El Ministerio Verdadero de La Iglesia

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Conforme al modelo Divino, Jesús dijo: “Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Más entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. S. Mateo 20:25-28

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El Ministerio Verdadero de la Iglesia

Hno. José Luis Castruita Ramos jueves 3 de abril de 2008 “EL MINISTERIO VERDADERO DE LA IGLESIA DEL SEÑOR JESUCRISTO”

Conforme al modelo Divino, Jesús dijo: “Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Más entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. S. Mateo 20:25-28

Esta declaración de las Sagradas Escrituras es de suma Importancia y tiene que ver con la Iglesia desde su nacimiento hasta que sea recogida (Salmo 50:4-5 y S. Mateo 24:30-31), en esta declaración divina encontramos una prohibición especifica ordenada por el mismo Señor Jesucristo, pues El es quien ordena que su Iglesia NO debe gobernarse en la misma forma en que se gobiernan los pueblos de la tierra, prohíbe por tanto en forma determinante el que sus ministros usen la estructura del poder donde opera la autoridad del hombre, esta es, ciertamente correcta y de orden para todos los demás aspectos de gobierno netamente humano, mas el Señor dijo: “ entre vosotros No será así”.

La desobediencia a este mandato ha traído siempre al pueblo de Dios maldición, así como en la antigüedad, Israel ofendió a Dios pidiendo el pueblo a Samuel que les pusiera a un hombre como rey, desechando al Rey (1er. Samuel 8:7), también la cristiandad ha acarreado sobre si la ira de Dios, haciendo lo mismo, pues desde los primeros siglos de la Iglesia, los cristianos turbados por el espíritu del anticristo ha pedido y puesto y aun recogido como autoridades, como señores de la grey y cabeza de la Iglesia a hombres engañados y engañadores que por su parte han aceptado y aun proclamado el ser tal cosa. Como lo hizo Diotrefes en su ansia desviada de tener el primado (3ra. Juan vrs. 9). Al leer ahora nosotros las paginas del Nuevo Testamento encontramos que los Apóstoles aprendieron bien del Maestro como debía gobernarse la Iglesia de El, en ellas encontramos el ejemplo de hombre que entendieron en forma plena, cual es el Verdadero llamamiento de los fieles ministros de Jesucristo el Señor, ellos entendieron en verdad que es lo que el Señor quiso decirnos y enseñarnos cuando dijo: “ como el Hijo del hombre no vino para ser servido sino para servir y dar su vida en rescate por muchos”.

Pero muchos de los ministros que siguieron después de los Apóstoles no siguieron con la misma visión espiritual y fueron usados anticristo (el diablo) en los primeros siglos para que se operara una metamorfosis o sea un cambio en la Iglesia transformándose de un organismo vivo a una organización muerta, de una estructura espiritual a una estructura política (Daniel 7:8y20), de un pueblo santo a un pueblo mundano gobernado por señores de la grey, de una virgen pura a una ramera (Apocalipsis 2:12-15 y 2:18-20).

En las congregaciones de la edad Apostólica no encontramos ni el menor indicio de organización, estructurada en la forma del gobierno de autoridad de hombre, la Iglesia en sus principios esta muy lejos de ser una organización de acuerdo con la idea que hasta el día de hoy existe entre el cristianismo. en cambio en las Escrituras se le señala como “un cuerpo”, como un organismo vivo cuyos miembros caminan unidos, única y exclusivamente por la Ligadura del Espíritu de Jesucristo (La Palabra de Dios), Colosenses 2:18-19 y Efesios 4:14-16, y como un conjunto ceñido nada menos que con las Ataduras Indisolubles del Amor de Jesucristo (Oseas 11:4).

No existían “los credos” posteriores ni leyes, ni acuerdos de concilios que obligaran a los cristianos para que permanecieran y estuvieran en alianzas; se nos dice en cambio, que perseveraban en la Doctrina de los Apóstoles u en la comunión y en el partimiento del pan y en las oraciones y toda persona tenia temor (Hechos 2:41-43); la Iglesia viva literalmente la bendición del Apóstol Pablo quien dijo: “y ahora hermanos os encomiendo a Dios y a la Palabra de su Gracia el cual es Poderoso para sobreedificar y daros herencia con todos los santificados. (Hechos 20:32) fue ese tiempo durante el cual se podía cumplir perfectamente lo dicho por el Señor Jesucristo referente

al Amor fraternal, al grado de que el hermano estaba dispuesto a dar su vida por su hermano (Romanos 16:3-4 y 1ra. Juan 3:16).

Los hombre de Dios que fueron y son grandes, no lo fueron ni lo son por rangos ni títulos de superioridad concedidos por algún concilio o junta política, sino por su abnegación, humildad y vida de servicio, sus mismas expresiones sencillas dan razón del Espíritu de Cristo que estaba en ellos. El Apóstol Pedro sobre quien ya de muerto Satanás invento la mentira que hasta el día de hoy prevalece llamándolo el príncipe de los Apóstoles y primer hombre en el papado. Nos dice: “Os ruego a los Ancianos (de la Iglesia) que están entre vosotros yo anciano también con ellos y testigo de las aflicciones de Cristo que soy también participante de la Gloria que ha de ser revelada. Apacentad la grey de Dios... (1ra. Pedro 5:1-4) Notemos que el modelo de Dios no encontramos ni el menor vestigio de las mentiras y blasfemias que a su tiempo el anticristo (Satanás) le dio cuerpo y forma; ni en Pablo, ni en Pedro, ni en Juan, ni en Santiago encontramos el mas mínimo indicio de que hayan ejercido alguna autoridad sobre sus compañeros en el ministerio, de igual manera no hay señal alguna de que hayan ejercido señorío alguno sobre el rebaño del Señor.

La única forma de organización universal que nos muestra el modelo Divino es el de Congregaciones o Iglesias dependientes cada una del Príncipe de los pastores, ligadas unas a otras solamente por los lazos del Amor y de la Fe de Jesucristo dada una vez a los santos (Judas vrs. 3 y Efesios 4:5-6). Las Escrituras nos dan testimonio una y muchas veces de la forma en que estos hombres de Dios a pesar de sus fallas y flaquezas humanas igual que las nuestras hasta el día de hoy pudieron vivir y ministrar a la Iglesia del Señor, sujetos al modelo Divino del Espíritu que dice: “nada hagáis por contienda o vanagloria; antes bien en humildad, estimándoos inferiores los unos a los otros, (Filipenses 2:3-5).

Las Escrituras nunca nos dan razón de que los Apóstoles hayan formado cierta diócesis, o distrito, o sector para que como superior algún hombre actuara ejerciendo autoridad sobre cierto numero de congregaciones, mucho menos que hayan recogido o nombrado a alguien para darle el lugar de jefe o cabeza suprema de la Iglesia en General.

Tanto Pedro como sus demás compañeros supieron dar la importancia a lo dicho por el Señor, quien dijo: “Mas vosotros no queréis ser llamados Rabí, porque uno es vuestro Maestro el Cristo y todos vosotros sois hermanos (S. Mateo 23:8) los títulos que posteriormente inventaron tales como patriarcas, cardenal, reverendo, presidente, superintendente, supervisor, etc, etc.,... son solamente fruto de la apostasía en la Iglesia cristiana quien tomo en contra de lo ordenado por el

Señor, del sistema político de las estructuras de autoridad de hombres (Apocalipsis 13:11- 13 • 2:12-15); En mas de una ocasión encontramos a los Apóstoles rechazando la adulación, el reconocimiento desmedido de gente o algunos hermanos que quizás en su ignorancia les demostraban (Hechos 3:11-12 y 14:8-15), por citar algunas escrituras. En ello encontramos cuan distinta fue la actuación de aquellos poderosos hombres de Dios pero a la vez sencillos ministros del Señor, cuando los comparamos con el ministerio apostata de los siglos posteriores y hasta el día de Dios San Pablo da razón en una de sus cartas tocante a su ministerio, diciendo: “(Pablo Apóstol no de hombre ni por hombre) mas por Jesucristo y por Dios el Padre que lo resucito de los muertos (Gálatas 1:1); su expresión no indica jactancia humana, ni mucho menos una demostración oportuna de rebeldía en contra de alguien mas; es la declaración con una profunda convicción de la certeza del origen de su llamamiento, no es tampoco que indique un monopolio del derecho que el reclama, sino que es la expresión que debe de caber en el corazón limpio y sincero de cada verdadero ministro de Jesucristo hasta el día de hoy. Así sirviendo incondicionalmente al pueblo de Dios imitando al dechado Divino: Cristo el Señor.

No buscando beneficios materiales, ni retribuciones terrenas u honores y glorias o reconocimientos varios, sino solamente el Agradar a Aquel quien ofrece la recompensa Suprema y la prueba de esto esta en el hecho de que la gran mayoría de ellos ofrendaron aun sus vidas mismas para ganar Así una vida mejor en presencia de su Amado Señor y Maestro.

Con Amor a todos mis Hermanos!!!

Publicado por Luis Carlos en 18:52 0 comentarios Etiquetas: Dios, Iglesia, Jesucristo, ministerio Suscribirse a: Entradas (Atom)

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