla con leve sonrisa al ver a la rubia, la cual asintió con la
cabeza en respuesta – ok, déjame ver al sujeto - tomando las llaves de la
sala y la carpeta para colocarse justo al frente del cristal falso que exponía
el rostro del hombre. Pero al instante de verlo una furia incontrolable se
propago en su interior, sus ojos que normalmente están alegres y relajados
cambiaron de manera abrupta dando paso a un vacio oscuro, apretó con
fuerza las llaves en su mano y sus dientes, todo el semblante de su rostro
cambio a uno totalmente desconocido por todos los presentes. Morris fue la
primera en notar lo que sucedía, se aterro de la reacción silenciosa, nunca
imagino que Darla pudiera transfigurar su rostro de esa manera, luego
siguieron Don y Tony.
-¿Darla que te sucede?- pregunto Tony preocupado al ver la reacción.
-Nada, dame un minuto - entrando en la sala de interrogatorio cerrando la
puerta con llave, acción que fue percatada por Tony.
-Don cerró la puerta con llave, ¿algo está mal?- pero luego observo como
Hernández se desplazo justo hasta el auricular y lo desconecto - ¿Acaba de
contar el sonido?... esto no está bien - con evidente preocupación.
-Espera Tony - Don, al observar cómo Darla coloco la carpeta en la mesa y
se dispuso a hablar con el hombre.
-¿Qué demonios haces aquí?- Darla furiosa frente al hombre consumido por
las drogas y el alcohol.
-Quería verte - el hombre con voz temblorosa.
-¿Es un broma supongo?- sentándose en la silla.
-Perdóname, por favor - exponiendo lágrimas en su rostro.
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-¿Por qué llora?- pregunto Elizabeth a los detectives a su lado, pero al
voltear ambos negaron con la cabeza y se encogieron de hombros.
-¿Perdonarte?, ¿perdonarte dices?… ¡ERES UN MALDITO, ESO ES LO QUE
ERES! - levantándose furiosa de la silla tirando la misma a un lado - ¿CÓMO
TE ATREVES A DECIR ESO?…Y VIENES AQUÍ PARA HACER PERDER TIEMPO EN
UNA INVESTIGACIÓN - abriendo sus manos en el aire para luego colocarlas

en su cintura.
Sus compañeros estaban afuera de la sala sorprendidos por lo que se estaba
desarrollando adentro, pero no tomaron acción puesto que aun
consideraban que era un interrogatorio.
-Yo sé que me odias pero… eres lo único que tengo, entiende - explicaba
llorando.
-NO TIENES NADA, ME OYES… TU ACABASTES CON TODO LO QUE TENIAS gritando y apoyando sus brazos en la mesa - ¿vistes o no vistes lo del
homicidio?- tratando de contener su furia.
-Sí vi, pero no diré nada hasta que me escuches.
-¿Qué no vas a decir nada?- completamente sorprendida, pero luego se
abalanzó sobre el hombre y lo tomo por su pecho empujándolo contra la
pared con mucha fuerza para luego decirle - tú no pones las reglas…vas a
decir todo, si es que viste algo… te juro por Dios que te matare si vuelves a
aparecer en mi vida - golpeándolo nuevamente contra la pared con fuerza.
Ambos detectives y la fiscal quedaron en shock viendo lo que sucedía, no
podían creer que Darla agrediera al hombre de ese modo.
-¡Hay que sacarla de allí ahora, es agresión policial! - Elizabeth con las
manos en la cabeza.
-Vamos - Don para que Tony lo siguiera, ambos empezaron a llamar a Darla
y a golpear la puerta con fuerza para derribarla, pero todo era inútil la
puerta estaba firme. El bullicio hizo que todos los detectives
3
dieran una mirada al lugar, pero solo Crowe se levanto y fue directamente
hasta allí, ya que escucho que llamaban a Darla.
-¿Qué pasa?- pregunto Richard a los hombres que golpeaban la puerta.
-Darla enloqueció, está golpeando al testigo - Tony desesperado.
-¿Qué?- Crowe entro y observo a Morris con sus manos aun en la cabeza y
luego vio cómo Darla tenia la hombre contra la pared hablándole muy cerca
de su rostro - ¡Dios mío hay que sacarla! - sorprendido por la escena salió
para ayudar a sus compañeros en la puerta.
-Escúchame…estoy muriendo - suplico el hombre, pero fue golpeado
nuevamente por la detective.
-No sabes la alegría que me da, tu muerte es lo único que deseo en este
mundo - con mucha furia - déjate de pendejadas de no hablar inglés, vas a
contarles todo lo que viste… pero te advierto por última vez…no te
acerques a mi nunca más, ya me hiciste suficiente daño…¿ENTENDISTE?golpeándolo nuevamente contra la pared, pero al observar como el hombre
asentía con la cabeza en medio de llanto, lo soltó con fuerza, haciéndolo
caer al suelo y luego advertirle - nunca más - tomando las llaves para ir a la
puerta y abrirla.
-Apártense, ella va a salir - Elizabeth caminando hasta la puerta, observando
como todos se hacían a un lado.
-Te contara todo - al salir.
-¿Qué diablos estabas haciendo?- Don furioso.
-Eso es agresión policial - acoto Tony.

-¡QUIEREN DEJARME EN PAZ! - grito furiosa a todos los presentes.
-¿Darla qué te sucede?- Crowe acercándose para tomarla del brazo, pero
ella lo rechazo al instante.
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-Déjame en paz - empezando a salir del lugar pero fue detenida por Richard.
-No puedes irte… vas a tener que ver al Capitán, esta vez estas hasta el
cuello.
-No tengo que verlo - de espaldas a los presentes, tomo su placa y su arma,
volviendose para entregárselas a su ex-compañero - tú puedes dársela por
mí - luego se marcho.
Todos quedaron atónitos por lo que hizo la detective, se miraban las caras,
no entendían lo que sucedía, Elizabeth miro con pesar como Darla se
marchaba, sentía un profundo dolor en su corazón; luego el hombre salió de
la sala.
-Yo no levantare cargos no se preocupen - el hombre tratando de enderezar
sus ropas.
-¿De qué está hablando? espere... ¿No se suponía que usted sólo hablaba
español?- pregunto Don.
-Mentí, y les contare todo lo que vi.
-No es tan sencillo… igual tiene que dar declaración de lo ocurrido - aclaro
Elizabeth.
-¿Tengo que hacerlo?
-Sí… debe explicar los motivos de lo ocurrido en la sala.
-Bien, pero se lo diré a usted, no a ellos – señalándola.
-¿Por qué a mí?- pregunto Elizabeth sin comprender.
-Porque tal vez entienda todo, pero otra cosa no quiero que nadie escuche lo
que diré, después puede tomar cualquier decisión - el hombre volviendo a la
sala y recogiendo las sillas para después sentarse.
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-Morris ¿eso es posible?- Pregunto Crowe.
-Sí, realmente es posible… después de contar su historia, si considero que
Hernández forzó una declaración a través de la agresión, tendré que
levantar cargos - respondió con pesar en sus palabras, ella no quería hacer
tal cosa, ni siquiera quería escuchar al hombre, se encontraba preocupada
por la forma en que la detective se marcho - no te preocupes Crowe, déjame
ver que tiene que contarme - entrando en la sala de interrogatorios, cerró la
puerta, se sentó, tomo la carpeta del caso y procedió a escuchar lo que el
hombre tenía que decir - ¿y bien?
-¿Sabe por qué la escogí?- frotando sus manos.
-No.
-Ella se lleva bien con usted, las vi reír mucho en el parque hace un tiempo dejando sorprendida a la mujer.
-¿A qué se refiere? ¿Usted nos siguió esa tarde?- en completa confusión.
-Sí, yo las seguí - suspirando - mi nombre es José Hernández y soy el padre
de Darla - observando el asombro de rubia.

-No puede ser, ella no tiene familia, fallecieron - ratificando la historia
contada por Darla.
-Como ve, estoy muerto para ella… yo soy el causante de muchos de sus
pesares, por no decir todos… cuando llegue a la ciudad fui de inmediato a
buscarla, pero ella me rechazo pues hay heridas que no sanan…fui a parar a
las calles y la odie por mucho tiempo…pero ahora muero, tengo cirrosis
producto de mi alcoholismo y quería pedirle perdón - empezando a llorar yo necesito su perdón para poder morir, no puedo irme sabiendo que dejo el
alma de mi hija oscura por mis acciones - secándose las lágrimas.
-Pero ella es alegre - Elizabeth en completa confusión.
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-No…ella puede decir bromas y tratar alegremente a todos, pero…hay una
profunda oscuridad en su interior y yo soy el responsable, lo que vio hace
instantes fue solo una muestra del odio de mi hija hacia mi - observando
como una lágrima rodaba por la mejilla de la mujer al frente, mientras su
rostro expresaba total asombro y tristeza a la vez - yo la he seguido,
buscando la forma de acercarme… pero nunca encontré el momento, luego
vi lo que vi…y pensé que era perfecto, ahora no quiero que ella pierda su
empleo y su vida por lo que sucedió.
-E…ella no lo perderá, no se preocupe - limpiando la lágrima de su mejilla voy a salir, después entraran los detectives y le contara todo lo que vio del
homicidio - levantándose de la silla para salir de la sala, pero justo en la
puerta el hombre la detuvo.
-No le cuente a nadie lo que acabo de decirle – suplicando.
-Nadie sabrá lo que usted me acaba de contar - saliendo y encontrándose a
los detectives intrigados por lo que sucedió - chicos entren por su
declaración.
-¿Qué te dijo?- Pregunto Crowe.
-No se levantaran cargos… ahora debo salir - secamente para partir del
lugar pero fue detenida nuevamente.
-El Capitán ya sabe todo lo ocurrido y quiere verte - indico Tony.
-Está bien - continuando su camino, dejando a los hombres más intrigados
que antes.
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Capítulo 8
Cobijo
Luego de ver al Capitán y explicarle hábilmente lo que sucedió, la razón
para no levantar cargos sin develar la identidad del hombre involucrado; fue
al estacionamiento y empezó a llamar al teléfono de la detective pero se
encontraba apagado, se sentó en su coche ya eran las 7pm y la noche
empezaba su fría estampida, recostó su cabeza en el asiento para pensar
donde podría estar, luego de unos minutos sus ojos se abrieron, supo al
instante donde estaba - claro ¡Prospect park! - encendiendo el coche y salir
rápido a su destino.
Una vez que llego al parque se enrumbo en la búsqueda de la detective,

sabía que estaba allí en algún lugar del parque, por tal razón inicio en el
lugar donde almorzaban frecuentemente, pero pronto se daría cuenta que
allí no estaba, de esta manera siguió su caminata. Por cerca de media hora
estuvo andando todo el parque hasta que observo a unas personas reunidas
leyendo un libro y se percato que en el banco que se situaba detrás de las
personas estaba la detective, esto la hizo sonreír, se acerco con cuidado
sentándose justo a su lado sin ser descubierta.
-¿Me podrías decir que están leyendo?- pregunto de forma ingenua
observando a la mujer a su lado.
-Poesía - volviendose para contestar, pero quedo sorprendida de ver a la
fiscal allí justo a su lado - ¿Qué haces aquí?
-Te estaba buscando – sonriendo.
-¿Qué quieres?- pregunto secamente apartando la mirada de la rubia,
dejando a ésta sin palabras, no pensó que Darla le hablaría de esa forma,
por un instante noto que su mirada tenía un vacio profundo que la hizo
estremecer.
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-Estaba preocupada por cómo te marchaste - contesto finalmente en un
tono de voz suave.
-No tenías porque - suspirando - solo quería pensar es todo - más amable y
disipando de su mirada esa oscuridad que segundos antes presentaba.
-Bueno, eso no lo sabía, pero también tenía que decirte que todo está bien expectante a la reacción de la mujer a su lado.
-¿A qué te refieres?- volviendose para ver a la rubia intrigada por lo dicho.
-No se levantaran cargos por agresión, además el Capitán te envía esto depositando dulcemente la placa en sus manos.
-¿No estoy suspendida?- observando y acariciando su placa con el pulgar.
-No, y el Capitán tampoco quiere matarte, así que no hay razón de no
regresar mañana - con expectación, al principio quiso decirle que sabía lo de
su padre, luego decidió no mencionarlo, no quería que tuviera una reacción
como en la tarde.
-Gracias - apretando la placa en su mano para levantar su rostro y observar
a las personas leyendo.
-¿Te quedaras aquí toda la noche?...hace mucho frio - volviendose a ver
también a las personas del lugar.
-No sé. - contesto encogiéndose de hombros.
-¿Por qué no vas a casa?- volviendose a ver a la detective.
-No quiero ir a mi casa - después de unos segundos de silencio.
-¿Por qué no te quedas esta noche en mi casa?- temiendo la respuesta.
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-¿De qué hablas?- con extrañeza por lo dicho, volviendose a ver a la rubia.
-No quieres ir a tu casa, entonces ven a la mía - sonriendo esperanzada a
que aceptara.
-Está bien - finalmente después de unos segundos de pensarlo, ella no
quería volver a su casa, no quería hablar con Héctor del asunto, supo que

era mejor marcharse con Elizabeth.
De esta manera ambas se levantaron del banco y caminaron hasta el coche
de Elizabeth, ya que Darla había dejado el suyo en la estación. Partieron
rápidamente del lugar y se enrumbaron hacia Manhattan. En el trayecto
Darla no pronuncio palabra alguna, lo que hacía que Elizabeth se sintiera un
poco incomoda. Una vez que llegaron a apartamento de la fiscal, Darla se
sorprendió de lo grande e iluminado y pensó “tanto espacio para una sola
persona”, luego prefirió dejar de pensar, sólo se desplomo en el gran sofá
de la sala en silencio.
-¿Quieres algo de comer?- pregunto la fiscal.
-No…..pero ¿puedes darme un vaso de agua?
-Claro - dejando su cartera en la mesa para ir a la cocina - toma entregándole el vaso de agua.
-Gracias - su rostro empezaba a mostrar agotamiento, luego de terminar su
vaso de agua coloco el mismo en la mesa del centro para deslizar su cuerpo
a un lado del sofá y quedar plenamente recostada.
-¿Qué haces, no puedes dormir aquí?- Elizabeth sorprendida.
-¿Entonces dónde dormiré?- pregunto con los ojos cerrados.
-Ven acompáñame - haciendo que se levantara la detective y caminaran
hasta la única habitación del lugar, allí se encontraba una cama grande para
dos personas con finas mesas de noche con tope de vidrio - aquí dormirás rubia con una sonrisa.
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-¿Pero esta es tú cama?- sorprendida.
-¿Roncas?, ¿das patadas?, ¿sufres de insomnio?
-No.
-Entonces no hay problema, ¿quieres cambiarte?, tal vez tenga algo que
puedas usar - mirando su closet.
-Está bien - al principio Darla tuvo la intención de negar el ofrecimiento,
pero luego pensó “no puedo ensuciar su cama con mi ropa sucia”, por tal
motivo decidió aceptar. Luego de cambiarse en el baño, se deslizo dentro de
las sabanas de la cama y rápidamente se quedo profundamente dormida.
Elizabeth se encontraba en la cocina tomando una bebida caliente, cuando
entro a la habitación encontró durmiendo a la detective, sonrió y pensó
“¿con que no roncabas eh?”, luego medito de todo lo sucedido y se
pregunto “¿cómo es que ella logra ocultar ese dolor?”; había visto el vacio
oscuro en los ojos de la detective dos veces ese día, cuando observo al
hombre y cuando estaba en el parque. Decidió no seguir pensando, procedió
a cambiarse y a deslizarse con cuidado en la cama, pudo sentir el calor de la
otra mujer a su lado, tuvo la intención de acariciar su cabello y de abrazarla,
pero se contuvo, luego se giro para quedar en minutos profundamente
dormida.
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Capítulo 9
Despertador

El sonido irritante del despertador repiqueteó cerca de las 6am, haciendo
sobresaltar a la detective que dormía profundamente, por tal motivo cayo
de la cama golpeándose con el borde de la mesa de noche en la ceja
izquierda causándole un corte; el estruendo del accidente y el sonido del
despertador hizo despertar a la fiscal, quien rápidamente se giro y observo
como la detective sostenía su cara con la mano mientras se sentaba de
espaldas junto a la cama en el piso.
-¡Dios!, ¿pero qué te sucedió?- acercándose a Darla pero al instante se
sorprendió de ver como fluía la sangre de la cara.
-Tengo una herida - aturdida por lo ocurrido y observando con el ojo libre de
sangre como la rubia se agachaba al frente de ella.
-Es mucha sangre, ven vamos al baño creo que tengo algo con que curarte ayudando a la detective a levantarse para adentrarse en el baño. Aquí tomo
un pequeño botiquín de primeros auxilios que tenia, limpio la herida
profunda y luego presiono para detener la sangre, colocando una cura listo, pero tendrás que ir al hospital, tal vez necesites sutura.
-Peter me suturara…gracias eres buena en esto - con una leve sonrisa al ver
la manera rápida de curar su herida - por lo que veo otras personas se han
cortado con tu mesa.
-Tú eres la única que le ha sucedido tal cosa, además tengo dos hermanos
menores a los cuales tenía que curarles para que mi madre no los castigara
– sonriendo.
-Tú camisa tiene sangre - al notar como su pecho tenía un gran chorro de
sangre.
-Déjalo así, casi pierdes un ojo por lo ocurrido - disculpándose.
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Luego de desayunar, se cambiaron de ropa y partieron rumbo a la estación,
pero Elizabeth dejo a Darla en una estación de metro para ir a su casa, ya
que ésta así lo quiso. Una vez que llego al trabajo todos estaban
preocupados pues no sabían nada de Hernández, ella tuvo la intención de
contarles lo que había ocurrido y aclararles que ella estaba bien, pero no lo
hizo, como podría explicar que durmió en su casa, en su propia cama, todo
resultaría muy confuso, fue hasta su oficina para empezar con sus labores.
Tenía en las manos un caso que estaba preparando por el homicidio de una
familia a manos de un vecino fanático, pero al leer todos los datos se
percato que le faltaba una copia de la prueba toxicológica de una de las
víctimas, decidió bajar con el Dr. Straatman para solicitársela; cuando entro
en la oficina del doctor empezó a llamarlo, pues observo que él hombre se
encontraba en la parte posterior de la misma con otra persona.
-¿Doctor Straatman?- alzando levemente la voz.
-Hola Morris, aquí estoy - amablemente saliendo del fondo de la oficina,
seguido por Darla quien llevaba un cura profesional en su ceja.
-Hola doctor, Hola detective - al fijarse en la mujer.
-Hola Morris - contesto Darla con una sonrisa que el doctor no vio.
-¿Qué sucede Morris? ¿En qué puedo ayudarte?- Peter acercándose a la
fiscal.

-Estoy trabajando en el caso de la familia Jensen y no tengo la copia de la
prueba toxicológica de Emily, ¿podría facilitármela?- fríamente volviendo a
su trabajo.
-Umm, solo dame un minuto mientras la ubico - saliendo de la oficina.
-Observo que te ha suturado - acercándose a Darla con una ligera sonrisa,
cuando ya se encontraban a solas.
4
-puntos de sutura exactamente - contesto devolviendo la sonrisa.
-Lo siento - apenada por lo sucedido.
-Sí, deberías sentirlo - duramente haciendo estremecer a la rubia - pues lo
ocurrido se llama “agresión a un oficial de policía”.
-En ese instante el doctor Straatman llego a su oficina, por ser
extremadamente organizado solo tardo un minuto en encontrar lo buscado,
pero se sorprendió al ver a las dos mujeres muy cerca, se oculto para
observar y escuchar lo que estaban sucediendo.
-¿Qué?- la fiscal en completa sorpresa.
-Voy a levantarte cargos - sin poder contener la risa.
-Ahhhh, eso te va a costar, recuerda que soy fiscal de distrito…no me
atraparas tan fácilmente detective - riendo al ver que se trataba de una
broma, se sintió aliviada porque había regresado a ser la misma de siempre.
-No te preocupes, ya ideare la forma de hacerte pagar por esto - señalando
su herida - por cierto Peter me dijo que hiciste un excelente trabajo
limpiando mi herida.
-¿El sabe lo que sucedió?- pregunto la rubia asombrada.
-No, yo no le conté, pero me indico que la persona que me limpio, hizo un
buen trabajo - sonriendo.
-Lo siento, no pensé que esa mesa de noche pudiera causarle ese daño a
alguien - colocando su mano dulcemente en la mejilla izquierda de Darla,
acariciándola con su pulgar.
-No te preocupes, pero te recomiendo que cambies las mesas o destruyas tú
despertador - sonriendo también, notando como su comentario hizo
carcajearse a la rubia.
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El doctor que se encontraba afuera viendo la escena con total asombro,
empezaba a preguntarse “¿Morris se está riendo?.. ¿Darla durmió en su
casa?”, “pero acaso ¿están coqueteando la una con la otra?”.
-Creo que hare ambas cosas - luego de calmarse un poco de la risa - me
alegra que vuelvas a ser la misma - retirando la mano de la mejilla de la
detective.
-Yo siempre he sido la misma, solo que - suspirando - ayer viste una parte de
mi que desconocías - sonriendo nuevamente.
-Lo sé - devolviendo la sonrisa, ella entendía que si quería estar cerca de la
detective, tenía que conocer también su lado oscuro, aunque preferiría
borrarlo; luego se alejo de ésta - ¿el doctor Straatman está tardando?
Estas palabras hicieron alertar al doctor que se encontraba observando la

interacción de ambas, razón por la cual entro luego de unos segundos.
-Hey, Morris aquí está la prueba - tratando de comportarse como si no
hubiera visto nada.
-Gracias doctor - extendiendo su mano y tomando el documento - esta
prueba confirma agentes alucinógenos presentes en su sistema, ¿cierto?preguntando mientras leía la prueba.
-Sí, esta prueba es fundamental para establecer como esta familia fue
intoxicada para mermar su voluntad y así poder ser sometidos al ritual.
-Gracias Doctor Straatman, bueno si tengo otra duda me comunicare con
usted, que tenga un buen día - tomando el documento pero antes de salir,
se percato que no se despidió de Darla, de manera subconsciente ella
asumió que se marcharían juntas - igual para usted detective - girándose
secamente y sin mostrar sonrisa alguna, lo que dejo en completa confusión
al doctor.
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Darla solo asintió con la cabeza y observo como la mujer se marcho, ella
sabía perfectamente que frente a otros, la rubia podía ser un bloque de
hielo, pensó “algún día tendré que saber ¿el por qué de su actitud?”
Cuando la fiscal salió de la oficina el doctor se giro notoriamente confundido
y pregunto a la detective de manera directa.
-¿Cómo te sucedió eso?- señalando la herida en la ceja.
-Ya te dije que fue un accidente, ¿Por qué me preguntas
nuevamente?...deberías indicarme el tratamiento y cuando me retiraras los
puntos - sin comprender el porqué de la pregunta.
-Bien, en 7 días te retiro las suturas y déjame escribirte el tratamiento dándose cuenta que ella no diría nada del asunto con Morris, de esta
manera escribió el tratamiento y se lo entrego - aquí tienes.
-Gracias Peter, no vemos - saliendo de la oficina del forense, dejando a Peter
lleno de preguntas y dudas concernientes a lo visto anteriormente.
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Capítulo 10
Casi
En los siguientes días, Darla sano adecuadamente, sus puntos de sutura
fueron retirados y su herida sanaba plenamente. Una tarde la detective salió
del restaurant de Sabrina, pues se encontraba corroborando unos datos de
cierta información con ella, mientras su novato compañero hacia lo propio
con otro informante. Era una tarde gris y fría pues ya empezaba el invierno
con fuerza en la ciudad, Darla empezaba a sacar su ropa de invierno que
ese día constaba de un suéter cuello alto color naranja y un jeans un tanto
desvencijado.
Luego de soportar el ataque por parte de la atractiva mujer, salió del lugar y
pudo notar que en la vitrina de la tienda de ropa que se encontraba al
frente, a otra muy atractiva mujer, que vestía una blusa muy fina color azul
y una falda hasta después de sus rodillas ceñida a su cuerpo de color beige,
admirando los modelos del aparador, esto causo que Darla sonriera pues

supo al instante de quien se trataba. Cruzo la calle rápidamente
acercándose a la mujer en cuestión.
-¿No se supone que deberías estar trabajando?- susurrando al oído de la
rubia, sorprendiéndola.
Se giro para notar que la detective estaba peligrosamente cerca de su
cuerpo -¿Qué haces aquí?-pregunto con apenas voz, su corazón latía con
mucha fuerza, ella no sabía si era por haber sido descubierta o por tenerla
tan cerca.
-Yo estoy trabajando… ¿pero tú?- sonriendo a la reacción de la mujer.
-Yo...yo también estoy trabajando… estoy eligiendo ropa para la corte sonriendo nerviosamente.
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-Mientes fatal… porque no simplemente me dices que estabas tomándote
un momento, yo puedo comprender eso - riendo, pero aun muy cerca de la
rubia.
-Entonces ¿sí sabes para que me acosas?- finalmente más relajada aunque
su corazón seguía latiendo con fuerza.
-Porque me gusta verte en apuros -sonriendo y notando que su corazón
estaba latiendo con fuerza - ahora tienes que comprar mi silencio…otra vez.
-¿Qué haces en Manhattan?- pregunto al notar que no estaba en su
jurisdicción.
-Tengo un informante aquí que conoce bien Brooklyn.
-Bien…entonces ¿qué quieres a cambio de tu silencio?- acercándose
provocativamente más a la detective.
-¿Qué tienes que ofrecerme?- contesto pícaramente.
-Qué te parece algo de comer, mira la hora y yo no he almorzado todavía saliendo del intimo acercamiento que habían establecido.
-Me parece genial - sonriendo girándose hacia la rubia.
-¿Trajiste tu coche?
-Sí, está al otro lado de la calle, ¿vamos?- señalando el coche con uno de
sus brazos y con el otro tocándola en la espalda gentilmente.
-Vamos - sonriendo, a pesar que el contacto con Darla la hizo estremecer.
De esta manera ambas cruzaron la calle y entraron en el coche de la
detective, sin siquiera percatarse que toda la escena había sido observada
celosamente por Sabrina. Se marcharon a un restaurant conocido por
Elizabeth, sin embargo Darla tuvo que estacionar el coche a una manzana
del mismo.
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Almorzaron en el lugar mientras Elizabeth le explicaba el porqué se
encontraba viendo vitrinas y no en la estación o en los juzgados; una vez
salieron del lugar les toco caminar hasta el coche nuevamente, pero
repentinamente un ventisca helada paso por la calle e intempestivamente
comenzó una lluvia muy fuerte, grandes gotas caían en el suelo y las
mujeres salieron en busca de refugio, lo encontraron en la entrada de una
tienda cerrada, su toldo y piso elevado eran de ayuda en el momento,

ambas se refugiaron allí a la espera de que terminara el temporal.
-Esta lluvia pasara pronto - indicándole Darla a Elizabeth, pues ambas se
encontraban sobre el piso elevado.
-¿Cómo puedes estar tan segura?- mientras intentaba echarse lo más
posible hacia la puerta a su espalda.
-Porque en esta fecha es común este tipo de lluvias, son fuertes pero no
duran mucho - volviendose para ver a la rubia que se encontraba tratando
pegar el cuerpo a la reja a su espalda - ¿Qué haces?
-Trato de evitar mojarme la falda...es beige por si no te has dado cuenta contesto aun concentrada en su movimiento.
-A ver déjame ayudarte - Darla se giro al frente de la rubia tratando de tapar
con su cuerpo a la otra mujer, se sostuvo con sus manos de la reja de la
puerta, mientras sus piernas trataban de tapar la falda asechada por el
agua – bien, así está mejor, ahora no te mojaras - pero al levantar la vista
noto el rostro sonrojado de la rubia, observando que literalmente estaba
sobre ella - creo que no es una buena idea después de todo - sintiendo su
corazón sobresaltarse nuevamente, trato de soltar la pose pero la rubia
deslizo sus brazos rápidamente hacia la espalda de ella aferrándose para
detener el movimiento.
-Espera - con apenas un susurro - puedes caerte - fijando su mirada en la
detective, pero hasta allí llegaron sus palabras, sintió el impulso de
acercarse y besarla.
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-No caeré - contesto, pero luego se sumo al silencio establecido, poco a
poco fue cerrando el espacio entre sus labios para besar a la rubia, ella no
estaba analizando la situación solo se estaba dejando llevar, sin percatarse
que la lluvia ya había cesado, pero de pronto una voz cocheritaria la hizo
salir del transe en el cual se encontraba, bajando rápidamente del sobre
piso.
-¿Pueden explicarme que está sucediendo?- acercándose un oficial de
policía a ambas mujeres, observando como éstas se separaban rápidamente
sobresaltadas, noto que una de ella se encontraba armada.
-He…buenas tardes oficial, soy la detective Darla Hernández - algo aturdida
sacando rápidamente su placa que colgaba de su cintura y entregándosela
al oficial.
-Ummm…es de Brooklyn, ¿Qué hace en Manhattan?- pregunto el oficial
inquisitivamente, mientras la rubia permanecía en silencio.
-Estaba conversando con un informante que vive aquí y conoce Brooklyn pero noto como el hombre rápidamente poso su mirada en Elizabeth - ella
es Elizabeth Morris fiscal de distrito - para aclarar que ella no era su
informante.
-Es correcto aquí tiene mi credencial - sacándola rápidamente de su bolso y
entregándosela al oficial.
-Saben en la posición en la que se encontraban hace un momento ¿verdad?devolviéndole la credencial a Elizabeth.
-Sí, pero no es lo que parece - contesto Darla al oficial.

-Está bien…aquí tiene su placa detective - acercándose a Darla - déjeme
decirle una cosa más….tiene muy buen gusto, ella es muy hermosa - en voz
baja y sonriente para alejarse de ambas mujeres
-¿Qué te ha dicho?- pregunto Elizabeth mientras observaba como Darla
colocaba su placa en su cintura.
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-Me dijo… - dudando un poco de la respuesta - que tenía buen gusto, pues
eres muy hermosa - finalmente sonriendo.
-Ahhh - contesto para sumarse a la sonrisa cómplice de la detective, no
hacían falta más palabras, ella sabía la posición comprometedora en la que
se encontraban y de no ser por el oficial con toda seguridad se habrían
besado.
Luego del episodio en Manhattan, tanto Darla como Elizabeth había
entablado un coqueteo descarado, cada vez que se encontraban a solas una
de ellas se encargaba de iniciar el asecho con la otra. Darla sabía
perfectamente que había cambiando su relación con la fiscal a una que le
gustaba, ir al asecho de la rubia, buscar las palabras para que sus ojos
brillaran y en ocasiones sonrojarla, era algo simplemente inevitable, cada
vez que la veía no podía dejar de cortejarla o coquetear con ella, era algo
más allá de sus sentidos. Elizabeth se encontraba en la misma posición que
la detective, no podía evitar la situación, inclusive coqueteaba con su
mirada si se encontraban en un lugar que no pudieran hablar con fluidez.
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Capítulo 11
Inevitable
Una tarde Darla se dirigió al área de interrogatorios para buscar un café,
pues Smith estaba acabando con su paciencia, allí noto como Elizabeth se
encontraba concentrada en el cristal falso de una de las salas de
interrogatorio.
-Hey ¿qué haces tan concentrada?- pregunto entrando a la sala.
-Estoy ayudando al detective Morielli, busco algún indicio en la declaración
de este posible testigo que nos permita levantar cargos y así hacer presión
para que delate al sospechoso - sin despegar su mirada del cristal
-Ummm… ¿y crees que obtenga lo que busca?- acercándose a la rubia con
una mirada picara.
-Bueno yo - girándose para contestar, pero al instante noto a lo que se
refería la detective en su picardía - bueno tal vez lo obtenga…todo depende
del método que utilice - sonriendo
-Y hasta ahora, ¿Cómo va? ¿Crees que pronto lo consiga?- contesto
acercándose un poco a la fiscal.
-Puedo decirte que el método es muy original…por lo cual está en buena
dirección.
-Entonces… - pero cuando fue a terminar la frase salió Tony del
interrogatorio y las interrumpió
-Hey, Darla - saludando al percatarse de la detective, la cual asintió con la

cabeza en respuesta - Morris ¿qué te pareció la declaración?, ¿cree que
puedas obtener algo de ella?
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-La escuche… pero podrías darme la cinta más tarde así podre analizarla y
darte la respuesta definitiva.
-Te la entregaré en cinco minutos - Tony saliendo de la sala.
-Tú no escuchaste la declaración - afirmo Darla.
-No, pero eso es tú culpa.
-No me digas.
-Sí, lo es…ahora debo trabajar - pero antes de salir se giro a la detective - te
repito, el método es muy original - sonriendo para salir, dejando a la
detective completamente fuera de sí.
^
La mañana se mostraba inicialmente pesada cuando Darla llego al
estacionamiento, bajo de su coche y se dirigió con letargo hasta el ascensor,
no quería ni imaginar su día con Smith, el chico la exasperaba y tenía que
acudir constantemente a su paciencia; el ascensor llego finalmente y ella
entro pero en el instante que las puertas se cerraban Elizabeth se deslizo
rápidamente adentro del mismo.
-Hola...Casi me deja el ascensor - la respiración acelerada sonriendo a la
detective.
-Hola… ¿Por qué no me avisaste? yo lo habría detenido.
¡-Te grite! pero tus pensamientos estaban en otro lugar.
-Ahhh…lo siento - bajando la mirada.
-¿En qué estabas pensando?- pregunto acercándose peligrosamente a la
detective.
5
-En… - pero no concluyo la frase debido a que las puertas del elevador se
abrieron en la planta principal y una muchedumbre entro de manera
abrupta, Elizabeth a penas logro girarse y quedar de espaldas a la detective
que se encontraba pegada literalmente en el fondo. Empezaron a subir por
los piso y todos las personas que se encontraban adentro se movían de un
lado a otro en el pequeño espacio que podían tratando de situarse mejor;
Darla noto que Elizabeth estaba haciendo el mismo movimiento, deslizo
hábilmente su mano derecha por la cintura de la rubia, poso su mano en el
abdomen y la atrajo hacia su propio cuerpo con suavidad, pegando la
espalda a su cuerpo, luego se movió discretamente hasta el oído izquierdo
de la fiscal y le susurro -. ¿Estás mejor ahora?- haciendo alusión a la nueva
posición tomada en el ascensor.
-Mucho mejor - susurro la rubia sonriendo al oído de la detective que ya se
había movilizado para escuchar la respuesta - ¿tú mañana mejoro ahora?
-Ampliamente - susurro con gran sonrisa en sus rostro, pero pronto llegaron
a su piso y todos salieron del ascensor teniendo que soltar la provocativa
posición, Darla coloco su mano izquierda por la parte de atrás de la cintura
de la rubia escoltándola hasta la salida, una vez afuera retiro su mano

rápidamente y se dispuso a meterla en el bolsillo del pantalón, pero la rubia
lo impidió.
-Gracias - tomando hábilmente la mano de la detective y acariciando sus
dedos mirándola muy provocativamente.
-Por nada - devolviendo la mirada ardiente, luego se soltaron rápidamente y
cada una siguió su camino con enorme sonrisa plasmada en su rostro.
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Capítulo 12
Broma Pesada
Así continuaron unas semanas más, cuando sus flirteos mutuos estaban
más atrevidos, continuando su acercamiento físico; una mañana ambas se
encontraron en el ascensor, pero esta vez estaban a solas rumbo a su piso.
-¿Me estas pidiendo una cita?- Elizabeth sonriendo.
-No es una cita…te estoy invitando un café.
-Es una cita - aclarando el punto.
-No lo es...una cita consta de una cena elegante…yo te estoy pidiendo que
me acompañes a tomar un café solamente - aclarando las definiciones justo
cuando el ascensor abrió las puertas.
-Está bien, acepto.
-Bueno acompáñame - haciendo una seña hacia el fondo del piso.
-¡Queeee¡... bueno obviamente no es una cita, me vas a invitar una café de
la cafetera - molesta por el engaño y mal gusto de la detective.
-No te enfades...espera un poco - mientras caminaban, pero Richard observo
cómo se dirigía a la cafetera razón por la cual le hizo señas a Darla para que
le trajera uno, asintió con la cabeza en señal de comprender la petición.
En ese instante Richard observó que Tony y Don escoltaban a una sexy
mujer que reconoció de inmediato.
-Hey chicos - saludo deteniendo a los hombres.
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-Hola detective Crowe - contesto la mujer.
-Un momento... ¿vvosotros se conocen?-pregunto Don consternado.
-Sí, nos conocemos…puedo hablar contigo un segundo - Richard
apartándose de la mujer y Tony.
-¿Qué sucede?- pregunto Don.
-Ella es informante de Darla…a decir verdad esa mujer está enamorada de
ella.
-¿Cómo que enamorada?- pregunto confundido Don.
-Como lo oyes… ¿Qué hace aquí?
-Ella está involucrada con la víctima de un homicidio, vino para que
tomáramos su declaración.
-Ok…pues te diré que Darla esta justo en las salas de interrogatorio, vamos
y así veras lo que te digo - acompañando a los detectives y a la mujer hasta
la sala en cuestión.
Mientras tanto en la cafetera.
-Toma aquí tienes el café - entregándole el vaso con el líquido caliente a la

rubia.
-Gracias - tomándolo un poco desilusionada.
-Te dije que no te pongas así - para acercarse y deslizar su brazo por la
cintura de la rubia, pegando sus labios al oído de la mujer - ¿quieres cenar
conmigo esta noche?- pregunto en un susurro haciendo estremecer a la
rubia.
-¿Esto fue una treta para pedirme una cita?- esbozo una sonrisa victoriosa –
sí, cenare contigo esta noche - suavemente al oído de la otra mujer.
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-Perfecto - contesto Darla en su oído antes de separarse de la rubia, sabía
que no era un lugar seguro para ese tipo de acercamiento.
-Este sin duda alguna es mi día de suerte detective - comento una mujer
con voz sensual, entrando en el área del café, notando como ambas mujeres
se giraron para verla, ella reconoció a la rubia, era la que coqueteo con
Hernández a las afueras de su restaurant, se preguntaba ¿qué estaba
haciendo allí?
-¿Sabrina?..¿pero qué haces aquí?-se pregunto Darla dejando su café en el
mesón y acercándose a la mujer mientras la rubia observaba la interacción
totalmente confundida.
-Está aquí para dar una declaración - contesto Don, mientras Tony y Richard
observaban.
-Sí, el problema detective es que yo solo colaboro contigo - contesto Sabrina
acercándose a Darla.
-Sabrina déjate de juegos…sabes… - pero no logro concluir la frase ya que
Sabrina se abalanzó sobre ella, deslizando sus brazos por el cuello
besándola profundamente, esta acción hizo que sus compañeros se rieran,
pero ninguno noto la cara de sorpresa e ira que estaba poniendo Elizabeth;
Darla se aferro a las manos entrelazadas de la mujer en su nuca, tratando
de soltarla, consiguiéndolo de manera abrupta - ¿PERO QUË DEMONIOS?molesta y aturdida por el suceso.
-Ummm….definitivamente tus labios son la gloria detective - para echar una
mirada rápida a la rubia que se encontraba furiosa, lo que lleno de dicha a
Sabrina - bueno, vamos, ahora diré todo detectives - para ir directamente a
una de las salas de interrogatorio.
-Gracias Darla, tienes buen gusto - Tony para ir a la sala de interrogatorios
junto a Don riendo.
-Ahora niégame que no le gustas - Richard saliendo del área riendo también.
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-Olvídate de la cena - fríamente Elizabeth sin ver a Darla.
-¿De qué hablas?- sorprendida - escúchame, ella es un informante nada
más…te juro que yo - pero no termino la frase porque fue interrumpida.
-¡No jures nada!…yo creía…¡Dios, que tonta fui! - saliendo del área también.
-Espera - estiro su mano para detenerla.
-No me toques - moviendo su brazo para evitar que Darla la tomara y salió
del lugar dejando solo una mirada fría.

-¡DEMONIOS! - grito dándole una patada a la papelera del lugar; salió
furiosa tras su ex-compañero encontrándolo tranquilamente en su escritorio
- ¡eres un imbécil!
-¿Por qué estas molesta?, esa mujer debe besar como una diosa - sonriendo
sin entender que le sucedía.
-Eres un idiota Richard arruinaste todo, te juro que - pero se detuvo prefirió
callar, si seguía hablando pronto tendría que decirle sobre Elizabeth y ella
no quería.
-¿De qué coño hablas?- pregunto consternado.
-Nada - finalmente para sentarse en su escritorio, quería correr y explicarle
todo a Elizabeth, pero sabía que en ese momento no la escucharía, tenía
que esperar el mejor momento para hacerlo.
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Capítulo 13
Determinación
Luego de un par de días Darla inicio su asecho a Elizabeth, la encontró
saliendo del piso y supo que en el ascensor ella no tendría otra salida que
escucharla, razón por la cual se acerco al mismo y vio como Elizabeth entro
sola, salió corriendo entrando justo antes de cerrar sus puertas.
-Hey, voy bajando - tratando de ver la reacción de la rubia.
-Darla, por favor - pero fue interrumpida.
-Escúchame, Sabrina es mi informante de Manhattan, pero eso no quiere
decir que yo tenga algo con ella.
-No entiendes, sé que ella te beso a la fuerza...pero… pensé que conmigo
era la primera vez que coqueteabas con una mujer - con decepción.
-Y es la primera vez…puedes preguntar sí lo deseas….escucha - al notar que
el ascensor estaba a punto de llegar - no me trates de esta manera dura,
porque estas acabando conmigo, te extraño - acercándose a la rubia en la
última frase.
-Dame tiempo…solo eso te pido - contesto saliendo del ascensor, sintiendo
como se había sacudido por las palabras de la detective.
Las cosas mejoraron levemente pero la rubia seguía distante, no hablaban
mucho, Darla sentía el peso de su distanciamiento, decidió pasar menos
tiempo en la estación, razón por la cual ayudaba a sus compañeros en su
tiempo libre, siempre en la calle para evitar encontrarse con Elizabeth. La
rubia noto su ausencia y quería revertir lo sucedido, pero nunca encontró a
Darla en la estación disponible
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para hablar, no quería llamarla al teléfono pues estaba segura que no le
contestaría. Era ya la semana antes de navidad y Darla seguía evitando a
Elizabeth, se entero que supuestamente ese viernes la rubia estaría en los
juzgados, por eso decidió pasar rápidamente por su oficina.
-Hola Richard - sentándose en su escritorio.
-Bueno al fin se te ve la cara, pareces una patrullera - contesto mientras
sacaba un pequeño sobre de su gaveta y se lo entregaba a la mujer.

-¿Qué es esto?
-Es la invitación para nuestra reunión anual del APARTAMENTO.
-Ahh, ¿cuándo es?- colocando el sobre sin abrir en su escritorio.
-Es esta noche - notando como Darla no toco más el sobre.
-¿Y por qué me entregan esto hoy?- indignada.
-Lo entregaron hace una semana, pero tú no apareces… ¿Qué te sucede?pregunto sin comprender el comportamiento de su amiga.
-Nada, solo estoy trabajando….además no pienso asistir - contesto algo
irritada.
-Pues ni lo pienses, el Capitán quiere a todos allí hoy, así que ve a casa y
cámbiate, porque pareces un mafioso - haciendo alusión a los pantalones
negros de Darla, a su suéter gris cuello alto y su sobretodo negro.
-Entonces pasare un rato….y déjame en paz….no pienso cambiarme - pero
al concluir la frase noto que Elizabeth venia caminando en su dirección sabes me tengo que ir, nos vemos esta noche - levantándose abruptamente
de su silla tomando el sobre.
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Darla no se percato de la cara de decepción de la rubia, ella asumía que la
fiscal no quería entablar más conversación con ella. Elizabeth por su parte
se encontraba más miserable que nunca, no lograba acercarse a la
detective, viendo su reacción decidió seguir su rumbo hacia Crowe.
-Hola Crowe… ¿Qué le sucede a Hernández?- fingiendo inocencia,
observando como el detective suspiraba antes de contestar.
-Ojala lo supiera…no se…ella está actuando muy raro - preocupado
-Puedo notarlo… ¿vendrá esta noche a la reunión?
-Sí… ¿en qué puedo ayudarte Morris?- se giro Crowe para ver a la rubia.
-E...en realidad quería saber sobre un viejo caso tuyo - contesto
rápidamente sorprendida por la pregunta, porque ella solo fue hasta él para
saber de Darla, de esta manera continuo divagando con Crowe un rato, para
luego marcharse.
Estaba decidida a acabar con esa situación, es por ello que fue a su casa y
se cambio, luego regreso a la estación en taxi, había tomado una decisión
con respecto a Darla y no cambiaria de parecer. Ya cerca de las 9pm, la
detective por fin apareció, saludando a sus compañeros.
-Hola chicos - frotándose las manos por el frio intenso de la calle.
-Hey, Darla - contesto Don - veo que vienes congelada.
-Sí, creo que va a empezar a nevar con fuerza…solo vine a saludar mientras colocaba sus manos es sus bolsillos.
-Te vas a perder del espectáculo - menciono Tony.
-¿De qué hablas?
-Mira - contesto haciendo señas a la espalda de Darla para que girara.
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-¿Qué?- contesto y se giro para observar a Elizabeth en un vestido negro
ceñido a su cuerpo, sin mangas que la hacía ver muy sexy y hermosa,
quedando sin aliento, cosa que noto Elizabeth al percatarse que la detective

la observaba.
-Esa mujer es perfecta - afirmo Tony.
-Voy por un trago - contesto secamente alejándose de sus compañeros.
Elizabeth noto el movimiento de escape y decidió acercarse a la mesa de
vinos.
-¿Te marchas nuevamente?- colocándose al lado de Darla, fingiendo que
tomaba una copa.
-Estas muy hermosa…pero...yo no puedo quedarme, lo siento - contesto sin
verla saliendo del lugar.
Bajo las escaleras desiertas lo más rápido que pudo pues la tormenta de
nieve estaba iniciando con fuerza, pero cuando llegó al coche escucho que
alguien le gritaba, se giro y vio que Elizabeth venia corriendo con su abrigo
puesto.
-¿Qué haces? la tormenta se está haciendo más fuerte vuelve a dentro - le
indico a la rubia que estaba ya justo al frente de ella.
-No… ahora tú me escucharas…yo sentí celos cuando Sabrina te beso,
porque creía que lo que estaba pasando era especial y nuevo para ambas…
tarde comprendí que así era, pero no puedes echarme de tu lado.
-Yo pensaba que no querías saber nada de mí, estabas distante.
-Estaba distante porque…tenía que pensar…te dije que me dieras tiempo
para pensar…esto no me había sucedido antes.
-A mí tampoco…crees que voy por la vida seduciendo mujeres, yo nunca me
había fijado en una.
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-Está claro que si seguimos hablando no llegaremos a nada - acercándose
más a Darla deslizando sus brazos suavemente por el cuello de ésta,
acortando el espacio de sus labios para susurrarle - bésame
-No tienes que pedírmelo - contesto cerrando el espacio de sus labios y
besar profundamente a la rubia, deslizo sus brazos por la cintura y la atrajo
hacia ella, sus labios se movían con pasión en la boca de Elizabeth, que
rápidamente dio acceso a la lengua de la detective que incursionaba de
manera apasionada dentro de ésta, expresando toda la tensión que tuvieron
por mucho tiempo.
-Sácame de aquí - susurro nuevamente sobre los labios de Darla.
-Vamos - soltándola para abrir la puerta del coche y dejando que la rubia
entrara, luego entro y sonrió a Elizabeth encendiendo el coche, aunque las
calles se encontraban desoladas, hubo un par de ojos que vieron lo sucedido
en las escaleras.
6
Capítulo 14
Pasión
Con cada giro del coche por las calles solas, se notaba la furia de la nevada,
llegaron a un barrio modesto de Brooklyn y estacionaron el coche en un
parqueadero cerrado de un edificio.
-Llegamos - se giro para decirle a la rubia.

-Está bien - para bajarse del coche y esperar a la detective que llegara hasta
ella, el furioso viento nevado arremetía con fuerza a cualquiera que
estuviera en la calle, Darla tomo su mano y la condujo adentro del edificio.
Se subieron al ascensor pero cuando iba a cerrarse un joven penetro de
manera imprevista.
-Hey, Darla….horrible noche - saludo el joven mientras que traía en su mano
varias películas, pero luego sus ojos se posaron en la rubia y las manos
entrelazadas de ambas, lo que hizo esbozar una sonrisa.
-Ni que lo digas - contesto notando como el joven se fijo en la rubia-. Ella es
Elizabeth… Elizabeth él es Chuck - presentándolos cortésmente
-Encantada Chuck - contesto la rubia estrechando su mano libre con el
joven.
-Igualmente - sonreído - Darla toma este par de películas, vas a necesitarlas,
avisaron en la tv que no es prudente salir de casa en todo el fin de semana entregándole las películas.
-Gracias Chuck - contesto tomando las películas, bajando en su piso con la
rubia para girar y despedirse del joven aun en el ascensor - entonces
cuídate
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Llegaron hasta la puerta del apartamento de Darla y entraron.
-¡Tu casa es hermosa! - Elizabeth asombrada, viendo que sus muebles era
de una color café muy intenso y sus ventanas tenían persianas tejidas, el
color de la paredes era de un suave color arena, la iluminación era tenue
dando una sensación de cobijo.
-Gracias - cerrando la puerta y encendiendo la calefacción - pronto se
calentara.
-Bueno Chuck menciono que no podemos salir en todo el fin de semana pícaramente acercándose a Darla.
-No podemos - contesto deslizando sus brazos por la cintura de la mujer pero... ¿En que habíamos quedado?
-En esto creo - la rubia para deslizar sus brazos por el cuello de Darla e
iniciar otro profundo beso, sus lenguas se entrelazaban a un impresionante
ritmo.
Deslizaron sus abrigos hacia el piso de la sala, se recostaron en el sofá y
continuaron su pasión, sus besos profundos, Darla tomó a Elizabeth y la
coloco sobre ella, mientras con sus manos empezaba a recorrer su cuerpo;
la fiscal por su parte tenía las manos perdidas en el cabello ligeramente
corto de la latina, sus cuerpos estaban en reconocimiento mutuo. Elizabeth
se detuvo para mascullar - quiero estar contigo.
-Yo...yo no sé qué hacer exactamente – nerviosa.
-Yo tampoco…pero lo estás haciendo bien…..tus manos están quemando mi
cuerpo.
-Eres impresionante… mi corazón está casi infartado - sonriendo haciendo
referencia a sus latidos apresurados, escondiendo un mecho rubio detrás de
la oreja de la otra mujer.
-Te deseo tanto - con sonrojo en su rostro.

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-Yo también - levantándose del sofá y conducir a la rubia hasta su
habitación.
-¡Tu cuarto es aun más acogedor! - la rubia sorprendida de la gran cama de
la detective y como estaba pulcramente vestida con un edredón color
pistacho que hacia juego con el color arena de sus paredes - no imaginaba
tú gran gusto para la decoración.
-Creo que mi gusto es bueno para otras cosas también - abrazando a
Elizabeth por la espalda.
-Ni que lo digas - girando en los brazos de la detective.
-Mis manos tiemblan - confesó.
-Yo también tiemblo, ¿no te das cuenta?- pero Darla inició otro profundo
beso y sus manos ubicaban el cierre de su vestido a un costado, empezó a
bajarlo sin abandonar los besos, dejándolo caer al suelo, un escalofrió
recorrió el cuerpo semi-desnudo de Elizabeth, luego la detective se quito
hábilmente el suéter, los zapatos y su pantalón cayendo todavía con su
arma y su placa colgada de la correa, para luego deslizar a Elizabeth
suavemente en su cama mientras besaba su cuello
Empezó su estampida de besos sobre el cuerpo de la rubia, con sus manos
retiro suavemente el brassier de la otra mujer, besando apasionadamente
su pecho; Elizabeth sentía su cuerpo reaccionar al tacto suave de Darla, sus
besos, sus caricias, sentir su cuerpo que empezaba a ser desnudado, todo
era muy excitante y sensual, nunca una persona la había tocado así,
despertando su cuerpo de esa manera; en ese instante el nerviosismo se
disipo por completo, la amaba profundamente.
Darla sentía la piel debajo de sus labios tan cálida, suave y hermosa, no
podía dejar de tocarla, sentirla, amarla; no imagino sentir algo así y menos
por otra mujer, pero todo era como un sueño, estaba haciendo el amor con
ella, estaban entregándose mutuamente a sus fuertes sentimiento, mientras
la furiosa tempestad de nieve arremetía contra la ventana.
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Capítulo 15
Juntas
La luz penetraba en la habitación y Elizabeth se despertó de su profundo
sueño para percatarse que Darla la tenía abrazada de frente junto a su
pecho arropadas con el edredón; sonrió al contacto, era un abrazo muy
dulce entre dos amantes, observo que aun se encontraba dormida
plácidamente y recordó lo que había sucedido la noche anterior, cuando
Darla la hizo suya y a pesar que ambas no eran expertas en este tema, pues
nunca habían estado sexualmente con otra mujer, ella sintió que había sido
un momento único, la detective fue suave, haciéndola perder la cabeza de
pasión; cerro sus ojos pensando que todo lo sucedido había sido un hermoso
sueño, pero al abrirlos se percato de que no soñó, a aun estaba allí siendo
abrazada, desnudas en la cama; se movió de su posición para depositar un
suave beso en los labios de la otra mujer, pero esta acción hizo que se

despertara.
- Ummm…buenos días - despertando y observando a Elizabeth sonreír.
-Buenos días… ¿crees que aun este nevando?- pregunto curiosa.
-No se - para girarse y ver la nieve acunada en su ventana - bueno debe
haber nevado toda la noche.
-Fue hermoso...lo de anoche - con un leve rubor en su rostro.
-Yo pienso igual, aunque… ¿no sé si lo hice bien?- con duda.
-Fue perfecto - contesto para depositar otro beso en la detective - nunca
nadie me trato tan dulcemente antes.
-Gracias - contesto depositando otro beso en la rubia sin soltar el abrazo.
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-¿Darla? sabes yo - pero no termino de hablar ya que la detective la
interrumpió.
-No… por favor no me vengas con la pregunta que solemos hacer todas las
mujeres.
-¿A qué te refieres?
-A que siempre que estamos en la cama con alguien preguntamos… ¿Qué
somos?
-Ahh - contesto con asombro - pero yo - volviendo a ser interrumpida.
-Elizabeth… obvio que estamos juntas.
-Ohhh…. yo te quería preguntar ¿si tenías hambre?…pero gracias por
aclararme que somos una pareja - sonriendo para depositar un beso en la
comisura de los labios de la detective.
-¡Ouch! -cerrando sus ojos, dándose cuenta de lo tonta que había sido.
-No te pongas así.
-Es que hice lo mismo que en el parque.
-Bueno te diré que esa fue una de las cosas que me enamoro de ti - detuvo
sus palabras, tomando una respiración profunda para luego decir - te amo.
-Te amo - contesto notando como las lágrimas empezaban a brotar de la
rubia, acerco su mano levantando la cara de ésta y mirándola a los ojos - yo
sé que alguien en el pasado rompió tú corazón, pero mírame a los ojos
cuando te digo que te amo, jamás te haría daño, por favor pase lo que pase
de ahora en adelante nunca dudes de mi amor por ti - para besarla
profundamente.
-¿Cómo lo sabes? -pregunto confusa.
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-Mi instinto me lo dijo – sonriendo.
-Olvidaba que es difícil ocultarte algo - escondiendo su rostro en el pecho de
Darla.
-No es difícil...además tengo hambre, pero no quiero levantarme - sonriendo
y observando como la fiscal sacaba su rostro de su pecho y sonreía también.
-Yo tampoco quiero.
-Bueno entonces te propongo - pero no concluyo su oración debido a que su
teléfono empezó a sonar, sabía que continuaba de guardia, así que soltó el
abrazo y se giro para tomar su teléfono del piso. - Hernández….hola…estuve

un rato…bueno, si no me marcho estaría congelada en una calle… Richard
¿para qué llamaste?… ¡VAYA! eso si es una buena noticia… en casa… estoy
durmiendo… está bien…. adiós - terminándola llamada - era Richard.
-¿Qué te dijo?
-Bueno…- suspirando - me reclamo por marcharme rápido, luego me dijo
que el Capitán anunció que todos los detectives estamos libres hasta enero
a partir de hoy, los novatos se quedan de guardia…no sabes lo feliz que me
hace olvidarme de Smith tan solo dos semanas.
-¡Es fantástico! ahora podremos quedarnos en cama todo el día acurrucándose más a la otra mujer.
-Sí, nada de salir de la cama - haciendo el mismo movimiento para quedar
dormidas otra vez.
Luego de dormir un par de horas más, ambas mujeres decidieron
levantarse, Elizabeth recogió la ropa esparcida por el suelo, mientras la
detective tendía la cama, guardando su arma y su placa en la gaveta de la
mesa junto a su cama.
Darla le entrego a Elizabeth unos pantalones deportivos y una camisa
alusiva al carnaval de New Orleans; mientras la rubia se daba una
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ducha, la detective vistió con unos pantalones deportivos y una camisa
blanca para luego observar el gélido paisaje por la ventana, las calles
desiertas y la nieve cayendo con fuerza otra vez, se dispuso a realizar el
desayuno, a pesar que ya eran las 3pm.
-Huele delicioso - Elizabeth apareciendo en la cocina.
-Me alegra que te gustes - contesto sonreída.
-¿Qué es?- pregunto deslizando sus manos por la cintura y asomando su
cabeza por el hombro.
-Es tocino y huevos revueltos…un verdadero desayuno americano.
-Yo pensaba que cocinarías algo latino - un poco decepcionada.
-Bueno para la noche te cocinare algo latino….por cierto ¿tú no cocinas?pregunto curiosamente.
-Sí lo hago…pero cocinar para mi sola es tedioso Darla - separándose del
abrazo para dando la vuelta al mesón de la cocinan
-Entonces cocina para mí - apagando la estufa.
-Está bien…esta noche la cena estará a mi cargo - con una enorme sonrisa
mientras le servían el desayuno.
-Perfecto - besándola -.vamos a la mesa.
-Se sentaron y empezaron a comer sonriendo mutuamente, de pronto sonó
un teléfono.
-Morris….hola….es que no estoy en casa….estoy perfectamente…no estoy
sola…la tormenta es dura pero para el lunes debe terminar, bueno al menos
así parece decir la tv…no he visto nada de eso…dile a mi mamá que estoy
bien…sí y papá también…no te diré con quien estoy… no insistas… está
bien, adiós Amanda…mi teléfono estará encendido…ok, adiós -culminando
la llamada mientras Darla la observaba intrigada - era mi hermana.
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-¿Están preocupados?
-Sí, al parecer la tormenta de anoche fue muy fuerte y hay varios pasos
trancados, llamaron a mi casa pero obviamente no atendí y por eso ellos se
preocuparon.
-¿Cuántos hermanos tienes?- pregunto curiosa.
-3, Amanda es la mayor, luego vengo yo, después Chris y Tom…son mellizos
- con leve sonrisa
-Familia grande…yo…ahora solo tengo a Héctor - con añoranza en sus
palabras.
-Ahora me tienes a mi - tomando con su mano la de Darla.
-Si ahora te tengo a ti - sonriendo al significado de sus palabras - ¿quieres
ver una de las películas de Chuck?
-¡Seria magnifico!
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Capítulo 16
Promesa de navidad
Luego de lavar los platos, ambas fueron a la habitación y Darla coloco una
de las películas, se deslizaron en la cama y se abrazaron. No querían estar
lejos ni por un momento, ya habían pasado por mucho tiempo separadas
entre cortejos y discusiones como para distanciarse nuevamente.
-Tienes los pies fríos - indico la rubia.
-Tú también.
-¿Cuándo fue que te fijaste en mi?- pregunto Elizabeth.
-¿Por qué preguntas eso?
-Porque soy curiosa...además, te diré cuando me fije en ti…fue cuando te
disculpaste conmigo por tu actitud en la morgue….allí algo en mi me
impulso hacia ti - sonriendo
-Está bien…fue cuando te enfureciste en la morgue…te veías tan bella, que
cuando quise bromear con Peter, se salió de mis labios el comentario hacia
ti - con un leve sonrojo
-¿Pero tú te enojaste?
-Sí, pero fue porque no entendía como te había dicho eso….luego de
disculparme contigo, yo me esforcé mucho para borrar esa imagen odiosa
que pensé tenias de mi.
-Ahhh…por eso eras totalmente encantadora y bromista.
-Algo así…bueno cuando tú estabas exageraba mi simpatía y siempre te
observaba, así fue como descubrí que tu frialdad era mentira…
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porque cuando yo bromeaba, tú te esforzabas para no reír - contesto riendo
al recuerdo.
-Bueno, entonces todo fue casi desde el instante de conocernos - asevero la
rubia.
-Creo que si…además ahora estás aquí en mi cama, en la peor nevada de
New York - sonriendo mientras apretaba más el abrazo.

-Y estoy feliz de estar aquí - para besarla - ¿sabes una cosa?
-¿Qué?
-La película termino y ni siquiera la vimos - empezando a reír, acción que
fue seguida por la otra mujer.
-Ya es casi de noche… voy a ducharme para probar esa deliciosa cena que
me preparas.
Fue directamente a la ducha, mientras que Elizabeth se encargaba de la
cena, ella sonreía con todo el orden meticuloso de la detective en su cocina,
todo estaba perfectamente ordenado, las ollas, los electrodomésticos, los
alimentos en su nevera, su alacena, era algo fascinante. Tomo lo necesario
de la cocina inmaculada y se dispuso a cocinar.
-Ya estoy lista… ¿en qué puedo ayudarte?- entrando en la cocina.
-Puedes empezar por darme un beso…además ya está casi lista… pollo y
ensalada - girándose hacia Darla.
-Ummm….eso es lo primero que te voy a dar - besándola mientras la
tomaba de la cadera - y ¿tenía todo lo necesario?
-¿Qué dices?….tienes de todo en tu cocina - riendo.
-Espero que la cena no me dé sueño.
-¿Por qué?
7
-Bueno esta noche quiero hacerte el amor - pícaramente mirando a la rubia hay que practicar.
-Estoy totalmente de acuerdo - pero en ese instante sonó unos toques en la
puerta - ¿Quién podrá ser?
-No se…a lo mejor es Chuck - dejando a la rubia revisando la cocina y
dirigiéndose hasta la puerta, al abrir quedo sorprendida.
-Cariño… que noche más fría…y tu sin aparecer… ¿pero donde coño te
metiste?… imaginé que estabas congelada - un hombre de
aproximadamente 33 años, de piel blanca, muy guapo vestido con un abrigo
y guantes de color marrón.
-¿Héctor qué haces aquí? - Darla sorprendida
-¿Cómo qué hago aquí?... estaba preocupadísimo por ti…la peor nevada de
la ciudad y tú… mi amiga, mi hermana ni señales… ¿no me llamas para
saber si estoy vivo?- Héctor colocando su mano dramáticamente en su
pecho.
-Pero estoy perfectamente y tú también - observando la exageración de su
amigo.
-¡¡Ahhh!!…. ¿ahora no puedo preocuparme por ti?- pero en seguida se
percato del delicioso olor proveniente de la cocina - ¡hay comida, magnifico!
- entrando abruptamente en el apartamento.
-No… espera Héctor - tratando de detenerlo.
-¡¡¡Ahhhhh!!!…¿pero esta mujer hermosa quién es?- observando con
asombro a Elizabeth quien esbozaba una sonrisa - ¿un momento?... ¿ella
lleva puesta tú ropa?- con gran asombro se giro hacia su amiga - ¡Ay Dios
mío!… ¡Dios mío! - colocando otra vez su mano de manera exagerada en su
pecho - no…no…no puedo creerlo… ¿te cambiaste de acera? ¡Ay dios mío! -

finalmente desplomarse en el sofá fingiendo un ataque de ansiedad - ¿Cómo
has podido hacerme esto Darla? tú,
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mi mejor amiga, mi hermana y ¿no me cuentas esto?- levantándose del
sofá.
-Luego te contare…ella es Elizabeth Morris.
-Hola, encantada de conocerte - la rubia para estrechar la mano de Héctor,
quien se había quitado el guante de la mano izquierda.
-Cariño…el placer es mío…soy Héctor Mendoza… ¿así que tú eres la diosa
que cambio a mi amiga?
-Bueno, creo que nos cambiamos juntas…yo tampoco había estado con una
mujer.
-Bueno, bueno, bueno…estoy hiperventilando en este momento…no voy a
interrumpir esta obvia luna de miel, así que me marcho - colocándose el
guante - Darla me debes todos los detalles….preciosa es un placer
conocerte - despidiéndose de la rubia para salir del apartamento - Vaya que
calor hace aquí - sonriendo y agitando su mano para salir del lugar cerrando
la puerta a su paso.
-Y ese es Héctor.
-Me parece encantador… como tú… pero, ¿es zurdo?
-Sí… ¿vamos a cenar?
-Sí – sonriendo.
Luego de terminar la comida se fueron a la cama, pero de nada sirvieron los
esfuerzos por no dormir, la cena fue fulminante para las dos y entraron en
un profundo sueño. En la mañana fue Darla la primera en abrir sus ojos,
observando como la rubia dormía profundamente cerca de ella, se veía
hermosamente tranquila, medito sobre todo lo que había sucedido, nunca
pensó en enamorarse de ella, aunque muy al fondo tal vez la amaba desde
que la conoció, recordó cuando ella le dio cobijo en su casa el día que
apareció su padre, ella fue comprensiva y tierna; sonrió de esto nuevo que
estaba viviendo, sorprendentemente desde que hicieron el amor por
primera
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vez se desenvolvían con soltura, como si estuvieran juntas desde hace
mucho, además después de tantas cosas que en su vida paso y todo lo que
ahora tiene debido a su gran esfuerzo, sentía que Elizabeth era el premio de
su vida y le aterraba perderla.
-Buenos días - Elizabeth al despertar.
-Buenos días - contesto sonriendo.
-Anoche no hicimos nada.
-No…pero todavía tenemos tiempo - acercándose para besarla en el cuello.
-¡Espera! - abruptamente.
-¿Qué sucede?- pregunto con temor por el tono que uso la rubia.
-No te asustes, pero…Darla mañana salgo en el primer vuelo para
Bridgeport…compre el pasaje cuando llegue a Brooklyn para pasar navidad

con mi familia.
-Ahhh - con decepción.
-Realmente no quiero ir…quiero quedarme contigo - cerrando sus ojos y
colocando su mano en su frente.
-Ve.
-Pero - abriendo sus ojos, no termino la frase porque fue interrumpida.
-Ve Elizabeth, es tu familia….no puedes dejarlos, tienes meses sin verlos y
se preocupan por ti.
-Pero… ¿y tú?
-Yo estaré en el mismo lugar, Brooklyn…..voy a estar bien…extrañándote
muchísimo, pero bien…solo llámame a diario para escuchar tu voz sonriendo.
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-Lo prometo - besándola.
-Bueno…entonces no podemos perder el tiempo - desplazando su mano
hasta la camisa llegando a un costado, para hacerle cosquillas.
-No seas traviesa - riendo al gesto.
-No soy traviesa…..vamos a disfrutar este día - desatando nuevamente su
pasión.
Continuaron el día explorando sus cuerpos de la forma más amorosa
posible, haciendo el amor y acurrucándose en la cama. El lunes Elizabeth
partió a pasar navidades con su familia, ambas se extrañaron mucho
durante esas dos semanas, pero la fiscal cumplió su promesa y hablaban
todos los días, lo que hizo más llevadero el tiempo distante. Cuando se
encontraron nuevamente, la pasión volvió a estallar.
-Te extrañe - acariciando con su pulgar la cadera desnuda de la rubia que se
encontraba recostada sobre su cuerpo.
-Yo también te extrañe - depositando un beso en los labios.
-¿Cómo te fue con tu familia?- pregunto mientras escondía un mechón de
cabello de la rubia detrás de su oreja.
-Bien…tenía meses sin verlos y disfrute mucho….¿y tú?
-Yo estuve con Héctor contándole todos los detalles de cómo nos
enamoramos…tenias que ver lo exagerado que estuvo, me reí mucho a
decir verdad - riendo al recordarlo
-¿Y ahora?- pregunto con seriedad la rubia.
-Bueno finalmente hiciste la pregunta.
-No estoy preguntando eso…sé que eres como mi novia.
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-¿Cómo tu novia? bueno… ¿quieres ser mi novia?
-Sí - sonriendo - no tenias que hacer la pregunta formal - besando a su
ahora novia.
-Quiero pasar el resto del fin de semana así - abrazando la espalda desnuda
de Elizabeth.
-Yo no tengo objeción con eso… pero mi pregunta inicial es ¿Qué pasara el
lunes, cuando regresemos al trabajo?

-Bueno…tendremos sumo cuidado para que nuestros compañeros no sepa
de nuestro noviazgo - sonriendo.
Una vez de vuelta en la estación de policía, ambas mujeres tenían que
esforzarse mucho para mantenerse neutral la una con la otra, cada vez que
se veían saltaba destellos de sus ojos.
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Capítulo 17
San Valentín
-Hola… ¿Morris se encuentra reunida?- pregunto Darla al joven becario que
se encontraba a la entrada del APARTAMENTO legal.
-Hola Detective…ella está libre en este momento.
-Gracias - entrando en la oficina de su novia, observándola detrás de su
escritorio muy concentrada - ¿un caso duro?
-Hola….un poco… ¿qué haces? entra - sonriendo, levantándose de su
escritorio observando como la detective cerró la puerta para luego
acercarse a ella.
-Feliz día de San Valentín - deslizando sus brazos por la cintura de su novia.
-Feliz día de San Valentín para ti también - la fiscal para besarla
profundamente - ¿Qué es ese sobre que tienes en tus manos?
-Ahhh…casi lo olvidaba - sacando del sobre una rosa roja - Ahora si feliz día entregándole la flor.
-Gracias - tomándola en sus manos y sintiendo su olor - es hermosa
-¿Quieres cenar conmigo esta noche?
-¿Por qué me preguntas? claro que quiero - deslizando sus brazos por el
cuello
-Porque quiero tener esa cita que nunca tuvimos.
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-Bueno no tener esa cita fue mi culpa…yo estaba celosa…pero ahora es
diferente.
-No es diferente…ahora es muy especial….te pasare buscando a las 8pm
por tu casa - besándola rápidamente la punta de la nariz.
-Perfecto… ¿no vas a besarme?
-No debería….eso es después de la cita Elizabeth.
-Me has hecho el amor muchas veces sin necesidad de esa cita - sonriendo
pícaramente.
-Es verdad - besándola profundamente - te amo…nos vemos esta noche.
-Ok.
Al salir de la oficina, a Darla le costaba esconder su felicidad, todos sus
compañeros estaba ajustando sus respectivas citas, pero ella ya había
ajustado la suya, Richard trato de indagar el por qué de su enorme sonrisa,
pero la detective no soltó palabra, sin embargo cuando vio a Elizabeth por
segunda vez ese día casi se abalanza sobre ella para besarla; la rubia
estaba igual pero luciendo su rosa, flor que causo curiosidad por todo el
piso, nadie se imaginaba quien pudo ser el responsable de entregarle la
misma a la dura fiscal.

Darla fue directamente a su APARTAMENTO al salir del trabajo y a pesar que
Smith estuvo a punto de estropear su cita, ésta le indico que no había
ninguna manera de retenerla más tiempo en la oficina. Se ducho, se vistió
con una camisa de mangas 3 ¼ color violeta, luego se puso un pantalón
negro y su abrigo del mismo color, su placa y su arma las guardo en la
gaveta junto a su cama, pues no iba a necesitarlas esa noche, ya que no
seguía de guardia. Las calles estaban a tope, las personas se encontraban
excitadas por la fecha, flores a la venta en todas las esquinas, muchas
parejas tomadas de las manos y un tráfico atroz que amenazo con el
incumplimiento de hora establecida.
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-Luces preciosa - al ver a su novia salir de su edificio con un vestido azul
oscuro ceñido a su cuerpo y un abrigo blanco.
-Gracias… tú también te ves hermosa - besando a su novia
-Gracias…vamos - entrando al coche para partir del lugar.
-¿A dónde vamos?- pregunto curiosa tomando la mano de la detective.
-Eso es una sorpresa – sonriendo.
Continuaron su trayecto difícil, ya que las calles continuaban abarrotadas,
pero Elizabeth identifico el sector donde se encontraban.
-¡Estamos en Bushwick! - sonriendo asombrada.
-Sí y ya llegamos - saliendo del coche con su novia.
-¿El Gaucho?- pregunto curiosa Elizabeth sin saber el significado del nombre
del restaurant.
-Sí…es comida Argentina…Gaucho es un tipo de campesino característico
de las llanuras de Argentina, es como un vaquero realmente - para invitarla
entrar.
-Ahhh - asombrada y entrando junto a Darla, el lugar era muy hermoso y un
rico olor a carne inundaba el lugar, toda la decoración era rustica, las luces
eran tenues, las mesas eran de madera, habían muchas personas pero un
mesonero las llevo hasta una mesa retirada, se escuchaba una melodía
suave - esto es impresionante Darla - con gran sonrisa en su rostro.
-Me alegra que te guste – sonriendo.
La comida y el vino llegaron, ambas empezaron el festín, Elizabeth estaba
fascinada con los sabores que estaba degustando, todo era nuevo y
delicioso, costillas, chorizos, morcilla, vacío, tapa de asado; la elección de su
novia para la cena no solo había sido original, sino especial, estaba rodeada
por ese ambiente latino que tanto adoraba.
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Cuando terminaron la cena partieron del restaurant, Elizabeth no quiso
pasar la noche en su apartamento, ella prefería ir a la casa de la detective,
ya que era mucho más acogedor. Llegaron y no perdieron tiempo en ir a la
cama, las manos de Darla desvistieron hábilmente a la rubia, iniciando su
noche apasionada.
-¿Estás dormida?- pregunto Elizabeth que se encontraba de espaldas con los
brazos de la detective alrededor.

-No.
-Esta fue la cita perfecta - girándose en los brazos de Darla, quedando al
frente de ésta.
-Me alegra que te haya gustado - sonriendo para luego acariciar la mejilla
de su novia suavemente - eres muy hermosa.
-Tú también… me gusta todo de ti… nunca imagine que me enamoraría en
Brooklyn y mucho menos de un detective - correspondiendo la sonrisa.
-Yo tampoco imagine que sentiría esto por alguien… tú eres como un premio
en mi vida - acariciando con sus dedos la espalda desnuda de la rubia bajo
las sabanas.
-Yo no soy un premio…tú me conquistaste…me enamoraste de todo tú
ser….y no quiero separarme nunca de ti - besándola, pero luego Darla
empezó a reír - ¿Qué te sucede?- pregunto sin comprender el origen de la
risa.
-Es….es que todos estuvieron preguntando sobre la rosa…..si ellos supieran
que la dura y fría fiscal de distrito….en realidad es muy apasionada y dulce
conmigo.
-Con razón veía un movimiento extraño en la oficina…..pero tienes razón,
contigo soy muy apasionada - sonriendo - pero es nuestro secreto.
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-Así es…nuestro completo secreto - besándola.
8
Capítulo 18
Bañera
-Ya está aquí… ¡la cena! - Elizabeth entrando en el baño con una caja de
pizza, mientras Darla se encontraba en la bañera espumosa esperándola.
-Qué bueno… toma tú cerveza y entra… el agua se empieza a poner fría si ti
– pícaramente.
-A eso voy - deslizando la bata al piso, mostrando su cuerpo desnudo a la
otra mujer que se encontraba tratando de ingerir un trago de su bebida
mientras la observaba atentamente - ummm…vamos a tener que
calentarnos un poco - llegando hasta el regazo de Darla besándola
profundamente.
-Me gusta tú bañera… Es grande - abrazando a la rubia.
-Me gusta más tú bañera… Es pequeña - sonriendo y acercando unos
pedazos de pizza para comer.
-Ummm… está muy buena - Darla comiendo un gran trozo.
-¿Cómo conociste a Sabrina?- mientras comía también.
-¿Por qué preguntas eso?- asombrada y bebiendo un trago de cerveza.
-¿Por qué no me has contado?... tú le gustas mucho... al menos podría saber
toda la historia.
-No sé, nunca pensé que quisieras saber de eso…pero está bien… fue hace
mucho…cuando era patrullera - agarrando más pizza - yo estaba en guardia
nocturna… esa noche estaba sola.
-¿Y Richard?

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-Él no era mi pareja… era un cretino llamado Jack… aunque Richard era mi
amigo desde entonces, también era patrullero.
-¿Y? ¿Qué paso esa noche?- bebiendo un poco de cerveza atenta a la
historia.
-Bueno, esa noche yo gire por unas calles conocidas por actividades
sexuales… entonces vi que estaban golpeando a una chica… bueno, Sabrina
es un poco mayor que yo en realidad…en fin, baje de la patrulla y quien la
golpeaba era su chulo… al parecer ella le había robado - tomando un poco
de cerveza - entonces procedí a detenerlo.
-¿Y ella?
-Ella entro en la patrulla también… fui y deje al sujeto en una celda…para
luego la llevarla hasta el hospital.
-¿Eso es todo? eso fue tú trabajo Darla… ¿Qué más paso?- con mirada
inquisitiva.
-¡Vaya! tenemos a la fiscal en acción - sonriendo ante la forma de preguntar
de la rubia.
-No te burles… ¿y?- sonriendo ante el comentario emitido.
-Y paso que estuve en el hospital hasta que le dieron el alta… recuerdo que
ella se sorprendió de verme todavía allí… la lleve hasta su casa y le
aconseje que dejara las calles - agarrando otro pedazo de pizza.
-¿Por qué hiciste eso? no te correspondía – confundida.
-No sé Elizabeth… me dio pesar, tal vez su vida no fue fácil y termino
eligiendo el camino equivocado… por eso me comporte así con ella.
-¿Y ella que hizo?
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-Pues…a los días la volví a ver, pero no estaba “trabajando”, estaba de
compras y fue cuando empezó su ataque feroz hacia mí… aquello me causo
gracia.
-¿Cuándo se volvió te informante?
-Cuando empecé en homicidios…había un caso y Richard estaba ya
conmigo… fuimos a Manhattan a buscar un posible testigo y resulta que era
ella… pero a persa del lujoso restaurant no había cambiado de vida… luego
de eso, ella colaboraba conmigo… aunque siempre considere que todo su
acto seductor era una especie de broma conmigo – sonriendo.
-¿La has visto nuevamente después del beso?- curiosa.
-No… ella cruzo la línea…ya no puede ser mi informante nunca más…
además recuerda que ella no me gusta.
-Ahhh… ¿y por qué no? Es muy bonita - sonriendo levemente al escuchar
que Darla no la había visto a Sabrina.
-No eres tú Elizabeth… sólo me gusta una mujer y esa eres tú - acercándose
para besarla - ahora te toca a ti.
-¿De qué hablas?- sonriendo sobre los labios de su novia.
-Cuéntame de la persona que te volvió tan precavida con las relaciones alejándose para destapar otra cerveza, percatándose como su novia

suspiraba profundamente antes de contestar.
-Yo estaba estudiando en la universidad…él se acerco a mí y rápidamente
me sedujo….aunque no lo creas, en ese tiempo yo era muy dulce e ingenua
- bebiendo un poco de su cerveza.
-Aun eres dulce…e ingenua en ciertas ocasiones – sonriendo.
-Gracias - devolviendo la sonrisa - mi padre enloqueció, era él yerno
perfecto… un abogado con ambición… rápidamente lo conecto con buenas
relaciones en el medio.
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-¿Y qué pasaba contigo? estabas estudiando derecho… ¡Por Dios! ¿Eres su
hija?- indignada por lo que escuchaba
-Mi padre es un hombre muy tradicional y machista Darla…no importaba
que yo fuera abogada…él quería un yerno abogado para que entrara en el
mundo de la política…cosa que a mí no me interesa - agarrando otro pedazo
de pizza.
-¿Y qué paso?
-Bruce… así se llama… mi padre le puso todo en bandeja de plata…
conexiones con congresistas, la corte suprema, todo… él rápidamente me
propuso matrimonio… claro todos enloquecimos.
-¿Qué paso? ¿Por qué no se casaron?
-Porque él aprovecho un viaje que hicimos en familia a Europa y se caso con
la hija de un congresista… cuando llegamos, estaba publicado en prensa…
fue la peor burla y humillación que he sentido.
-¿Queeeeeeeé?- asombrada y furiosa por lo que escuchaba.
-Así es… mi padre arremetió contra mí, diciendo que yo no sabía escoger
mis relaciones… después de eso, regrese a la universidad y comencé mi
último año… pero nunca pude sentir confianza en nadie… ¿ahora entiendes
porque soy tan fría? no quiero que se aprovechen de mi… prefiero alejarlos
a todos - bebiendo lo último de su cerveza.
-Ya veo - entristecida por la burla sufrida - pero tu padre no tenia que
culparte, es decir nadie puede culparte Elizabeth, él los engaño a todos deslizándose hasta su regazo - además ahora entiendo ¿Por qué me
costaste tanto?- besándola dulcemente.
-Bueno… ahora es diferente - deslizando sus brazos por él cuello de su novia
- ahora me doy cuenta, que lo que sentía por Bruce no es ni una milésima
de lo que siento por ti… nuestro amor es verdadero y enorme… además las
cosas buenas son duras de obtener - pícaramente al pronunciar la última
frase.
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-Es duro…pero es muy gratificante - besándola profundamente, mientas la
deslizaba bajo la espuma para empezar a hacerle el amor
apasionadamente.
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Capítulo 19

Bajo el mismo techo
Elizabeth sentía cada vez más una necesidad imperiosa de estar junto a
Darla día y noche, igualmente la detective, que tenía que sortear su trabajo
con su vida privada ya que en muchas ocasiones no le dejaba tiempo de
estar con su novia, pues si le tocaba trabajar toda la noche, significaba que
no podía compartir con ella, ya que ese era el único tiempo disponible entre
semana para ambas.
-Darla, por favor, cálmate - Peter tratando de tranquilizar a la detective que
estaba furiosa.
-¿Cómo quieres que me calme?… ¡ese idiota de Smith contamino la escena
del crimen! - levantando las manos.
-Pero no todo está perdido…tengo la esperanza de encontrar algo que
funcione… sólo dame tiempo - contesto pasando a su escritorio.
-Tengo un homicida atacando a niños… ¡niños! Peter, no tengo tiempo tomando unos documentos con la mano.
-Voy a hablar con mi equipo para que tome tu caso prioritario.
-Avísame cuando tengas algo… ¡te juro que está vez que quiero matarlo! cerrando uno de sus puños.
-Doctor Straatman, mañana tiene que declarar en la corte - Elizabeth
entrando abruptamente a la oficina, pero cuando vio a su novia furiosa
quedo fría - Hernández, ¿te encuentras bien?- con preocupación.
-No - contesto secamente.
-Morris lo recuerdo, es sobre el caso Jarred….no te preocupes allí estaré.
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-Nos vemos Peter - Darla saliendo de la oficina.
-Yo también me marcho - marchándose apresurada detrás de su novia espera Darla, ¿Qué tienes?- deteniéndola en el pasillo.
-Lo siento…es que…Smith contamino la escena del crimen - con frustración.
-¡Queeeé!… Dios… ven - cuando llegó el ascensor - vamos a dar una vuelta
¿quieres?
-No…debo trabajar - tristemente entrando en el ascensor con su novia.
-Vamos a mi oficina - cuando llegaron a su piso se toparon con Johnson.
-Morris necesito reunirme contigo urgentemente.
-Lo siento, ahora debo reunirme con Hernández, te avisare cuando termine llegando hasta su oficina y cerrando la puerta con llave una vez entraron.
-Esto es una pesadilla - sentándose en una de las sillas de la oficina de su
novia.
-Entiendo tu frustración… pero no debes reaccionar así, tal vez el doctor
Straatman consiga una evidencia limpia - acercándose a su novia y
acariciando su cabello.
-Son niños Elizabeth… ¿cómo quieres que reaccione?- en tono de derrota.
-Hey... nada de derrotas, tú eres un detective increíble, además muy astuta,
estoy segura que vas a resolverlo sin que otro niño muera - agachándose
para ver el rostro de Darla.
-Te amo - sonriendo para levantarse, acción copiada por la rubia - y te
extraño - deslizando sus brazos por la cintura de su novia - además tengo

problemas para dormir.
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-Es por el caso… no debe ser agradable estar sola en casa.
-¿Por qué no te quedas conmigo?
-Ummm… ¿estás segura?- dudando de la situación.
-Sí… además si estás en casa me esforzaré el doble tan sólo por regresar besándola rápidamente - no veo la hora de compartir conmigo - sonriendo
-Yo tampoco - devolviendo el beso
-Toma - entregándole las llaves de su casa
-¿Pero y tú?- pregunto notando que si ella se llevaba las llaves como entraría
Darla.
-Yo tengo una copia en mi escritorio.
-Entonces esta noche recuerda que estoy en tu casa.
-No te preocupes - sonriendo con más ánimo.
Ya cerca de las 12:30 am Darla decidió ir a su casa, dejo a Smith trabajando
a regañadientes y se marcho, las calles estaban solas y el frio estaba
desapareciendo rápidamente con la llegada de la primavera; en el trayecto
su mente continuaba trabajando, entrelazando los datos del caso que ya
tenía dos pequeñas victimas; nunca le gusto trabajar en casos de victimas
menores y la brutalidad del mismo la atormentaba; cuando llego a su
apartamento observo que Elizabeth se encontraba estacionada en su lugar,
sonrió al confirmar que ella estaba allí, se dispuso a estacionarse en el
puesto de Chuck, ya que él por el momento no poseía vehículo.
Entro a su apartamento en silencio, percatándose al instante que Elizabeth
había encendido la calefacción, luego colgó su abrigo en el perchero y fue
directamente a la habitación para observar a la rubia dormida debajo de sus
sabanas, sintió alivio de tenerla allí, no
94
despertaría en una cama fría; empezó con sigilo a quitarse el arma y su
placa para colocarla en la gaveta de su mesa junto a su cama, luego decidió
buscar su ropa para cambiarse, pero Elizabeth despertó.
-Llegaste… ¿Qué hora es?- pregunto somnolienta
-Duerme, es tarde….son la 1:10am - en voz baja.
-Es tarde - ratifico levantándose para ir con la detective - ven déjame
ayudarte - mientras se giraba al frente para desabotonar su camisa y
quitársela.
-Gracias - sonreída.
-¿Y Smith?- pregunto depositando la camisa en la cesta del baño.
-Se quedo trabajando muy a su pesar - cambiándose la ropa para ir a
dormir.
-¿Cómo va el caso?- bostezando y deslizándose en la cama con Darla
-Bueno estamos casi en punto muerto a decir verdad….pero no quiero
hablar de eso - abrazándola.
-Lo siento…me gusta tu casa.
-A mí me gusta más cuando estás aquí…..sé que en estos días no he podido

estar contigo.
-Es por el trabajo…no te sientas mal, además hoy estas aquí -cerrando sus
ojos - déjame disfrutar de tus brazos - para volver a dormir.
-Te amo - susurro para dormir también.
Elizabeth despertó y observo a Darla noqueada literalmente en la cama, se
deslizo suavemente y se percato que eran las 7am, fue al baño para lavarse
y luego se dirigió a la cocina para hacer el café,
95
cuando volvió a la habitación noto el cansancio de su novia, ella sabía que
este caso la atormentaba, deseo que acabara rápido y atraparan al
responsable de esas atrocidades. Se desplazo hasta la mujer durmiendo y
empezó a levantarla muy a su pesar, pues sabía que tenía que descansar un
poco más.
-Darla…levántate son las 7am - en voz baja para no alterarla.
-Ummm… ¿ya es hora?- pregunto con voz rasposa.
-Sí… levántate, estoy haciendo café – sonriendo.
-Está bien - levantándose para ir al baño, luego de ducharse y cambiarse,
observo que cerca de su closet había un pequeño bolso - Elizabeth ¿y ese
bolso?- entrando a la cocina.
-Es mi ropa…recuerda que anoche traje un poco - llegando a su lado para
entregarle una taza de café.
-¿Y por qué trajiste tan poca?
-Porque era para una noche.
-Pues deberías traer más - tomando un sorbo de café.
-¿Cuánta quieres que traiga?- pregunto curiosa.
-Toda.
-Espera un momento… ¿me estás pidiendo que vivamos juntas?- Elizabeth
asombrada
-Sí… te estoy pidiendo que vivas conmigo - con enorme sonrisa
-Pero Darla…yo no puedo dejar mi apartamento de Manhattan.
-¿De qué hablas? podemos darle una vuelta cada semana…o es que… ¿No
quieres vivir conmigo?- en pánico.
9
-Claro que quiero…de hecho anoche fue maravilloso llegar aquí y esperarte
en la cama - besándola.
-¿Entonces?- expectante.
-Entonces… esta tarde traeré toda la ropa que pueda de Manhattan sonriendo.
-Perfecto.
Como fue acordado esa tarde Elizabeth fue a su apartamento y saco gran
parte de su ropa para llevarla a casa de Darla, allí se dispuso a colocarla en
el closet de su novia, organizando todo, sonrió al ver sus ropas
entrelazadas; sabía que era un paso muy importante y definitivo en su
relación, estaban por iniciar la convivencia y esperaba que fuera igual de
maravillosa que su relación lo había sido hasta ahora.

-Hey…vine lo antes que pude - al entrar a su casa encontrándose a la rubia
en la cocina.
-No tenías que darte tanta prisa… solo te indique que ya había colocado mi
ropa en tu closet - acercándose para besarla
-Nuestro closet - aclarando con enorme sonrisa - también hable con Chuck
para saber si podía estacionarme en su puesto de estacionamiento.
-Tienes razón es nuestro closet……y ¿Qué te contesto?
-Bueno, te envió sus saludos y nos felicito por este paso que estamos
dando, luego me dijo que me estacionara allí todo el tiempo que desee…
ahora muéstrame nuestro closet.
-Ven - tomando su mano y conduciéndola hasta la habitación, aquí abrió las
puertas - ¿Qué te parece?
-¡Magnifico! - con gran sonrisa, observando cuan meticulosa fue su novia
colocando la ropa - ¿tienes miedo de esto?- deslizando sus
97
brazos por la cintura de la rubia mientras apoyaba su mentón en el hombro.
-No - girándose en brazos de su novia - estoy emocionada y feliz de estar
aquí contigo…te amo tanto - finalizando sus palabras con un profundo beso
- ¿Por cuánto tiempo crees que podamos seguir ocultando nuestra relación
en el trabajo?
-Sabes una cosa, en este momento no tengo ningún impedimento para
decirlo todo.
-Pero mi familia también lo sabrá ¿y tengo miedo de su reacción?- con temor
evidente en su voz.
-Sé que habrá problemas pero a mí no me importa si continuo a tu lado –
sonriendo.
-Tienes razón…pero quisiera esperar un poco antes de contar todo.
-Está bien….no te presionare.
Luego de dos semanas de revisar viejos archivos sobre pedófilos, Darla
consiguió varios sospechosos, con la ayuda de Peter logro indicar con una
prueba forense al responsable y finalmente fue arrestado. El Capitán alabó
el gran trabajo realizado por ella, aunque no fue igual con su novato
compañero. Con el caso cerrado, ambas mujeres se enfocaron en el paso
dado.
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Capítulo 20
Angustia
La convivencia había sido exitosa después de tres meses, estaban
perfectamente acopladas, más de lo que ellas imaginaron; llegar a casa y
compartir la intimidad del hogar era único para ambas, convirtieron a
Prospect park en su refugio, aquí podían compartir libremente sin
preocuparse de ser vistas por alguno de sus compañeros, revelando su
secreto de amor. Pero la familia de Elizabeth estaba haciendo presión por
saber que ocurría con ella, pues cuando la llamaban a su casa ella nunca
estaba, mil escusas fueron dadas, pero ninguna creíble para sus seres

queridos.
-¿Qué demonios te sucede Smith?- Darla saliendo de su coche al frente de la
estación de policía, dirigiéndose al novato engreído
-No me sucede nada…solo quiero llevar a Morgan hasta las salas de
interrogatorio… ¿no entiendo tu actitud?- con sus brazos abiertos.
-No vas a llevar a Morgan, él es extremadamente peligroso y muy astuto…
tú lleva a Jackson, recuerda que ambos se odian y han tratado de matarse
varias veces.
-Yo puedo con Morgan… ¿piensas que soy débil?- tercamente.
-Sabes lo que te digo… llevaras a Morgan si es lo que quieres…pero te
recuerdo que es muy astuto.
Smith conducía a Morgan, que media aproximadamente 1.85mts y pesaba
alrededor de 120 kilos, notoriamente más grande y fuerte que el menudo
detective. Mientras se dirigía hacia las salas de interrogatorio con su gigante
sospechoso, Darla venía detrás con Jackson un hombre de contextura
semejante a la de Tony, se detuvo para conversar con su ex – compañero.
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-Hey…Richard te necesito para que interrogues a Morgan - mientras Jackson
la esperaba esposado a su lado.
-Está bien - ¿quién lo lleva a la sala?
-Smith…insistió - pero al instante pudo escuchar un grito provenir del fondo
del piso, cuando observo hacia el lugar se percato que Morgan no tenía sus
esposas y estaba apuntando con un arma a Jackson, de inmediato ella grito,
llevando su mano hasta su arma - ¡ALTO! - pero al instante escucho una
detonación procedente del arma de Morgan, empujo a Jackson hacia las
mesas adyacentes para protegerlo, pero esta acción hizo que el proyectil
impactara en su brazo derecho, no se percato que tres detonaciones más
fueron realizadas impactando fuertemente en su pecho, haciendo que se
desplomara hacia adelante totalmente inconsciente.
-¡NO! - grito Richard, pero escucho dos detonaciones más que le impidieron
salir de su escritorio para ayudar a Darla que se encontraba en el piso
sangrando.
-¡Todo despejado! - grito otro detective.
-¿Está muerto?- Richard salió de su escritorio y observo a Morgan
desplomado en el suelo.
-Sí…logre dispararle en el pecho - respondió el detective.
Mientras tanto en la oficina de Straatman.
-Morris, no hay manera de que desestimen la evidencia yo te aseguro que la
defensa no puede contradecirme - contesto Peter.
-Eso espero doctor, la defensa ya dejo en duda las declaraciones de los
testigos.
-Doctor… a ocurrido una tragedia - un ayudante forense entrando
abruptamente a la oficina.
-¿Qué sucede?- Peter notoriamente preocupado.
100

-Hubo un tiroteo en 4to piso y la detective Hernández se encuentra herida,
además hay que recoger el cadáver del tirador.
Las piernas de Elizabeth fallaron y de no ser por Peter habría llegado al
suelo, empezó a sentir su corazón dolerle y acelerarse a la vez, las lágrimas
empezaron a salir sin control, no podía articular palabra, su rostro reflejaba
angustia.
-¡Dios míos!…tráeme agua rápido - indico al ayudante con Elizabeth en sus
brazos - Morris, por favor cálmate… dijo que esta herida, cálmate.
-Pero - tratando de respirar - yo…me muero sí - pero no término sus
palabras porque el doctor la interrumpió.
-Tú te mueres sí algo le pasa - notando como Elizabeth se giraba hacia él en
total sorpresa - yo lo sé Morris…tú y Hernández desde hace meses que
están juntas, vi cuando se besaron apasionadamente a las afueras de la
estación en diciembre, te juro que fue accidental - afablemente el doctor.
-¿Doctor pero?- nuevamente fue interrumpida.
-Mira ya llego el agua - al notar que su ayudante llego con la encomienda tómatela - entregándole en vaso - Roy sube inmediatamente con el equipo
forense, enseguida voy - para ver como el joven salía apresuradamente de
la oficina - ven Morris vamos a subir y cálmate, estoy seguro que sólo se
encuentra herida - observando cómo Elizabeth asentía con la cabeza
tratando de calmarse. Ambos se dirigieron hasta el ascensor para subir y
ver lo que había sucedido.
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Capítulo 21
Verdad
-¡Llamen a los paramédicos! - grito Richard a sus compañeros mientras se
acercaba a Darla, girándola en sus brazos, ella se encontraba herida en su
brazo pero por fortuna los otros impactos se estrellaron en su chaleco
antibalas; empezó a soltarlo y luego espero a la reacción que se avecinaba;
despertó como si fuera una pesadilla, empezó a girarse con la cara muy roja
por falta de aire, trataba con desesperación de quitarse el chaleco - ¡DARLA
CALMATE! - gritaba, intentaba sostener sus brazos pero no lo lograba, ella
seguía en su acción desesperada, noto la llegada del doctor Straatman Peter ayúdame - nervioso.
-Espera - indico el doctor para agacharse, dejando a Elizabeth perpleja con
lo que estaba observando - Darla ya paso - mientras colocaba sus manos
con fuerza en sus hombros, poco a poco la reacción explosiva de la
detective fue mermando y empezó a tomar respiraciones más calmadas,
mientras su brazo continuaba sangrando - ¿Por qué no han llamado los
paramédicos?- haciendo ahora presión con sus manos en el brazo sangrante
para detener la hemorragia.
-¡Aquí están! - grito uno de los detectives.
Cuando los paramédicos llegaron trabajaron con Peter para detener la
hemorragia y estabilizar a Darla, luego fue sacada del lugar para ir
directamente al hospital. Había gran revuelo en el piso, ya que nunca se
presento una situación así, Smith se encontraba petrificado en una esquina,

Jackson fue llevado a una celda, el Capitán estaba furioso, el equipo forense
estaba levantando toda la escena y Elizabeth se encontraba llorando
desconsoladamente en su oficina, escondida para que no la observaran,
cuando logro finalmente calmarse decidió tomar su bolso y salir
directamente hasta el hospital, debido al gran revuelo nadie se percato de
cuan afectada se encontraba, fue Peter el único en notarla.
102
-Espera Morris… ¿a dónde vas?- pregunto el doctor acercándose
-Al hospital…no puedo quedarme sin saber cómo esta - notablemente
afectada.
-Déjame ir contigo.
-Está bien, lo esperare en mi coche.
-Enseguida bajo - para ir a dar instrucciones a su equipo.
Cuando llegaron al hospital, empezaron a preguntar por la detective,
finalmente la encontraron y su médico fue directamente hasta ellos a darle
los pormenores de su salud.
-Buenas tardes, soy el Dr. Martin, ¿vvosotros son familiares del paciente?pregunto.
-Soy su médico tratante, mi nombre es Peter Straatman Jefe de Medicina
Forense.
-¿Usted es forense? ¿Cómo puede ser su tratante?- intrigado el Dr. Martin
-Darla odia ir a los hospitales y por eso ella es el único paciente vivo que
trato.
-Bueno...pensaba que había escuchado todo - sonriendo - ¿y usted?pregunto dirigiéndose a la Elizabeth.
-Yo soy su novia… mi nombre es Elizabeth Morris.
-¿Usted es Elizabeth?- con asombro el Dr. Martin.
-Si ¿por qué?- extrañada
-Porque la paciente no paro de mencionar su nombre mientras la
estabilizábamos… siempre la estuvo llamando - luego de pronunciar
103
sus palabras observo como la rubia empezó a llorar, notando como el Dr.
Straatman la tomaba en sus brazos para consolarla - lo siento yo no quise
que se pusiera así.
-No se preocupe Dr., Por favor, díganos ¿Cómo está?- contesto Peter.
-Está bien…debo indicar que el paciente presenta una herida limpia de bala
en su brazo derecho, no compromete la motricidad del miembro, por otra
parte presenta politraumatismos en su pecho producto de los impactos,
para el día de mañana se dará el alta, hoy debe pasar la noche aquí.
-¿Eso quiere decir?- pregunto insegura la rubia, secando sus lágrimas.
-Eso quiere decir que está bien, su herida del brazo sanara y su pecho
también - Peter sonriendo a Elizabeth.
-Así es - afirmo el Dr. Martin - ella esta consiente, ¿desea verla?
-Sí.
-Entonces acompáñeme - conduciendo a la rubia a hospitalización de

urgencias.
-Hey, Peter - Crowe entrando en ese instante a la sala de espera de
urgencias acompañado por el Capitán - ¿sabes algo?
-Ella está bien, su herida en el brazo fue limpia, sólo tiene los golpes del
chaleco es todo…mañana le darán el alta - dirigiéndose a los hombres
notoriamente preocupados
-¿Esa que acaba de entrar no era Morris?- pregunto el Capitán.
-Sí, era ella.
-¿Y por qué entro?... ¿No me digas que va a buscar una declaración?Richard molesto.
104
-No, ella no vino para eso - pasando la mano por su cabeza, dudando si
debía o no revelar el secreto de las amantes.
-¿Entonces vas a decirlo de una vez Straatman?- pregunto inquisitivamente
el Capitán.
-Bien ¿cómo decirlo?- acariciando su barba aun en duda.
-¡Dilo de una vez! - el Capitán exaltado.
-Ellas mantienen un romance Capitán - con nerviosismo, observando cómo
ambos hombres estaban completamente perplejos.
-¿De qué diablos hablas?- Richard en completa confusión.
-Exactamente lo que escuchas…ellas mantienen una relación romántica
desde hace varios meses… son como novias - aclaro.
-¿Desde cuándo lo sabes?- el Capitán muy serio.
-Yo…yo las vi coquetear una vez en mi oficina, pero el día de la reunión
anual del APARTAMENTO, yo llegue tarde y vi cuando ambas se besaron a
las afueras de la estación, luego se marcharon juntas sonrientes, supongo
que están juntas más o menos desde esa fecha.
-¿Eso fue hace casi 7 meses?- Richard sentándose en una de las sillas de
espera, en completo asombro.
-Bien…en este momento lo importante es la salud de Hernández - el Capitán
luego de unos minutos de silencio - ¿supongo que Morris cuidara de ella
durante el reposo?
-Supongo que sí - afirmo el doctor.
-Está bien, indícales que cuando le den el alta a Hernández me avise el
tiempo de reposo, dile a Morris que no hay inconveniente con su permiso…
lo de su relación lo hablaremos cuando se reincorporen - dirigiéndose a los
hombres para luego marcharse.
105
-Hey… ¿Richard estás bien?
-¿Por qué no me lo dijo?- con tristeza.
-¿Tu le habrías contado si algo así te sucede?- sentándose a su lado.
-¿Qué dices?...Morris es bellísima - girándose para ver a Peter.
-Es una mujer muy bella…pero… una mujer, Richard.
-Tienes razón - entendiendo el punto.
Elizabeth caminó junto al Dr. Martin hasta llegar a una habitación, en ella se

encontraba su novia recostada en la cama con un cabestrillo en su brazo
herido viendo hacia la ventana con un semblante de preocupación.
-Hernández, aquí está tu novia - el Dr. Martin sonriendo al entrar a la
habitación, observando cómo a su paciente se le iluminaba el rostro.
-¡Elizabeth! - con total sorpresa.
-He estado muy preocupada - caminando directamente hasta Darla y
abrazándola llorando en su hombro no herido.
-Las dejo - indico el Dr. Martin y salió.
-Cálmate….estoy bien….no llores - acariciando su espalda con la mano libre.
-Tenía miedo de que - levantando su rostro per fue interrumpida.
-Pero nada paso, seguí tu consejo de usar chaleco - sonriendo.
-Tú brazo este herido - Elizabeth colocando su mano en la mejilla de la
detective.
-El brazo sanara….y con tus cuidados más rápido de lo que imagino secando las lagrimas de su novia.
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-Me sentí morir cuando supe la noticia - tratando de contener sus lágrimas
-Esto viene con mi trabajo…siento mucho haberte preocupado - acariciando
el cabello de Elizabeth
-Si…yo sé que viene con tú trabajo…pero fue horrible…imagina si algo así
me sucediera… ¿Cómo reaccionarias?
-Creo que moriría en el acto… sabes algo, yo voy a cuidarme mucho para
evitarte otra situación similar, te lo prometo – abrazándola.
-Está bien, confió en tu promesa - correspondiendo el abrazo.
-El Dr. Straatman sabe de nuestra relación.
-No me molesta que le hayas dicho – sonriendo.
-Yo no le dije Darla…él ya sabía…de hecho nos vio cuando nos besamos
afuera de la estación en diciembre - soltando el abrazo.
-¿Quéee?..¡vaya con el doctor! - con asombro.
-Sí…ahora supongo que ya todos saben.
-No te preocupes…ya saldremos de esta.
-No estoy preocupada, legalmente no pueden hacernos nada…sólo
prohibirme llevar tus casos es todo - más calmada.
-¿Quéeee?... Elizabeth, ¿entonces por qué no querías decir nada?... yo
pensé que nos separarían – asombrada.
-Porque soy una cobarde – sonriendo.
-No eres cobarde… además eso es una tontería, yo puedo contarte mis
casos en la casa - sonriendo para luego atraer a su novia y abrazarla muy
fuerte.
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Richard y Peter llegaron a la habitación cuando estaban abrazadas, Crowe
sentía tristeza y rabia por el engaño de su amiga, pero al ver la escena se
enterneció, ver la ternura del abrazo le dejo claro que ambas estaban
profundamente enamoradas, no quiso tocar el tema, pues ya habría tiempo
para eso.

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Capítulo 22
Explicaciones
-Hey, compañera - saludando al entrar, observando que sus palabras
hicieron separarse a las mujeres abruptamente.
-Hola Richard - Darla sonriendo - Hola Peter - percatándose que el doctor
estaba en la puerta de la habitación, mientras Elizabeth estaba un poco
nerviosa por la manera en que fueron encontradas.
-El médico indico que mañana saldrás de aquí…por cierto el Capitán pidió
que le informaran cuantos días estarás por reposo… Morris él también
comento que no te preocupes por tu permiso - Richard dirigiéndose a la
rubia que se encontraba tomando la mano de la detective entre las suyas.
-Gracias - Elizabeth esbozando una sonrisa.
-Richard...yo - Darla intento hablar pero fue interrumpida.
-No… tranquila luego hablamos…ahora descansa, cuida bien de ella pronunciando la última frase y colocando su mano en el brazo de Elizabeth
con una sonrisa, la cual fue correspondida.
-Bueno, yo también me marcho…que descansen, si necesitan algo
llámennos - Peter saliendo de la habitación junto a Crowe.
Darla se fue directamente a su casa, le dieron tres semanas de reposo y
luego de la primera había mejorado notablemente, Héctor pasaba cada
noche a verla y reían mucho con sus ocurrencias, Chuck también las
visitaba, pero Darla no paraba de seducir a su novia cada noche, realmente
quería aprovechar cada minuto, ya que sabía que pronto volverían al
trabajo. Elizabeth por su parte se concentraba en la recuperación de su
novia, cocinaba comidas ricas en proteínas y empezaba a cocinar comida
latina, pues sabía que Darla la adoraba,
109
ella tampoco quería pensar en el trabajo, sólo se concentraba en el ahora
pero una tarde tocaron a su puerta.
-¿Quién podrá ser?- Darla acostada en la cama abrazando a la rubia
mientras veían una película.
-No se….déjame ver - levantándose para ir a la puerta, ella tenía unos
pantalones deportivos y una camisa que caía en su hombro exponiendo el
mismo. Al abrir se sorprendió mucho y trató de cubrir su hombro expuesto ¡Hola Crowe!
-Hola Morris - apenado por la manera de reaccionar de la mujer - ¿Cómo
estás?
-Estoy muy bien… pasa - dejando entrar al detective y cerrando la puerta Darla se encuentra en la habitación.
-Yo solo vine a visitarla, pero si está dormida, puedo venir luego.
-No, ella esta despierta, ven - mientras conducía al detective hasta la
habitación - Darla mira quien está aquí - sonriendo a su novia.
-¡¡Hey compañero!!… ¿qué haces aquí?- sonriendo ampliamente agradada
por la sorpresa.

-Hola….vine a ver como estabas…pero te veo notablemente mejor…no te
levantes - al ver cómo Darla trataba de levantarse de la cama.
-Bueno, entonces siéntate mi amigo - indicándole con la mano que se
sentara
-Yo… - girando en duda para ver a Morris.
-Siéntate Crowe, también es su cama… ¿quieres café?- esbozando una
sonrisa.
110
-Me gustaría mucho…gracias - sentándose en la cama, mientras Elizabeth
los dejaba solos pues ella sabía que tenían que hablar - ¿Te cuida bien?
-Perfectamente.
-Me alegra - sonriendo - entonces supongo que ella se está quedando aquí
por estos días.
-Bueno en realidad ella vive aquí Richard.
-¡¿QUEEEE?! Pero ¿desde cuándo?- completamente asombrado.
-Desde hace aproximadamente 4 meses… te debo unas cuantas
explicaciones.
-Claro que me debes - asombrado, luego dudo un minuto de su siguiente
pregunta - ¿Por qué no me contaste lo que te sucedía?- con tristeza
evidente.
-Que podía decirte…..yo - suspirando - al principio no sabía exactamente lo
que me estaba pasando.
-¿Cuándo empezó todo?
-Bueno…fue desde que la vi, yo ese momento sentí algo….ella es hermosa y
al principio creo que pensé que estaba impresionada por eso… luego
cuando discutimos en la morgue, yo estaba molesta pero no por su reclamo,
si no por haberle dicho que era hermosa…no entendía como se me había
escapado de mis labios ese comentario.
-Entonces ¿Cómo rompiste el hielo?- más intrigado por el asunto.
-Pues cuando me fui a disculpar la encontré buscando como loca en la
cafetera los vasos y el azúcar… en ese momento me pareció muy graciosa…
con el pasar del tiempo yo quería borrar la mala impresión que ella podía
tener de mi, y mientras hacía eso descubrí que ella en realidad era muy
diferente a como muestra ser…fue así que empezó todo…yo me aproveche
de eso para acercarme a ella….pero nuestra
111
interacción era secreta y bueno… para cuando me di cuenta estaba
coqueteando descaradamente con ella, a pesar de no tener ni idea de eso…
luego finalmente me di cuenta que en realidad yo la amaba - dando un
resumen de todo.
-Lo siento.
-¿Sentir qué?- confundida por la disculpa ofrecida.
-Por meterte en problemas con el beso de Sabrina - sonriendo - ahora
entiendo toda tu ira y frustración.
-Gracias... si me metiste en una grande…. ¿Quién más sabe de nosotras?

-Sólo el Capitán, Straatman y yo, los demás no tienen idea, siempre
preguntan por ti y por Morris, sobretodo porque el Capitán informo que ella
está resolviendo un asunto personal urgente.
-Crowe aquí tienes - Elizabeth entrando a la habitación entregándole el café
- Darla toma tu jugo - sonriéndole dulcemente a su novia para darle un vaso
de jugo de naranja.
-Gracias Morris - contesto más relajado tomando un sorbo del líquido
caliente.
-Gracias - tomando el vaso de jugo - quédate - agarrando de la mano a la
rubia.
-No, vvosotros deben hablar.
-Quédate Morris…ahora que formas parte de la vida de mi compañera no
quiero hacerte a un lado - sonriendo.
-Está bien - sonriendo para sentarse junto a Darla en la cama.
-¿Por cierto qué paso con Smith?- pregunto la detective.
112
-Está fuera del APARTAMENTO… el Capitán le exigió la renuncia luego de lo
sucedido…además todos queríamos matarlo…así que volvemos a ser
compañeros junto con Carter - sonriendo.
-¡Gracias a dios!… Puedes decirme ¿Cómo Morgan se hizo de un arma?
-Bueno él convenció a Smith para que le quitara sus esposas antes de entrar
a la sala de interrogatorios, cuando el chico lo hizo, Morgan se giro le quito
su arma y luego lo empujo… lo demás ya lo sabes.
-Créeme que si lo sé.
-¿Qué paso con el caso que ella llevaba?- pregunto la rubia.
-Ahhh… pues Jackson dijo todo…creo que en agradecimiento a que Darla le
salvo la vida y por darle muerte a su enemigo jurado… saben algo, debo
marcharme, ya es tarde… nos vemos en dos semanas compañera levantándose de la cama, para entregarle la taza vacía a la rubia.
-Claro Richard.
-Adiós Crowe - la rubia una vez en la puerta.
-Adiós Morris…veo que amas mucho a Darla – sonriendo.
-Sí… mucho - contesto la rubia sonriendo para luego ver marcharse al
detective.
Cuando retornaron al APARTAMENTO de policía, el Capitán les informo lo que
ya Elizabeth había mencionado, ella no podría llevar ningún caso de Darla,
con respecto a su relación él les deseo lo mejor. Con sus compañeros fue
más difícil pues ninguno creía que en realidad ellas tenían una relación, pero
con el pasar de los días y semanas se fueron convenciendo de que era todo
verdad.
Johnson se sentía herido en su orgullo, pues él siempre gusto de Elizabeth,
no podía entender como Hernández había logrado romper
113
el hielo y conquistarla; para Don y Tony era increíble que eso haya ocurrido,
pues nunca imaginaron que la fiscal se fijaría en uno de ellos y mucho

menos en Darla con quien había tenido ya una discusión inicial,
simplemente estaban asombrados de que la hermosa mujer estuviera con
su compañera. Pero aun faltaba decirle a la familia de Elizabeth, que era
muy conservadora y su padre tenía muchas amistades influyentes.
114
Capítulo 23
Interrupción
Las manos apasionadas de la detective se deslizaron suavemente por la
cintura desnuda de la rubia llegando hasta su ropa interior, la cual fue
sacada lentamente, sus caderas desnudas quedaron en contacto, mientras
que Darla besaba apasionadamente los pechos de su novia la cual solo se
disponía a emitir gemidos, las manos de la rubia se aferraron en la espalda
de la detective que ya se encontraba bajando la mano hacia su sexo, de
repente el sonido del teléfono de Darla altero los actos apasionados que se
estaban desarrollando en la habitación.
-No contestes - pidió Elizabeth besándola apasionadamente.
-Debo hacerlo - sin intención de contestar el teléfono, mientras mordía el
labio inferior de la rubia; pero seguía sonando - ¡Dios! - soltando el beso,
tomó una respiración profunda y así lograr calmar su respiración.
- Hernández… si… ¿quiénes están? ok…no me pasa nada… ¿la
dirección?...está bien voy enseguida - para finalizar la llamada.
-¡No te atrevas a dejarme así! - advirtió la rubia completamente excitada
tomando el rostro de su novia en sus manos.
-No pensaba hacerlo - sonriendo y besándola.
Luego de concluir su apasionada noche, Darla tuvo que ir a ducharse y
cambiarse de ropa, mientras que su novia se encontraba envuelta en su
bata de seda color negro haciendo café.
-Listo….ya me marcho…Richard va a matarme - sonriendo caminando hacia
la cocina.
-En este momento no sabes cómo me desagrada tu trabajo - entregándole
el café en un vaso para llevar.
115
-Bueno….si no tuviera este trabajo no te habría conocido - besándola.
-Tienes razón - devolviendo el beso - ¿nos vemos mañana en la oficina?
-Es lo más seguro - partiendo hacia a la dirección indicada por su
compañero.
Mientras se acercaba a la escena del crimen, reflexionaba sobre lo sucedido;
se preguntaba cuantas veces más serian interrumpidas haciendo el amor,
pues significaba que ella tendría que salir corriendo como un amante
fugitivo. Mientras estacionaba, noto como la furgoneta forense se marchaba
del lugar, supuso que ya se habían llevado el cadáver y Richard estaría
furioso.
-¡DOS HORAS TARDE!..¿Acaso había mucho tráfico? son las 4am - furioso
cuando su compañera se acercaba a él.
-Lo siento…..pero vine lo más rápido que pude.

-Porque simplemente no me dijiste que estabas ocupada….yo puedo
entender eso…también tengo pareja Darla - sabía perfectamente el porqué
de la tardanza.
-Bien, estaba ocupada - abriendo los brazos excusándose.
-Hablaremos en la estación - al percatarse que Carter se acercaba a ellos,
aunque la chica sabía perfectamente de la relación de ambas mujeres, a él
no le parecía correcto tratar ese tema de cama con ella al frente.
-Hola Darla…todo está listo ya tengo las anotaciones - Carter sonriente.
-Hola Carter…bien vamos Richard - marchándose todos a la estación.
11
Allí estuvieron el resto de la madrugada, pues el caso era un poco difícil y
delicado, ya que involucraba al menos 4 pandillas del sector. Con la llegada
de la mañana Crowe se calmo completamente y Darla estaba con más
ánimo debido al café que se estaba bebiendo, mientras Carter se
encontraba en la morgue haciendo presión para el informe forense.
-¿Cómo logras hacerlo?- pregunto sentada en su escritorio.
-¿Hacer qué?- pregunto Richard separando la vista del monitor de la
computadora.
-Pues…que no te afecte cuando te interrumpen - con un leve rubor en su
rostro.
-Darla…- suspirando - siempre te afecta…tú al menos la tienes cerca todo el
día…pero yo debo esperar a llegar a casa para compartir con Melissa y mi
hija… cuándo me llaman y estoy haciendo el amor… pues no hay forma que
no me afecte.
-Entiendo… sabes anoche me sentí como un amante fugitivo, salir así de la
cama…fue extraño, nunca nos habían interrumpido - tomando un sorbo de
café.
-Bueno, empieza a acostumbrarte…además, la próxima vez sólo dime que
estás ocupada y yo entenderé…otra cosa…no sigas con el tema porque
estás haciendo que imagine el asunto - sonriendo a su compañera.
-¡Richard no te atrevas a imaginar nada!
-Entonces no sigas con el tema - riendo.
-Hola chicos - Carter interrumpiendo en la conversación.
-Hey… ¿Qué tienes?- pregunto Darla.
-Bueno hay tres proyectiles que impactaron en el cuerpo…todos de calibres
diferentes….además hay dos en el cráneo y el otro se alojo
117
directamente en el corazón - entregando el informe forense a sus
compañeros.
-¿Cuál fue la causante de la muerte?- pregunto Crowe.
-Eso aun no se ha determinado…ya que los tres proyectiles fueron
mortales… sin embargo el Dr. Straatman está tratando de establecerlo sentándose junto a sus compañeros.
-Tenemos que revisar los últimos movimientos de las pandillas involucradas indicando Darla a sus compañeros, para iniciar la revisión de expedientes de

pandillas.
Cerca del medio día Elizabeth no había hablado ni visto a su novia, ella
sabía que estaba muy ocupada con el caso; pero se percato que Darla fue
hasta la cafetera y aprovecho la ocasión.
-Hola… te he extrañado toda la mañana - la rubia sonriendo y acercándose
a su novia para besarla rápidamente.
-No más que yo - devolviendo una sonrisa.
-¿Tienes un minuto?
-Sí… ¿Qué sucede?
-Quisiera comentarte algo en mi oficina.
-Está bien…pero en pocos minutos debo preparar un operativo de búsqueda
- dirigiéndose hacia la oficina de su novia - ¿y bien?- pregunto una vez
adentro de la oficina.
118
Capítulo 24
Cuñada
-Mi hermana llamo esta mañana…me informo que llegaba en el vuelo de las
4pm a New York.
-¿Ha pasado algo?- con preocupación.
-No…ella en realidad viene a ver qué sucede conmigo - cruzando los brazos
en su pecho.
-Conoces mi postura… ¿Qué decisión has tomado al respecto?
-Yo también he tomado una decisión….voy a decirle la verdad una vez
aterrice su avión - sonriendo.
-Magnifico - devolviendo la sonrisa - ¿Cómo crees que reaccionara?
-No sé… mande a limpiar mi apartamento de Manhattan, no sé si Amanda
decida quedarse allí…aunque yo pienso ofrecerle nuestro cuarto de
invitados - acercándose a su novia y abrazándola por la cintura.
-Ojala acepte quedarse en nuestra casa - sonriendo al hecho que Elizabeth
había expresado sentido de pertenencia a su hogar - nos veremos en la
noche, debo preparar el operativo.
-Darla… por favor, cuídate… no soportaría si algo te sucede y lo sabes mirando con preocupación a su novia.
-No te preocupes…nada me pasara, yo te lo prometí…sabes algo, cuando
vaya saliendo al operativo te llamare - sonriendo para besar a la rubia y salir
de su oficina.
De camino al aeropuerto, Elizabeth estaba buscando la mejor manera de
contarle a su hermana de su relación, pero no sabía cómo.
119
Observo a su hermana que venía arrastrando una pequeña maleta por el
pasillo del aeropuerto; Amanda era de la misma estatura que Elizabeth, su
cabello era castaño muy claro y sus ojos azul profundos, la semejanza en su
rostro era palpable, sin embargo no llegaba a tener la belleza y elegancia
excepcional de Elizabeth.
-Hola Liz - Amanda abrazándola y llamándola por su apodo familiar.

-Hola Amanda… ¿Qué tal tu vuelo?- soltando el abrazo y sonriendo
-Estuvo muy bien… bueno ¿a dónde vamos?… ¿a Manhattan? o ¿a otro
lugar?- mordazmente
-Vamos a tomar un café y luego decidirás a donde quieres ir.
-Bueno, veo que es serio…está bien, vamos por ese café - partiendo con su
hermana, durante el camino no se dijeron grandes palabras, sólo observaba
la seriedad de Liz, pues ésta era siempre comprensiva y amable, pero
durante el trayecto estaba hermética, indicando que no iba a admitir
interferencia con lo que le estaba sucediendo. Se estacionaron en un café
de Manhattan, llegaron a una mesa y un mesonero se acerco a ellas - ¿y
bien?- pregunto una vez habían hecho sus pedidos.
-¿Cómo están todos en casa?
-Muy preocupados Liz…hace meses que no vives en Manhattan…nadie sabe
con quién éstas quedándote…bueno está claro que éstas haciendo algo más
que quedándote en casa de esa persona - con irritación
-Escúchame… yo estoy viviendo en Brooklyn… me mude con mi pareja.
-¿Acaso tiene nombre? ¿Quién es? ¿Por qué tanto misterio con este asunto?
-Es detective de homicidios del APARTAMENTO.
120
-¿No me digas que es otro Bruce?- haciendo alusión a que se estaban
aprovechando de ella otra vez.
-¡No tiene nada que ver con Bruce! - irritada, pues la comparación de Darla
con Bruce le parecía ofensiva hacia su novia, en ese instante llegaron sus
pedidos, luego continuo - esta persona increíble, además me ama
profundamente y nuestra relación no puede estar mejor.
-¿Por qué nunca lo mencionaste, si es tan maravilloso? y… ¿Tiene nombre?
-Su nombre es Darla Hernández y nunca lo mencione porque es una mujer observando cómo su hermana quedaba atónita con lo dicho.
-¿QUEEEEE? ¿Como una mujer?..¿ACASO PERDISTE EL JUICIO POR
COMPLETO?- con gran exaltación.
-¿Quieres calmarte?- con gran aplomo, notando como su hermana trataba
de volver a una postura más calmada - bien como lo oyes Amanda…yo
estoy viviendo con mi novia, yo estoy muy enamorada, nunca antes sentí
esto por nadie, ni siquiera por Bruce.
-¿De qué hablas? Esa mujer es peor… te ha manipulado por completo - sin
comprender lo que escuchaba.
-Estas muy equivocada… puedo decirte que sentí atracción por ella casi al
instante de conocerla y ella por mi igual… esto es nuevo para ambas y es
maravilloso…Darla es una persona muy dulce, romántica, graciosa, una
gran decoradora y excelente cocinera… además nuestra relación paso por
meses de cortejo para ser exacta - con los ojos radiantes de felicidad.
-Pero… ¿acaso eres gay?- pregunto en completa confusión, pues había
notado la felicidad evidente de su hermana.
-Bueno creo que si… aunque nunca antes me he fijado en otra mujer decir
verdad, sólo en Darla - con leve rubor en su rostro, pero en ese instante su
teléfono sonó, al tomarlo vio que ya eran casi las 6pm - Hola…sí ella está

conmigo….aun no le pregunto…. y tú ¿ya estas
121
saliendo? ¡Por favor cuídate mucho! Lo sé… puedo consentirte sin necesidad
de eso Darla…está bien… yo también te amo… nos vemos en la noche…
adiós - terminando la llamada.
-¿Era ella?
-Sí…está saliendo para un operativo de búsqueda…yo no dejo de
preocuparme cada vez que sale a las calles - tomando el resto de su café.
-¿Qué es lo que no me has preguntado?- curiosa por lo escuchado durante la
conversación telefónica.
-¿Deseas quedarte en casa?…en Brooklyn con nosotras - ofreciendo una
sonrisa.
-Está bien…me quedare en tu casa - luego de unos minutos, aun estaba en
shock, pero ella necesitaba ver a la detective y corroborar si era cierto lo
dicho por su hermana o era un simple engaño como paso con Bruce.
Partieron directamente a Brooklyn, para Amanda todo el sector se le hacia
un poco deprimente tomando en cuenta que ella siempre que visitaba New
York, no salía de Manhattan, tampoco comprendía como su hermana se
había mudado hasta allí; ellas vienen de una educación privilegiada y de
excelentes relaciones sociales, no comprendía como Liz había cambiado su
vida de lujos por una vida modesta. Cuando entraron al apartamento
Amanda quedo sin palabras, realmente era hermoso, se notaba los rasgos
de Liz, ya que había plantas y flores por todos lados, ella siempre fue
amante de las plantas.
-Es un lugar muy hermoso y acogedor - sonriendo.
-Gracias…fue la misma reacción que tuve cuando vine la primera vez sonriendo mientras cerraba la puerta y encendía la calefacción, pues ya
empezaba a entrar el frio otoñal en la ciudad.
-Bueno, las plantas obviamente son tuyas… ¿pero todo lo demás?
122
-Todo es obra de Darla… ella se ha esforzado mucho en tener todo lo que
ves…de hecho cuando me mude sólo traje mi ropa, pues aquí hay de todo sonriendo - ven te mostrare tu habitación.
-También es muy bonita - Amanda apreciando delicadeza de la habitación.
-El baño está al lado si quieres refrescarte… voy a cambiarme - dejando a su
hermana.
Luego de refrescarse y cambiarse a una ropa más cómoda, Amanda
encontró a su hermana en la cocina.
-Tenía mucho tiempo sin verte cocinar - sonriendo
-Bueno, esa es una cosa a la que me he acostumbrado… a cocinar…
sinceramente ahora no consumo casi comida rápida - mientras sacaba una
olla de la nevera y la ponía a calentar en la estufa - a Darla le gusta la
comida casera y también me he acostumbrado a eso.
-¿Qué cocinas?- observando como la olla que estaba calentando tenía un
alimento desconocido para ella.

-Son frijoles rojos… también voy a cocinar arroz, carne y ensalada - mientras
sacaba la carne de la nevera - Darla me enseño a cocinar comida latina… y
sabes algo…a mi me encanta.
-Bueno, veo que ella ha impuesto muchos gustos en ti - haciendo énfasis en
todos los cambios que observaba en su hermana.
-No ha impuesto nada Amanda… te diré algo, a mi me gusta todo lo que
tiene que ver con su cultura.
-¿Puedo ayudarte en algo?
-Claro…ven te diré como - ambas cocinaron en conjunto y fue bastante
rápido, la rubia notaba la curiosidad de su hermana por saber todo, ella
entendía que después de los sucesos con Bruce, su familia
123
se preocupara por su vulnerabilidad, pero esta relación era solida y así tenía
que exponerla; cuando la comida estuvo lista, escucharon la puerta que se
abría.
-¡Ya estás aquí! - Elizabeth acercándose a la mujer que estaba entrando.
-Sí… al fin - Darla besando a su novia, mientras Amanda la observaba con
total curiosidad, veía como estaba vestida con unos jeans negros y una
camisa manga larga color azul claro un poco sucia en las mangas y en los
hombros, también venia con su abrigo en la mano, exponía su placa y su
arma colgando de la cintura, noto que era ligeramente más alta que su
hermana y de una belleza latina muy peculiar – Hola, ¿debes ser Amanda? –
sonriendo.
124
Capítulo 25
Decisión
-Sí, ella es mi hermana - Elizabeth presentándolas – Amanda, ella es Darla…
Darla, ella es Amanda.
-Es un placer - sonriendo y estrechando su mano con Amanda.
-También para mí - estrechando su mano también.
-¿Qué le paso a tu camisa?- pregunto la rubia al notar que estaba sucia.
-Bueno…-suspirando - tuvimos inconvenientes en el operativo de búsqueda colgando su abrigo en el perchero.
-¿Qué sucedió?- con preocupación.
-Fuimos al lugar a buscar a tres sospechosos con patrulleros de refuerzos…
pero de repente todo fue un caos…nos disparaban de todas las direcciones,
tuvimos que pedir más refuerzos por radio y buscar cubrirnos - mientras
tomaba un vaso de agua - waooo…huele delicioso - haciendo énfasis a la
comida.
-¿Alguien está herido?- pregunto nuevamente Elizabeth.
-No…pero Richard tiene un corte en su brazo, pues tuvo que correr y
cubrirse con un cubo de basura…Carter se acostó en el piso detrás de un
coche….y yo…bueno sólo tengo un golpe en mi costado derecho - temiendo
la reacción de su novia.
-¿CÓMO QUÉ SOLO UN GOLPE? déjame ver - con gran exaltación

dirigiéndose hasta su novia, mientras su hermana sonreía a toda la escena,
esa era Liz, preocupada por todos, mientras que la detective tenía un aire
muy sincero y honesto con respecto a la rubia.
125
-¿Elizabeth qué haces? tu hermana esta aquí - al ver como su novia estaba
desabotonándole la camisa.
-No sé preocupen por mi… puedo ir a mi habitación – sonriendo.
-No, quédate Amanda… nosotras iremos un momento a la habitación…
¿verdad?- severamente.
-Sí, vamos - entendiendo que la rubia tenía que ver su golpe – discúlpanos.
Una vez adentro de la habitación Darla empezó a cambiarse, Elizabeth noto
el gran golpe que tenía a un costado de su cuerpo, era de forma rectangular
y estaba muy rojo.
-Es muy fuerte… ¿Cómo sucedió?- pregunto mientras deslizaba su mano
suavemente por el lugar.
-Cuando empezó el tiroteo yo vi unas escaleras que iban a un sótano
industrial, corrí hasta allí y me arroje literalmente, golpeándome con el
pasamano.
-¿Y así ibas a cuidarte?
-Bueno, sí no me arrojo… me habrían herido Elizabeth… era un infierno.
-Está bien… bueno supongo que me tocara consentirte hasta que sanes sonriendo con su mano acariciando todavía el lugar.
-Sabes algo… sí continuas ese movimiento con tu mano… pues… no creo
que cenemos - pícaramente.
-No seas traviesa… mi hermana esta aquí - besándola profundamente - te
esperare afuera - para salir de la habitación, encontrando a su hermana ya
colocando la mesa - ¿pero cómo encontraste todo?
-Tienen todo muy organizado – sonriendo.
12
-Es Darla… amante del orden… ¿y bien?- pregunto a su hermana.
-Bueno, me parece una persona muy honesta y sencilla… pero deberías
preocuparte menos… por lo que veo su trabajo es peligroso - colocando los
cubiertos.
-Su trabajo es peligroso, pero ella sabe cuidarse así que no insistas, porque
ella me ama.
-Sí… de eso me doy cuenta - empezando a comprender que ésta mujer
amaba sinceramente a su hermana.
Empezaron la cena y Amanda no pudo esconder su fascinación por esta
cena peculiarmente latina, los sabores eran nuevos y deliciosos, también
observo detalladamente la interacción de su hermana y la detective, era
evidente el amor de la una por la otra, aunque todavía la situación era difícil
de aceptar pues nunca imagino que la rubia eligiera finalmente a una mujer;
también se mostraba preocupada por la reacción del resto de la familia,
pues ellos no le darían oportunidad a la detective de demostrarles la
franqueza de sus sentimientos.

Terminada la agradable cena, Amanda se retiro a su habitación ya que
estaba muy cansada, mientras que la rubia y su novia también partieron
para dormir, una vez se deslizaron en la cama, se abrazaron como lo hacían
cada moche desde que vivían juntas.
-¿Así que te llaman Liz?- pregunto, mientras se encontraba en su brazo de la
rubia, pues estaba siendo consentida debido a las heridas recibidas.
-Así me llama mi familia - contesto sonriendo y acariciando el cabello de
Darla.
-¿Puedo llamarte así?
-Puedes llamarme como desees, aunque prefiero que me llames cariño –
sonriendo.
127
-¿Cariño?- levantando su cabeza para ver a la rubia asentir por la pregunta
hecha - está bien cariño - para besarla - ¿Cómo crees que tú hermana esta
con la noticia?
-Ella al principio enloqueció, pero… creo que se ha dado cuenta que nos
amamos… ¿mañanas tienes que trabajar?
-No… Swat se encargara de los arrestos el fin de semana, así que vuelvo el
lunes.
-¿Entonces qué haremos? no podemos estar todo el día en casa - haciendo
alusión de la visita de su hermana.
-Vamos a Prospect Park…allí hay actividades de sobra.
-Es verdad…ahora descansa…has tenido un día largo y difícil.
-Te amo.
-Yo también te amo - cerrando sus ojos cuando sintió que Darla estaba
descansando la cabeza en su pecho.
Las tres mujeres partieron luego de desayunar para Prospect park, aquí
Amanda se asombro de las diversas actividades llevadas a cabo, se
colocaron en un árbol cerca de las clases de Tae Bo, Darla se quedo con la
cesta de alimentos y bebidas recostando su cabeza en el césped, mientras
que su novia y la hermana de ésta se unían muy alegres a las clases. Darla
las observaba sonriendo; paso su vista hacia las otras actividades del lugar,
observo a unos perros jugando, a jóvenes de edad escolar ensayando una
coreografía, a una mujer de aproximadamente 39 años leyendo un libro
plácidamente, se quedo observando fijamente esa imagen y esbozó una
sonrisa, esa escena la había hecho recordar a su madre, ella era asidua a la
lectura y releía constantemente sus libros, dado a que sus escasos recursos
no le alcanzaba para comprar nuevos, recordó como su madre extrajo su
propio nombre de uno de ellos, Darla significaba Querida en japonés, este
recuerdo por primera vez no la hizo sentirse triste, tampoco revivir ese
profundo odio hacia su padre, era un recuerdo agradable y que no causaba
dolor; finalmente movió su vista de la mujer porque no quería
128
que su novia pensara otra cosa, luego prestó atención a una familia, eran
padres jóvenes y tenían gemelos, los pequeños estaban dando sus primeros

pasos, razón por la cual se caían al suelo rápidamente, pero sus padre los
ayudaban a levantarse y los sostenían de una mano para que siguieran
practicando, volvió a sonreír viendo la ternura de los niños y sus padres, de
pronto noto que su brazo estaba siendo levantado y su novia se colocaba
debajo recostada a su lado colocando la cabeza en su hombro.
-Tienes razón…nadie puede con esos movimientos - con las pulsaciones
aceleradas
-Yo te lo dije – sonriendo.
-¿Qué miras?- curiosa.
-A esa familia - señalando a la pareja y sus bebes.
-¿Por qué?
-Sería maravilloso tener un hijo… ¿no te parece?- sonriendo a su novia
-¿Quieres tener hijos? ¿No te parece muy apresurado? Apenas vamos a
cumplir un año de relación - sorprendida
-No estoy diciendo tenerlos ahora… te digo que sería grandioso que yo
pudiera fecundarte… tener un hijo que sea una mezcla de las dos y no de
una sola - sonriendo.
-Bueno…sería maravilloso…un hijo con tu cabello negro y tu hermosa piel
tostada.
-Con tus hermosos ojos azules y tus bellas facciones…a eso me refiero, pero
lamentablemente ese es el castigo de nuestro amor - triste.
-Yo… pienso que no hay castigo en el amor…solo situaciones y esta es una
de ellas… el que no puedas fecundarme o yo a ti es una
129
acontecimiento desfavorable… además yo solo quiero hijos contigo –
sonriendo.
-Sí… algún día…A tu hermana le gusta la clase de Tae Bo.
-Supongo que esta drenando el estrés por la noticia que le di ayer…además,
estaba pensando partir con ella mañana a casa y así decirle todo a mi
familia, terminar con las mentiras… ¿qué piensas?
-Pienso que será duro ir sola… ¿quieres que te acompañe?
-No… prefiero ir sola… ellos te odiaran y yo no quiero exponerte a ese trato.
-Entiendo… ¿por cuantos días piensas irte?
-No lo sé… tal vez dos a lo mucho… ¿Por qué la pregunta?
-Porque voy a extrañarte mucho todo ese tiempo - besándola - es más ya
empiezo a hacerlo.
-Yo también te extrañare mucho - dejando caer su cabeza en el pecho de la
detective, para quedarse dormida al sonido de los latidos del corazón de la
mujer que ama profundamente.
Las tres mujeres pasaron el resto del día entretenidas comiendo,
conversando, riendo, participando en otras actividades del lugar; Amanda
no pudo dudar de la relación de su hermana, tenía razón era muy estable y
tierna, demostraban su amor genuinamente a pesar de que la noticia fue un
impacto.
Era cerca de las 11pm y Darla salió del baño, observo a su novia con un
pequeño bolso en la cama, estaba escogiendo y colocando la ropa para el

viaje con su hermana, la escena le preocupo pues quería acompañarla, pero
la rubia fue enfática en ir sola, salió de la habitación en busca de un vaso de
agua.
-Es muy tarde - Amanda al ver a la detective en la cocina.
130
-¿Pensé qué estabas dormida?- notando como Amanda se encontraba
también con un vaso de agua sentada en la mesa del comedor.
-Sólo estaba tomando agua para ir dormir… al igual que tú.
-Estoy preocupada por ese viaje de mañana… no quiere que la acompañe sentándose en la mesa al frente de la otra mujer.
-Puedo entenderte… pero es mejor que no estés…mi familia… bueno
nuestro padre reaccionara fatal… ella quiere evitarte un trato desagradable.
-Sí… pero - levantándose un momento, tomando del mesón de la cocina un
papel y con una pluma escribió una nota, luego fue a la mesa - mira este es
mi teléfono… sí crees que es necesario que vaya por Elizabeth, sólo
llámame y estaré allí lo antes posible - entregándole el papel.
-Está bien… si algo ocurre te llamare… hasta mañana - sonriendo para ir
hasta su habitación.
-Hasta mañana - depositando los vasos en la cocina y entrando a su
habitación.
Observo que Elizabeth estaba terminando su bolso, se acerco a ella en
silencio y deslizo sus brazos por su cintura, la abrazo en silencio; la rubia
sonrió, luego se percato de como su novia comenzaba a besarla
tiernamente en el cuello.
-Yo también te extrañare - sonriendo a los besos.
-No quiero que vayas sola - susurro al oído.
-Pero debo hacerlo - suspirando - no te pongas así.
-Eso es algo inevitable… porque te amo - besando su mejilla.
-Yo también - girándose en brazos y besándola profundamente.
131
Capítulo 26
Familia
Al día siguiente Elizabeth y Amanda partieron muy temprano; Darla quedo
triste, era la primera vez desde casi un año de relación que se separaban;
fue a casa pero todo lo sentía muy extraño, se había acostumbrado tanto a
vivir con ella, que sentía el vacio de su ausencia, se dirigió directamente
hasta su cama donde quedo dormida en pocos minutos abrazada a una
almohada. Cerca de las 1pm se despertó y vio que su teléfono tenía un
texto “ya estoy en casa”, era de Elizabeth, lo había enviado a las 11m, se
levanto de la cama y fue a la cocina, pero se percato que tampoco tenía
ganas de cocinar, a pesar de tener mucha hambre, decidió salir y fue
directamente hasta el restaurant de Adela, pero cuando estaciono el coche
su teléfono sonó, vio en la pantalla y el número no estaba registrado,
decidió contestar la llamada y así saber quiere era en realidad Hernández…¿paso algo?...voy para allá….no voy en mi coche es más

rápido... si… llegare tal vez en unas 3 horas… envíame la dirección por
texto… no te preocupes yo llegare hasta allí… está bien… adiós terminando la llamada. Salió rápidamente de lugar.
Luego de casi 3 horas de camino Darla llego a la ciudad natal de su novia,
las calles notoriamente conservadoras le daban la bienvenida, tenía la
dirección pero ni idea de cómo llegar, se detuvo cerca de un patrullero y le
solicito la ayuda; se enrumbo nuevamente por las calles hasta llegar a un
sector notoriamente exclusivo, las casas grandes y ostentosas se exhibían
con petulancia, al fin llego a la correcta, era una casa enorme con un
perfecto jardín, había una pequeña entrada en forma de semicírculo, detuvo
el coche y envió un texto a Amanda, luego de unos instantes vio que la
puerta de entrada se abría y Elizabeth salía de ésta furiosa, estaba llorando
con su bolso en la mano y detrás estaban dos jóvenes idénticos, supuso que
eran sus hermanos, luego salió una señora ligeramente más baja que su
novia, seguidamente salió un hombre alto de cabellos rubios muy
imponente que perseguía a Elizabeth mientras gesticulaba y gritaba, no
había duda era su padre, decidió salir del coche y pararse en la acera, pero
al
132
instante la rubia la observo, corrió directamente hasta sus brazos y se aferro
a ella en un fuerte abrazo aun sollozando
-Llévame a casa.
-A eso he venido... vamos - abriendo la puerta del coche para que entrara, al
cerrarla ya él padre de Elizabeth estaba al frente de ella.
-¿Eres tú la que ha seducido a mi hija?- el hombre de forma recriminatoria e
intimidante.
-Yo no he seducido a su hija señor, yo me he enamorado de ella.
-¡Mentira!… tú sólo buscas aprovecharte de ella.
-Se equivoca…además no trate de culparme por sus errores.
-¿De qué hablas?- pregunto confuso.
-De Bruce…él se aprovecho de ella porque usted lo facilitó… sabia que
usted lo ayudaría por sólo ser el novio de su hija… lo que paso es más culpa
de usted que de él.
-¿PERO CÓMO TE ATREVES?- el hombre furioso y herido por las palabras
escuchadas.
-Como lo oye señor… adiós - dejando al hombre de pie en la acera para
entrar en el coche.
-¡VOY A DESTRUIRTE! - amenazante cuando vio que la detective se
marchaba, sus palabras la detuvieron justo cuando iba a entrar.
-Soy Darla Hernández, Detective de Homicidios del APARTAMENTO de Policía
de Brooklyn…y puede hacer lo que guste señor - desafiante entrando en el
coche, marchándose rápidamente.
En el camino Darla tomo la mano de su novia que ya estaba más calmada,
acaricio sus dedos, pero no habían palabras.
133

-Darla es muy tarde…además debes estar cansada del viaje de venida…no
podemos regresar hoy - observándola.
-No Elizabeth…vine para llevarte a casa y eso es lo que hare - sonriendo.
-¿Cómo llegaste? ¿Cómo supiste que te necesitaba?
-Amanda me aviso cerca de las 2pm… yo le di mi número de teléfono por si
algo pasaba - sonriendo - mira la hora son casi las 6pm - haciendo alusión a
lo tarde que ya era, pues cuando llego a la ciudad eran las 5pm.
-Sí, es tarde… gracias por venir… todo fue horrible - con gran tristeza en su
voz.
-Olvídate de todo…ya estoy aquí, porque no duermes el camino es largo acariciando la mano de su novia.
-Mi padre te amenazo.
-No me preocupan sus amenazas… yo tengo un expediente limpio…no
puede hacerme nada… mejor duerme un poco.
-Está bien - recostando su cabeza del asiento y cerrando sus ojos.
El camino fue tranquilo y sin inconvenientes, la rubia durmió por
aproximadamente 1 hora y luego despertó, se detuvieron a comprar algo de
comer en el camino; Darla trato de abrir otro tema y tuvo éxito, conversaron
sobre el caso de los pandilleros, la rubia estaba concentrada en el trabajo y
eso le agrado a la detective, porque sabía que al menos no estaría
pensando en lo sucedido con su familia. Cuando llegaron a Brooklyn ya eran
casi de las 9pm y las calles estaban ligeramente solas, estacionaron en su
edificio y fueron a casa.
-Al fin - Elizabeth al entrar - nunca debí marcharme.
-Bueno, ve el lado positivo… ya saben - cerrando la puerta y encendiendo la
calefacción.
134
-Pero a qué precio…estoy agotada.
-Vamos a la cama…yo también estoy agotada - besándola en la mejilla.
-¿Por qué aun no me preguntas lo que paso?
-Porque no quiero que revivas esos hechos.
-Pero yo quiero desahogarme - exhibiendo unas pequeñas lágrimas en sus
ojos.
-Entonces cuéntame todo… pero en la cama, donde pueda abrazarte
cómodamente - se recostaron aun con la ropa y la abrazo - ¿Qué paso?
-Cuando llegue esta mañana, todos estaban muy alegres… mi mamá y mis
hermanos muy cariñosos, pero… mi padre estaba esquivo, creo que
sospechaba el motivo de mi visita… decidí esperar hasta después de comer
y luego los reuní en la sala, Amanda estaba nerviosa al igual que yo, debe
haberte llamado en ese momento… les dije que desde hace casi un año
estoy en una relación y que desde haces casi 9 meses vivo con esa
persona…mi madre se puso muy feliz al igual que mis hermanos, pero mi
padre exigió tú nombre…yo le dije y le indique que eres mujer… allí empezó
todo, mi padre gritaba, mi madre lloraba y mis hermanos fueron los únicos
en llegar a mí y decirme “si eres feliz nosotros también”… pero mi padre
estuvo diciendo toda clase de cosas en tu contra y yo lo enfrente furiosa…

¿cómo puede decir esas cosas si no te conoce?… te juro que estaba
encrespada… gritos iban y venían, no sé por cuánto tiempo estuvimos así,
pero en algún momento Amanda me indico que estabas afuera y sentí un
gran alivio en mi corazón… ohhhh Darla fue el peor momento de mi vida sollozando otra vez en brazos de su novia.
-Ambas sabíamos que todos iban a odiarme… y no es que no me importe, si
me importa…pero es cuestión de tiempo, no tenemos nada más… tú fuiste
valiente en hablar y defenderme… ya paso… ellos ya
135
saben la verdad, no te das cuenta… no más mentiras Elizabeth, se acabaron
las ataduras - sonriendo.
-Te amo - besándola - tienes razón se acabaron las mentiras.
-Así es…. lo único que importa es nuestro amor…ahora vamos a dormir para desplazarse a una posición más cómoda.
-¿No quieres cambiarte?
-No…ya estoy muy cómoda para eso - sonriendo para cerrar sus ojos y
quedar completamente dormida junto a Elizabeth.
Amanda llamo a su hermana unas semanas después para contarle que su
madre estaba más calmada con la noticia, aunque seguía en shock pero ella
quería conocer a Darla y ofrecerle una oportunidad, Tom y Chris estaban
más ansiosos por conocer a la novia detective de su hermana, pues era la
primera vez que veían a un detective de homicidios, estaban intrigados y
emocionados por saber si era igual a como exponía la tv; pero su padre
estaba en una fase de frustración, investigo al instante toda la vida de la
detective y se encontró que tenía una hoja de vida impecable, no tenía
ningún motivo para dudar de su integridad y mucho menos como
perjudicarla, pero su orgullo era grande y aun se negaba si quiera a
conocerla formalmente, pues las palabras de ésta en el jardín de su casa lo
hicieron sentir muy mal. Elizabeth estaba más tranquila con las noticias, se
dio cuenta que el tiempo era esencial para la aceptación de su relación.
13
Capítulo 27
El Regreso
-¡Demonios! - Darla golpeando el escritorio.
-Escucha, mejor enviamos a Carter… estoy seguro que ella puede hacer el
trabajo - Crowe sentándose en su escritorio observando a su compañera.
-No yo iré - levantando la vista hacia Richard.
-Será sólo por unas horas…no creo que te tome demasiado tiempo ubicar al
sujeto Darla.
-Eso espero… entrare en un lugar peligroso.
-Todo listo chicos…ya está el disfraz preparado así como las unidades de
seguimiento y el apoyo de patrullas - Carter llegando al escritorio de sus
compañeros.
-Vamos Darla - Richard levantándose de su silla.
-Espérame en la sala…debo ir a hablar con Elizabeth antes - levantándose y

dirigiéndose hasta la oficina de su novia.
-Ok, te esperamos - partiendo con Carter a la sala de preparación.
En la oficina de Elizabeth.
-Hey - al entrar - ¿estás ocupada?
-No... ¿Qué sucede?... ¿por qué tienes esa cara?- pregunto angustiada la
rubia, pues la cara de Darla era de extrema preocupación.
137
-Elizabeth… tengo que salir a una operación encubierto - tomando sus
manos.
-¿Qué?... ¿Por qué tienes que ser tú?
-Porque es mi trabajo…Richard tiene una familia, además Carter no tiene
experiencia y esta operación es peligrosa.
-¿Qué tan peligrosa?
-Bueno… tengo que penetrar un área llena de indigentes y drogadictos…
aquí tengo que ubicar a un sospechoso y sacarle una declaración… debo
cuidarme de posibles ataques para robarme… además de evitar que traten
de inyectarme drogas - apretando las manos de su novia que se encontraba
perpleja con lo escuchado.
-¡Dios mío! - deslizando sus brazos por el cuello de Darla abrazándola muy
fuerte - estoy aterrada solo de escucharte.
-No te preocupes…voy a estar bien…se ha dispuesto de suficientes
refuerzos y vigilancia… todo estará bien - aferrándose a la espalda de su
novia.
-Siempre voy a preocuparme… te amo - soltando el abrazo y también unas
lágrimas.
-No llores - tomando el rostro de la rubia retirando las lágrimas con sus
pulgares - si todo sale según lo planeado estaré esta tarde de regreso… te lo
prometo.
-Está bien…no puedo detenerte…pero dile a Crowe que me avise si algo
sucede.
-Yo le diré - para besarla y salir de la oficina.
Llegaron a una zona conocida por la acumulación de indigentes y
drogadictos, ubicado en el muelle de Brooklyn, eran unos almacenes
olvidados, era aquí donde Darla debía ubicar al sospechoso; vestida como
un indigente, con un maquillaje que le daba la impresión
138
demacrada y de adicto se enrumbo en su misión; entro en el lugar, tenia
constante comunicación con Crowe por un pequeño auricular en su oído y
un micrófono diminuto ajustado en su pecho, ubico sorprendentemente
rápido al sospechoso, fingió buscar drogas y logro un acercamiento, se
ubico junto a el hombre y comenzó a hablar con él, éste por su parte estaba
bastante drogado, razón por la cual estuvo hablando de muchas cosas hasta
que llego al homicidio ocurrido unos días antes, alardeo a los presentes
como había asesinado a un hombre para robarle las drogas que tenía,
estuvo con él sospechoso por cerca de 20 minutos hasta que de manera

sutil y habilidosa logro colarse hasta la salida del almacén, camino
lentamente sin levantar sospecha, ya alejada del lugar un hombre la detuvo.
-Hola - un hombre de tez amarillenta y muy delgado.
-¿Qué haces aquí? Dios que pregunta - Darla al darse cuenta que el lugar
era perfecto para un hombre como él.
-¿Darla todo está bien?... ¿con quién hablas?- Richard al escuchar la
conversación
-No te preocupes todo está bien…voy a desconectarme… estaré contigo en
unos minutos - hacia su micrófono desconectándolo.
-Ahhh...estas trabajando.
-Sí, estoy trabajando - para seguir su camino.
-Veo que eres feliz…ella es muy hermosa a decir verdad.
-¿A qué te refieres?..¿Qué sabes tú de ella?- girándose para ver al hombre
demacrado tambalearse.
-Yo le conté Darla sobre mi identidad.
-¿Qué demonios dices?- acercándose al hombre rápidamente.
-La última vez que no vimos…yo le hable de mi, quien soy en realidad, tuve
que hacerlo o levantarían cargos… ¿ella no te conto?- pregunto
139
curioso, observando cómo su hija fruncía el seño y tenía un gesto de estar
hilando algo.
-¿Cómo sabes que estamos juntas?- pregunto seriamente.
-Yo las vi antes de aquel día en el APARTAMENTO de policía, fue una tarde
comiendo en el parque… tú reías mucho y ella también… luego de eso las
he visto varias veces juntas como una pareja…de manera accidental, te lo
juro - aclarando al final de la oración ya que su hija lo observo de manera
fulminante
-No quiero verte nunca más… si llegamos a toparnos nuevamente, ni
siquiera me saludes
-Estoy muriendo… necesito tú perdón - derramando lágrimas
-Eso es algo que no puedo darte… adiós - para dejar al hombre llorando a su
espalda.
Camino hasta el lugar de resguardo, pero aun estaba pensando en las
palabras dichas por su padre, Elizabeth sabia de la identidad de él “¿por qué
nunca lo mencionó?”; increíblemente este encuentro no la altero, tampoco
la hizo sentir tristeza y odio, estaba tranquila.
-Hey… ¿Qué fue eso de hace un momento?- pregunto Crowe bajando de una
camioneta oscura.
-No fue nada… además… no tiene que ver con el caso - empezando a
quitarse su disfraz.
-Está bien - sin indagar más, confiaba en su compañera.
Llegando al APARTAMENTO, Darla fue directamente hasta la oficina de su
novia.
-Hola… todo salió bien - al entrar en la oficina aun con parte de su disfraz.
140

-¡Gracias a Dios! Estaba muy preocupada - levantándose de su escritorio y
llegando a Darla.
-Bien… tengo que ir a terminar el papeleo - secamente, cosa que la rubia
noto inmediatamente.
-¿Qué te sucede?
-Nada… sólo que me encontré con mi padre, Elizabeth… ahora sé que
siempre lo supiste - mirándola fijamente.
-Darla…por favor, escúchame - en completo pánico, se acerco y trato de
agarrar su brazo.
-No me toques - evitando el contacto - mejor hablamos en casa - saliendo de
la oficina de su novia, dejando a esta completamente consternada.
141
Capítulo 28
Historia
Darla continúo con su trabajo, no sé percato cuando Elizabeth se marcho,
luego fue a limpiarse y cambiarse en el baño, en el camino a casa seguía en
la comprensión de sus sentimientos con respecto al encuentro de la tarde,
esbozando una sonrisa.
-¿Elizabeth por qué lloras?- preocupada al entrar a casa y ver a la rubia
llorando en el sofá, dejo sus llaves en el tazón de la entrada y corrió hasta el
lugar abrazando a su novia.
-Perdóname…yo no quise hacerte daño - llorando ahora abrazada al cuello
de la detective - no quería arruinara lo que teníamos.
-¿Lo que teníamos?- retirándola de sus brazos para ver su rostro sollozante será lo que tenemos…te amo, ¿por qué dudas de eso?- sonriendo.
-Pero tú estabas furiosa hoy…ni siquiera dejaste que te tocara - tratando de
secar sus lagrimas con un pañuelo blanco.
-No estaba furiosa…no deje que me tocaras porque estaba sucia del
operativo… además no te reprocho que me ocultaras lo de mi padre…ahora
entiendo muchas cosas.
-¿Entonces?- pregunto insegura.
-Entonces, debí contarte todo hace mucho… tú me ayudaste a evitar cargos
de agresión, que fuera suspendida, esa noche me buscaste, fuiste dulce y
comprensiva conmigo, además me diste cobijo, todo eso sin amarme…
¿cómo crees que puedo odiarte?- sonriendo.
-Ya te amaba, sólo que no me había dado cuenta de ello, pero ya me había
enamorado de ti en ese momento - devolviendo la sonrisa.
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-Bueno, entonces, menos podría reprocharte algo, porque esa noche yo
termine de enamorarme de ti…tengo que contarte todo para que ya no
existan más secretos.
-Está bien - ubicando su cabeza en el hombro de su novia mientras ésta la
abrazaba.
-Vivíamos en Dallas, mi madre trabajaba limpiando casas, mi hermana y yo
íbamos a la escuela y mi padre se dedicaba a trabajar como obrero en

construcción.
-¿Tienes una hermana?- con asombro.
-Sí… tenía una hermana.
-¿Cómo te que tenias?- confundida.
-Escucha… él comenzó a consumir drogas cuando yo tenía 15 años, ya la
bebida era constante; solía golpear a mi madre y a nosotras, mi hermana se
llamaba Lucia, tenía 10 años. Lucy como le decía, siempre estaba soñando
con una realidad diferente a la que vivíamos, mientras que yo me refugiaba
en mi amistad con Héctor, nos conocimos en el jardín de infantes y en la
secundaria siempre estuvo a mi lado, además nuestra casa era diminuta.
-¿Qué sucedió con ella?
-Mi padre empezó a ponerse como loco, la combinación de alcohol y drogas
es explosiva, un día él llego a casa y se llevo a Lucy, yo trate de evitarlo
pero me golpeo muy fuerte y quede inconsciente en el piso, fue la última
vez que la vi, sólo recuerdo vagamente su llanto y suplicas antes de ser
llevada por él.
-¡Dios Mío! - colocando sus manos en sus mejillas asombrada por lo que
estaba escuchando.
-Mi madre coloco de inmediato la denuncia, pero nunca se supo nada de
Lucy ni de él, colocamos carteles por toda la ciudad y Héctor
143
siempre que salía colocaba más carteles. Después de un año la policía no
sabía nada y mi madre estaba sin esperanzas. Cuando termine la escuela,
yo no tenía dinero para ir a la universidad, trabajaba para ayudar a mi
madre, Héctor me dijo que vendría para New York y quería que viniera con
él, al principio no estaba segura, yo seguía buscando a Lucy.
-¿Qué paso?- ahora acariciaba la mejilla de Darla.
-Paso que una noche, yo estaba trabajando en una tienda de comestibles y
un hombre se acerco a mí, me dijo que me olvidara de mi hermana, ella
nunca regresaría; cuando quise preguntarle como sabia, él dijo que mi
hermana había sido entregada a unos traficantes a cambio de droga y
dinero. Ese hombre se marcho tan rápido que no me dio tiempo de llamar a
la policía o seguirlo, fue entonces que decidí marcharme con Héctor.
-Ohhhh… ¡Dios mío!…ahora entiendo todo tú rencor hacia él - con muchas
lágrimas mojando su rostro.
-Nunca le conté a mi madre sobre ese encuentro, que podía decirle, que
había sido prostituida o que estaba muerta, ¿qué verdad dolería menos?
Vinimos y yo entre en la academia de policía porque era lo único que tenia a
disposición, pero mi madre no se recupero nunca del secuestro de Lucy, su
salud se deterioro y poco después de graduarme ella falleció.
-No puedo imaginar todo tu dolor - aferrándose en un abrazo a Darla.
-Fue duro, pero Héctor me dio animo y luego mi trabajo me dejo ver muchas
cosas, siempre he deseado que Lucy este muerta, que no tuviera que sufrir
cualquier horror en manos de esos hombres. Nunca sabré de ella Elizabeth,
la perdí y también a mi madre, todo gracias a él.
-¿Él nunca ha dicho la verdad?

-No…nunca ha dicho nada…él sabe que conozco la verdad…la verdad
revelada aquella noche…tampoco le he pedido que lo diga, ni
144
lo he denunciado…ya no tiene caso, encontrar a Lucy es algo imposible…
aun si lo dijera, estoy segura que no la encontrare jamás.
-Por eso lo odias tanto - soltando el abrazo y viendo el rostro sereno de su
novia.
-Sí… por mucho tiempo lo he odiado por acabar con mi familia.
-¿Por eso eres policía?
-No sé… tal vez.
-Él pedía tu perdón esa noche - levantando la vista con lágrimas por la
historia escuchada.
-Si…y sabes algo…creo que ya lo perdone, pues no siento odio por él…pero
eso no se lo diré, ese será su castigo…desde hace mucho siento que
recordar a mi familia no me causa dolor - con leve sonrisa.
-Entonces, el tiempo curo tu herida - depositando su mano en la mejilla de
Darla.
-No… el tiempo no me curo… fuiste tú… tú amor me curo, me dio
tranquilidad y capacidad de perdón - besando tiernamente a su novia - te
amo.
-Yo también te amo - para cerrar sus ojos con la cabeza apoyada en el cuello
de su novia.
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Capítulo 29
Búsqueda
Luego de ducharse Darla se vistió, fue hasta la mesa donde acostumbra
colocar su placa, pero al abrir la gaveta no la encontró; con su mano rasco
la parte posterior de su cabeza tratando de recordar donde estaba, era tan
extraño siempre fue muy ordenada, pero en el último año todo había
cambiado.
Decidió dar un vistazo en la cómoda de la habitación, pero allí sólo estaban
las cremas de Elizabeth junto a dos fotografías, una era de ellas el día de su
boda, habían pasado dos años de aquel momento, esbozo una sonrisa,
recordó como le pidió que se casaran en su primer aniversario, como su
familia fue aceptando su relación, hasta se casaron en el jardín de la casa
de los padres de Elizabeth y el padre de ésta ya no era reacio, de hecho
ahora eran muy cercanos, en esa fotografía estaban las dos sonriendo en
sus respectivos vestidos blancos.
La otra fotografía era de Lucy, Elizabeth le pidió poner un retrato en casa,
ella quería que el recuerdo de la niña estuviera siempre presente, no de
manera triste, si no alegre; por tal razón la fotografía era de Darla y Lucy
riendo a carcajadas, eran tan parecidas en ese retrato.
Al no hallar el objetivo, fue hasta la caja fuerte de la pared y saco su arma,
colocándola en la cintura; se dirigió hasta la sala y gran desorden había
aquí, peluches por todos lados, juguetes, Darla tenía que caminar haciendo

peripecias a su paso, se agacho para ver debajo del sofá, pero sólo encontró
un par de juguetes, se levando y busco dentro de los cojines, pero no
encontró nada, pensó en la cocina, tal vez la había dejado allí.
14
-Elizabeth ¿no has visto mi placa?- observando a su esposa en la estufa.
-No…buscaste en tu mesa - girando para verla.
-Sí…pero no está…busque en la sala y nada… ¿crees que?
-Bueno…yo daría una mirada…tú sabes cómo es – sonriendo.
-Tienes razón - para ir hasta un corral ubicado en la cocina donde se
encontraba una, hermosa niña de cabellos negros y piel suavemente
tostada de intensos ojos azules - a ver Lucy - levantando a la niña de un
año, sacándola de su resguardo - ¿acaso tomaste mi placa?- sonriendo
mientras la niña copiaba la risa.
-Sostenla mientras veo - Elizabeth agachándose y buscando en el corral de
la niña - bingo, aquí está… ¿Cómo lo hizo?- sonriendo encajando la placa en
la cintura de su esposa.
-No sé, pero es muy traviesa….además de ser zurda como Héctor - mientras
llevaba la niña hasta la silla de la cocina, sentándola en su regazo - vamos a
comer Lucy - cuando su esposa deslizo su plato de huevos revueltos, con
pan.
-Por eso no come en su silla… la acostumbraste a comer contigo quejándose mientras se sienta junto a Darla y su hija.
-Pero yo no estoy mucho tiempo con ella….siempre que regreso está
dormida.
-Está bien... ¿sabes algo de Richard?- empezando la comida.
-Sí, ayer me llamo… dijo que el CIU es tedioso comparado con homicidios…y
que me extraña - sonriendo y dando de comer a la niña que empezaba a
hacer un desastre en la mesa - dios va a ensuciar mi camisa.
-No te preocupes…hay más limpias - besándola en la mejilla.
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-Gracias… y ¿cómo te sientes en la oficina?… ¿es muy distinto a los
juzgados?
-Un poco… bueno en realidad muy diferente… en este punto estoy como
Richard, extraño mi antiguo trabajo - sonriendo - extraño compartir contigo.
-Pero tú quisiste dejarlo…. aun puedes regresar.
-No…me gusta el horario…al ser asesor de empresas me deja tiempo con
nuestra hija…además adoro esperar cada día tú llegada - sonriendo
-Yo también extraño compartir contigo en el trabajo, pero Tony es tan necio
que a veces ni tiempo tengo de pasar por allá - besando a su esposa
rápidamente - Ouch… mi camisa - al percatarse que estaba sucia por el
desayuno.
-Te dije que no te preocupes….ven, vamos a buscar otra - levantándose para
ir a la habitación seguida por su esposa e hija - mira aquí esta.
-Déjame colocar a Lucy en la cama - para luego quitarse la camisa - ¿vas a
trabaja hoy?

-No… estoy libre - entregándole la camisa - Lucy ya baja de la cama Darla acoto la rubia.
-Tranquila ella no va a bajarse… además, voy a llamar en este instante y me
reportare enferma - sonriendo y devolviéndole la camisa a Elizabeth.
-¿Pero qué dices?- sonriendo.
-Voy a pasar el día con vosotros - deslizando sus brazos por la cintura de la
rubia y atrayéndola hacia su cuerpo - qué más da, nadie puede enfadarse
por querer pasar un día con mi familia - besando a su esposa
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-Me encanta cuando haces estas locuras… te quiero tanto - apoyando su
cabeza en el pecho de Darla - recuerdo cuando Lucy nació, nunca te
separaste de mi.
-Y nunca me separare de ti - levantando su rostro y besándola
profundamente, pero al instante un sonido estruendoso provino de la sala.
-¡¡¡LUCY!!! - ambas gritaron para salir corriendo hasta la sala.
Fin
149

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