El Final de La Guerra - Paul Preston
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HISTORIA LETRAS
A pesar de que no es uno de los
asuntos más analizados por los
historiadores de la guerra civil,
tampoco sería exacto decir que
el espinoso episodio del final de
la contienda (el golpe de Estado
del coronel Casado) haya sido
totalmente olvidado o preterido
por los especialistas. Sin ánimo
de exhaustividad y limitándome
tan solo a los últimos años, debo
mencionar primero Así terminó la
guerra de España, de Javier Cervera y Ángel Bahamonde (Marcial Pons). Precisamente, el último autor acaba de publicar
este mismo año Madrid 1939. La
conjura del coronel Casado (Cátedra). Aunque tenía un enfoque más amplio, es decir, no
centrado en el episodio en cuestión, no podemos pasar por alto
tampoco el volumen que cerraba la monumental serie de estudios de Ángel Viñas sobre la
República y la guerra civil: nos
referimos a El desplome de la República (Crítica), escrito en colaboración con Fernando Hernández Sánchez. Con todo, no
deja de tener buena parte de
razón Preston cuando subraya,
en recientes declaraciones, que
“la mayoría de los libros de la
Guerra Civil despachan en cuatro páginas los últimos tres meses”. Ese ha sido el motivo –“mi
ignorancia”, confiesa sin ambages– que le ha llevado a volver al
conflicto para desentrañar esta
“tragedia evitable”.
La talla como historiador de
Paul Preston (1946) está fuera
de toda duda. Es uno de los mayores hispanistas vivos, autor de
obras indispensables, figura de
referencia para varias generaciones de historiadores españoles. El problema está en que en
un asunto tan mediatizado por
las adscripciones ideológicas y
opciones partidistas como la
guerra civil, Preston representa
gobierno, es el héroe incomprendido o, peor aún, injustamente vilipendiado, al que se
trata de no solo de comprender
sino de exaltar. El coronel Casado es el traidor al que se dibuja con las más negras tintas en
su triple faceta de político arrogante, militar mediocre y hombre irascible, egoísta y cínico. El
tercero en discordia, el dirigente socialista Julián Besteiro aparece como una persona tan
bientencionada como ingenua
pero, a la postre, letal para la
suerte de la República y para
miles de hombres que terminaron inermes en las garras del
enemigo.
Los lectores que hagan seguido las últimas aportaciones
sobre la guerra civil se encontrarán por tanto con otro libro
que trata de rehabilitar la figuJOSÉ CUÉLLAR
ra de Negrín, en la línea de las
investigaciones de Viñas o de redores de primera magnitud que cientes biografías (Miralles, MoPAUL PRESTON
se han convertido en iconos de radiellos, Jackson). La clave funTraducción de Efrén del Valle
una determinada interpretación damental es la tesis de que
y Francisco Ramos.
(en este caso antitética, natu- incluso a las alturas del 39 la reDebate. Barcelona, 2014
ralmente) de la guerra civil.
sistencia aún tenía sentido, que
416 páginas, 22,90 euros
En su nueva obra Preston no no era una mera ilusión esperar
la voz más reputada de un sector defraudará las expectativas de el impacto del estallido de la
–llamémosle “progresista”, aun- sus muchos seguidores pero, de guerra mundial en el conflicto
que la propia denominación es igual modo, renovará los recelos español y que, en todo caso, la
discutible–. Una tendencia o o simples rechazos que des- forma en que se hizo la rendipostura que se vio revitalizada pierta entre sus críticos. No es ción fue la peor posible. A todo
hace pocos años
ello habría que
cuando se atrevió La clave fundamental es la tesis de que incluso en el añadir el oprobio
a usar para el prode la traición para
pio título de su li- 39 la resistencia aún tenía sentido, que no era mera ilu- asestar “la última
bro sobre la viosión esperar el impacto del estallido de la guerra mun- puñalada a la Relencia hispana el
pública”. Como
emotivo y turba- dial y que la rendición se hizo de la peor forma posible
es habitual en sus
dor término de
obras, Preston
“holocausto” (El Holocausto es- para menos. Aquí, como otras desarrolla esta interpretación
pañol. Odio y exterminio en la gue- veces, no hay medias tintas sino con brillantez y un considerable
rra civil y después, Debate). Sim- una franca contundencia. Pres- acopio documental, con una háplificando, Preston es a la ton analiza el final de la guerra bil utilización de los testimonios
izquierda lo que Payne (que en términos personalistas, con y memorias de los principales
precisamente acaba de publi- tres grandes protagonistas a los protagonistas del que fue el úlcar una nueva biografía de Fran- que se asigna un rol específico: timo acto de la tragedia de la Reco) es a la derecha: dos historia- Juan Negrín, el presidente del pública. RAFAEL NÚÑEZ FLORENCIO
El final de la guerra
La última puñalada a la República
2 - 1 - 2 0 1 5
EL CULTURAL
23
A pesar de que no es uno de los
asuntos más analizados por los
historiadores de la guerra civil,
tampoco sería exacto decir que
el espinoso episodio del final de
la contienda (el golpe de Estado
del coronel Casado) haya sido
totalmente olvidado o preterido
por los especialistas. Sin ánimo
de exhaustividad y limitándome
tan solo a los últimos años, debo
mencionar primero Así terminó la
guerra de España, de Javier Cervera y Ángel Bahamonde (Marcial Pons). Precisamente, el último autor acaba de publicar
este mismo año Madrid 1939. La
conjura del coronel Casado (Cátedra). Aunque tenía un enfoque más amplio, es decir, no
centrado en el episodio en cuestión, no podemos pasar por alto
tampoco el volumen que cerraba la monumental serie de estudios de Ángel Viñas sobre la
República y la guerra civil: nos
referimos a El desplome de la República (Crítica), escrito en colaboración con Fernando Hernández Sánchez. Con todo, no
deja de tener buena parte de
razón Preston cuando subraya,
en recientes declaraciones, que
“la mayoría de los libros de la
Guerra Civil despachan en cuatro páginas los últimos tres meses”. Ese ha sido el motivo –“mi
ignorancia”, confiesa sin ambages– que le ha llevado a volver al
conflicto para desentrañar esta
“tragedia evitable”.
La talla como historiador de
Paul Preston (1946) está fuera
de toda duda. Es uno de los mayores hispanistas vivos, autor de
obras indispensables, figura de
referencia para varias generaciones de historiadores españoles. El problema está en que en
un asunto tan mediatizado por
las adscripciones ideológicas y
opciones partidistas como la
guerra civil, Preston representa
gobierno, es el héroe incomprendido o, peor aún, injustamente vilipendiado, al que se
trata de no solo de comprender
sino de exaltar. El coronel Casado es el traidor al que se dibuja con las más negras tintas en
su triple faceta de político arrogante, militar mediocre y hombre irascible, egoísta y cínico. El
tercero en discordia, el dirigente socialista Julián Besteiro aparece como una persona tan
bientencionada como ingenua
pero, a la postre, letal para la
suerte de la República y para
miles de hombres que terminaron inermes en las garras del
enemigo.
Los lectores que hagan seguido las últimas aportaciones
sobre la guerra civil se encontrarán por tanto con otro libro
que trata de rehabilitar la figuJOSÉ CUÉLLAR
ra de Negrín, en la línea de las
investigaciones de Viñas o de redores de primera magnitud que cientes biografías (Miralles, MoPAUL PRESTON
se han convertido en iconos de radiellos, Jackson). La clave funTraducción de Efrén del Valle
una determinada interpretación damental es la tesis de que
y Francisco Ramos.
(en este caso antitética, natu- incluso a las alturas del 39 la reDebate. Barcelona, 2014
ralmente) de la guerra civil.
sistencia aún tenía sentido, que
416 páginas, 22,90 euros
En su nueva obra Preston no no era una mera ilusión esperar
la voz más reputada de un sector defraudará las expectativas de el impacto del estallido de la
–llamémosle “progresista”, aun- sus muchos seguidores pero, de guerra mundial en el conflicto
que la propia denominación es igual modo, renovará los recelos español y que, en todo caso, la
discutible–. Una tendencia o o simples rechazos que des- forma en que se hizo la rendipostura que se vio revitalizada pierta entre sus críticos. No es ción fue la peor posible. A todo
hace pocos años
ello habría que
cuando se atrevió La clave fundamental es la tesis de que incluso en el añadir el oprobio
a usar para el prode la traición para
pio título de su li- 39 la resistencia aún tenía sentido, que no era mera ilu- asestar “la última
bro sobre la viosión esperar el impacto del estallido de la guerra mun- puñalada a la Relencia hispana el
pública”. Como
emotivo y turba- dial y que la rendición se hizo de la peor forma posible
es habitual en sus
dor término de
obras, Preston
“holocausto” (El Holocausto es- para menos. Aquí, como otras desarrolla esta interpretación
pañol. Odio y exterminio en la gue- veces, no hay medias tintas sino con brillantez y un considerable
rra civil y después, Debate). Sim- una franca contundencia. Pres- acopio documental, con una háplificando, Preston es a la ton analiza el final de la guerra bil utilización de los testimonios
izquierda lo que Payne (que en términos personalistas, con y memorias de los principales
precisamente acaba de publi- tres grandes protagonistas a los protagonistas del que fue el úlcar una nueva biografía de Fran- que se asigna un rol específico: timo acto de la tragedia de la Reco) es a la derecha: dos historia- Juan Negrín, el presidente del pública. RAFAEL NÚÑEZ FLORENCIO
El final de la guerra
La última puñalada a la República
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