Multicultural

Published on December 2016 | Categories: Documents | Downloads: 77 | Comments: 0 | Views: 715
of 37
Download PDF   Embed   Report

Comments

Content

“Año de la Diversificación Productiva y del Fortalecimiento de la Educación”

Nombres: Sandy Karolina

Apellidos: Manzo Chumpitaz

Profesor: Luis Montoya

Área: Educación Intercultural I

Institución: IESPP “San Josemaria Escrivá”

Carrera: Educación Inicial III

Año: 2015

INTRODUCCION:

Hablar de multiculturalidad en un país como el nuestro es muy difícil y a la vez
grandemente complejo. La enorme diversidad de culturas existentes en nuestro
medio - debido a la existencia de diferentes grupos étnicos- así como las
diferentes lenguas y realidades de extrema complejidad, son producto del
mestizaje que se ha desarrollado dentro del proceso histórico del Perú.
Según los historiadores, el Perú no ha logrado consolidar su identidad ni menos
formarse incluso como una nación auténtica. La razón se encuentra en las
profundas diferencias y desigualdades sociales producidas a través de la
historia.
El imperio del Tawantinsuyo presentaba ya una serie de contradicciones
sociales debido a las relaciones de dominación entre los Incas y los pueblos
sojuzgados. La dominación española acrecentó estas diferencias sociales, las
cuales propiciaron la aparición de una nación de blancos y otra de indios.
Dentro del grupo dominado existen nuevas divisiones sociales, tales como los
mestizos, los indios, los negros y las etnias amazónicas.
Ante estos hechos existe un reto, conservar las culturas ancestrales que han
sobrevivido a la dominación española o dejar que la globalización las anule por
completo. En muchos casos lo que se globaliza son los elementos de la cultura
dominante, no de la dominada, más aún aquello tiende a desaparecer.

Es por ello que es importante generar la identidad nacional, reconociendo y
valorando la multiculturalidad existente. Aquello deberá servir para proyectarnos
al mundo, globalizando nuestra cultura y no condenándola a la extinción.

EL PERU ES UN PAIS MULTICULTURAL

DEFINICIÓN ANTROPOLÓGICA:
a) "Una cultura es un conjunto de formas y modos adquiridos de concebir el
mundo, de pensar, de hablar, de expresarse, percibir, comportarse,
organizarse socialmente, comunicarse, sentir y valorarse a uno mismo en
cuanto individuo y en cuanto a grupo. Es intrínseco a las culturas el
encontrarse en un constante proceso de cambio." (Heise, Tubino, Ardito:
1994, p.7).
b) "Una cultura es una variedad de sistemas desarrollados por las
sociedades humanas como medio de adaptación al ambiente en el cual
se vive; como totalidad, un sistema cultural constituye el medio a través
del cual el grupo al cual pertenece dicho sistema consigue su
supervivencia como una sociedad organizada..." (Robert W. Young en:
Abrahams y Troike, 1972).
1. ¿QUÉ ES INTERCULTURALIDAD? (GUSTAVO SOLÍS FONSECA)
La interculturalidad es la conducta cultural para desenvolverse en contextos de
relación de culturas. Es una conducta de las personas o de los grupos humanos
en situaciones de multiculturalidad.
Se trata de un saber manejarse entre miembros de diferentes culturas con
quienes se interactúa.

La interculturalidad no implica a priori el "saber manejarse bien o mal", sólo
implica saber manejarse, pues una u otra alternativa específica dependerá de la
política sobre interculturalidad que asumen las personas o los grupos humanos.
Dicha política puede estar explícitamente formulada o, lo que es común, estará
implícitamente vigente. En este contexto, el prefijo inter no hace referencia sino
a la relación entre dos o más culturas, en que actúa el individuo o el grupo
humano.
2. Caminos para la interculturalidad
La interculturalidad es, en tanto realidad, una realidad cultural; y como todo
fenómeno cultural, la conducta intercultural se aprende sea como miembro de
una determinada cultura, o de un grupo de culturas en contacto.
Esa conducta intercultural puede tener una realización adecuada o no
adecuada en su propósito de permitir desenvolverse en situaciones de
interculturalidad. EI juicio sobre adecuación depende de un determinado
sistema cultural.
La primera condición para que exista interculturalidad es el contacto de culturas.
Pero para que la interculturalidad sea una conducta, lo que debe ocurrir es un
proceso de aprendizaje, ya sea natural como parte de la socialización de las
personas- o planificado, es decir, formalmente.
Conviene aclarar que la educación en general puede ser intercultural y no ser
bilingüe, tanto como puede ser bilingüe y no ser intercultural. La vigencia de
cualquiera de estas alternativas concretas responderá a políticas específicas
que asumen las sociedades para la educación de sus miembros.
3. Los alcances de la interculturalidad

La interculturalidad tiene múltiples posibilidades. Por ejemplo, ella puede tener
una práctica intracultural, es decir, puede ser un ejercicio que involucra a grupos
que conforman subculturas dentro de una estructura mayor.
Es el caso de una interculturalidad que tiene como componentes a las
variedades de lo que se reconoce como una misma cultura.
En esta perspectiva, todos en el mundo son por lo menos intra interculturales,
pues no es imaginable la existencia de culturas homogéneas. De otro lado, no
todos en el mundo están en una relación intercultural, esto es, sus relaciones no
involucran necesariamente a dos o más sistemas culturales diferentes.
La multiculturalidad no implica necesariamente interculturalidad, pues las
personas pueden mantener separadas las culturas de su multiculturalidad.
La globalización ha catapultado la conveniencia de la interculturalidad como
conducta de los seres humanos, pues ha puesto frente a sí a personas de
diferentes culturas, generando como consecuencia convicciones sobre
conductas apropiadas para desenvolverse en el mundo globalizado.
Si bien pareciera que nos dirigimos hacia un mundo de interculturalidad plena,
tal vez con todas las culturas del mundo en contacto, avizoramos, sin embargo,
que no todas las culturas ahora existentes tienen la misma posibilidad de ser
componentes permanentes en la relación intercultural, ya que algunas están
condenadas a la desaparición debido a las relaciones desiguales entre las
sociedades respectivas, en las que se generan etnocentrismo, racismo,
etnocidio, genocidio, o falta de autoestima.
La presunción sobre implicancia de homogeneidad cultural en el mundo, como
consecuencia de la globalización, felizmente no es algo absolutamente seguro,
pues tiene en contra la imposibilidad de la invariación cultural.

Lo previsible es que la globalización generará necesariamente formaciones
específicas de orden cultural, como parte del proceso normal de cambio del que
no puede estar ajena ninguna cultura, menos la "cultural global"
4. La práctica de la interculturalidad
Las relaciones interculturales que se establecen entre los grupos humanos
pueden ser armónicas, pero también pueden estar marcadas por desequilibrios
que hacen que dichas relaciones sean inequitativas y atentatorias contra el
desarrollo mismo de los grupos humanos.
La discriminación peyorativa entre culturas es uno de los factores nefastos para
las relaciones interculturales equitativas.
Estas discriminaciones pueden implicar conductas racistas, antidemocráticas
genocidas, etnocidas, etc.
Algunos estudiosos señalan la vigencia de una interculturalidad negativa, con
relaciones que no contribuyen a una convivencia armónica entre las culturas y
los grupos humanos. Frente a la interculturalidad negativa tenemos aquella que
busca formas de relación que amplían el conocimiento cultural sobre los otros,
para que las personas y los grupos humanos puedan desenvolverse
creativamente y con tolerancia en su ambiente multicultural.
Asimismo, podemos hablar de una interculturalidad pasiva frente a una
interculturalidad activa. En todo caso, es deseable para la construcción de la
interculturalidad que los sujetos sean entes activos, antes que pasivos.
LA MULTICULTURA PERUANA
IDENTIDADES

ÉTNICAS

EXPERIENCIAS EN EL PERÚ

Y

CULTURALES:

PLURALIDAD

DE

Todo aquel que recorre el territorio del Perú ahora encuentra pueblos de habla y
de conducta cultural diversa. A simple vista, son los vestidos, o las creencias
culturales, o los patrones de comportamiento, etc., o las variedades de una
misma lengua, o las diferentes lenguas existentes a lo largo y ancho del país,
los que nos hacen ver el gran mosaico de variedad que es el Perú.
La diversidad del Perú fue tan evidente a la llegada de los españoles que obligó
a que muchos cronistas lo anoten por escrito. Uno de ellos, Cieza de León, para
hacer patente lo diverso y plural que era el Perú al tiempo de su llegada, habla
de las muchas naciones y lenguas que existían en el territorio peruano.
Lamentablemente, aquella riqueza real o imaginaria percibida por Cieza de
León hoy se nos aparece muy disminuida, pues ya no están presentes las
naciones y lenguas de la costa, y muchas de la sierra y de la selva son ahora
extintas o en vías de desaparecer.
LA MULTICULTURALIDAD
1. Áreas culturales peruanas
Hace por lo menos unos cinco mil años que comenzó en lo que es hoy el Perú
-con el neolítico- un proceso de sedentarización que generó una serie de
comunidades culturales y lingüísticas ampliamente diversificadas.
Tales grupos humanos, desde más o menos nueve mil años, habían empezado
a practicar la agricultura y, en el aislamiento sedentario favorecido por la
práctica de la actividad agraria, desarrollaron una experiencia cultural rica y
variada que fue haciéndose cada vez más específica a través de la

consolidación de una serie de rasgos singulares que dan forma a las
especificidades culturales.
De allí que tengamos ante nosotros las culturas concretas de los
machiguengas, de los cocama, de los de Cajatambo; o la tradición aimara,
yaminahua, bora, etc. Para cada uno de los grupos humanos implicados
podemos enumerar rasgos particulares y fundamentales de naturaleza cultural
específica.
Aquella etapa de sedentarización que favoreció, por su aislamiento, el
surgimiento de diversidad de comunidades lingüístico-culturales, le sigue en el
territorio peruano la etapa que los arqueólogos llaman del Desarrollo Regional,
que da como resultado la aparición de importantes organizaciones estatales de
alcance regional, que implicaron:
 extinción de lenguas y culturas de grupos sociales minoritarios de
entonces,
 síntesis culturales de formaciones que se adscribían a culturas
relativamente diferentes y,
 advenimiento de idiomas con una comunidad de hablantes más grande y
territorios necesariamente más extensos.
Todo esto es posible a partir de contactos humanos, lingüísticos y culturales
intensamente homogenizadores de las diferencias preexistentes.
Hablando con el lenguaje actual, diríamos que en esta etapa de nuestra
historia ocurrió un primer proceso de globalización en el Perú , con todo lo que
ello implica. EI panorama configurado durante la época del surgimiento de los
estados regionales es, en lo lingüístico, básicamente el mismo que aquel
encontrado por los españoles a su llegada a Cajamarca en 1532. Dicha
configuración lingüístico-cultural sigue marcando la impronta de lo común y lo
heterogéneo que advertimos aun hoy en el área geográfica peruana.

Quienes se preocupan por la diversidad de tradiciones peruanas deben buscar
en esta etapa las raíces de muchos de los rasgos que caracterizan a los
distintos grupos humanos del Perú, sea como rasgos de identidades
específicas, o como rasgos que marcan comunidad de experiencia adquirida y
desarrollada en el espacio que llamamos Perú. Ha habido más procesos de
globalización en el
Perú, pues las diferentes etapas del imperio incaico, ligadas a sucesivas
lenguas diferentes, también significaron globalizaciones de distinto grado. La
invasión europea constituyó, como sabemos, una de las más recientes
globalizaciones, involucrando a nuevos mundos y culturas.
2. Enumeración de áreas culturales en el Perú
Una enumeración de conglomerados que ostentan rasgos de separación
cultural en el Perú, que son la base de comportamientos integrales que
permiten hablar de culturas diferentes, y de las posibilidades de la
interculturalidad, resulta sumamente importante y relevante para reflexionar
sobre la manera cómo en el Perú los hombres articulan sus respuestas ante los
problemas de todo orden de cosas. Entidades lingüístico-culturales, asentadas
en el territorio peruano, específicamente diferentes en tanto experiencia cultural,
y con raíces que se hunden en una profundidad temporal que abarca fácilmente
hasta los tres mil quinientos años de profundidad en el pasado,figuran como
propuesta enumerativa más adelante.
3. Extinción de lenguas y de culturas: Empobrecimiento de las
posibilidades de interculturalidad
Lenguas y culturas son realidades que se implican de manera mutua: la
extinción de una es también la extinción de la otra, de allí que es necesario
evitar que ninguna lengua ni cultura específica de cualquier área de la tierra se
vea amenazada por la extinción que convierte en nada a una experiencia
humana irrepetible e insustituible, milenaria en existencia, cuya muerte
empobrece a la humanidad tanto como la peor desgracia, pues minimiza la

posibilidad de una interculturalidad más rica, que depende de la diversidad de
sus componentes.
Algunos espacios geográficos del Perú, ahora de habla castellana, revelan
substrato de culturas prehispánicas de reciente extinción. Una de estas zonas
en la Amazonía peruana es el espacio ubicado entre los ríos Huallaga y
Marañón, entre Tingo María y Juanjuí, correspondiente al grupo cholón-hibito.
En el departamento de Lima, el área de Canta es otra zona donde una lengua
indígena ha sido reemplazada por el castellano. En el departamento de San
Martín la extinción de la lengua chacha dejó paso en un primer momento la
ocupación quechua, pero está se encuentra ahora en retirada, de modo que el
territorio chacha quedará pronto como espacio exclusivo de habla castellana.
4. Circuitos y contactos de interculturalidad
Resulta importante esclarecer las informaciones sobre circuitos de contacto en
el Amazonas, cuya vigencia se relaciona con la necesidad de hacer circular una
serie de productos económicos o recursos tecnológicos.
Un reciente trabajo de Chaumeil (1995), que trata del intercambio de plantas de
uso ritual o medicinal, es una buena evidencia de la vigencia de tales circuitos
que involucraron a poblaciones tan distantes unas de otras, algunas ubicadas
en el litoral Atlántico.
Intercambios culturales en general entre la Selva y la Sierra se dieron a todo lo
largo de estas dos regiones, especialmente a través de los valles que los
interconectan. No es explicable la riqueza de conocimientos de plantas
medicinales selváticas por los callawaya del Altiplano si no fuera porque ellos
aprovecharon su situación estratégica, que permitía sacar ventaja de los
conocimientos adquiridos por grupos de selva de las regiones del Beni y del
Chapare en Bolivia. He aquí una evidencia de la interculturalidad.
EI río Amazonas es el elemento geográfico de mayor importancia sociocultural
en la Selva. Su fácil transitabilidad permitió la extensa difusión de una lengua
general, el tupinimba, y con ella una serie de conocimientos de diversa
naturaleza y procedencia en ambas direcciones del Amazonas, llegando hasta

el Atlántico por el este. He aquí otro espacio histórico de interculturalidad
practicada por pueblos amazónicos.
Un caso interesante de interculturalidad, que evidencia factores de la cultura
como ecología positiva para la práctica de una interculturalidad compleja por el
número de culturas involucradas, es el de varios grupos Tucano de la cuenca
del río Vaupes en la Amazonía colombo-brasileña, descrito por Sorensen en
1971, a propósito de ejemplificar un caso muy especial de multilingüismo de las
personas.
5. Lenguas generales como vehículos de interculturalidad
Los idiomas quechua, aimara, mochica, tupinimba, omagua, cocama y secoya
han sido instrumentos fundamentales en el Perú para la difusión a grandes
distancias, y a pueblos muy diferentes, de logros culturales importantes. En esta
perspectiva, han sido en la práctica factores poderosos para el desarrollo de la
interculturalidad. Por ejemplo, una serie de conocimientos médicos fueron
elementos de intercambio generalizado en toda Suramérica, sobre todo
aquellos conocimientos relacionados con el uso curativo de las plantas.
Tanto a través del secoya, cocama y del tupinimbá desde tiempos
precolombinos y, durante la Colonia, a través del Quechua, se difundieron entre
los distintos pueblos del continente conocimientos de toda clase en forma muy
intensa, probablemente no imaginable ahora. Más sorprendente resulta el
callawaya, lengua de un grupo humano del altiplano, muchos de cuyos
miembros eran especializados en medicina, y cuya fama hacía que recorrieran
casi toda Suramérica con sus conocimientos y medicinas a cuesta.
6. Áreas de identidades lingüístico- culturales en el Perú (Relación simple)
En la región de la costa (de norte a sur)
•El área lingüístico-cultural del Tallán, en el extremo norte del Perú [de Sechura
hacia el Ecuador] (Martínez de Compañón-Zevallos Quiñones 1948)
•EI área lingüístico-cultural mochica, con su centro principal en lo que es hoy
Lambayeque.

• EI área lingüístico-cultural del quignam(idioma también conocido como
Pescadora, de Trujillo hasta el valle de Chancay (en Lima), o quizá incluso
hasta el Chillón, según referencias de algunas crónicas.
•EI área cultural y lingüística primaria del quechua -la cuna del protoquechua
(ubicada originariamente en la Costa Central y serranías adyacentes de Áncash
y Lima). Esta área original se modifica par la extensión geográfica que alcanzan
los grupos culturales quechua en épocas posteriores.
•EI área lingüístico-cultural primaria del aru (ubicada en la costa sur central:
Nazca-Ica y territorios inmediatos de la sierra en los que su ocupación sin
interrupción continua en Tupe y en otros pueblos de la cuenca del río del mismo
nombre).
•EI área de una hipotética lengua, que puede ser el idioma que se suele llamar
chango (al sur de Ica y hasta alcanzar Tacna y Arica). Esta área presenta una
serie de interrupciones de formaciones culturales diversas (puquina, aimara,
quechua).
•EI área lingüístico-cultural del cunza (en el extremo sur, en las zonas del litoral
y del desierto de Atacama, con influencias hasta Tacna).
En la región de la sierra
En la parte norteña de esta región, las entidades lingüístico-culturales parecen
serpor lo menos tres:
•EI culle, con su centro histórico en Huamachuco (sitio arqueológico de Marca
Huamachuco, territorio tradicional del reino de Cuismanco según el historiador
Silva Santiesteban, 1983.) EI culle debió abarcar durante los incas desde el
norte de Áncash hasta el valle del los ríos Condebamba y Crisnejas en
Cajamarca, y quizá inclusive todo el valle de Cajamarca. La lengua Culle estaba
vi- gente hasta las primeras décadas del presente siglo en algunos poblados de
Pallazca (Áncash).
•Otras dos entidades lingüístico-culturales habrían tenido vigencia en esta zona
norteña de la sierra peruana. Una, la Llamada Den y, otra, la Llamada Cat. Más

al norte cabe señalar otras entidades culturales, por ejemplo, la Palta de
Ayabaca, relacionada con el jíbaro.
•Al sur de las lenguas serranas que acabamos de señalar, se ubican hoy,
inmediatamente el área lingüístico-cultural del quechua y, mediatamente, la del
aru (esta última entidad es la antecesora del actual aimara del Altiplano.
•Hacia el extremo sur de la sierra peruana tendremos el área cultural Puquina,
vigente como entidad lingüística en pequeñas zonas hasta el siglo pasado, pero
que anteriormente tenía presencia desde las cercanías del Qosqo hasta las
inmediaciones del lago Titiqaqa, y tam- bién hacia el Pacífico por los derredores
de Moquegua.
•Más allá del territorio Puquina, en el extremo sur del Altiplano, estaba el
Uroquilla,

aún

hoy

con

representantes

en

zona

boliviana.

Por

ser

territorialmente adyacente, también debe señalarse en esta relación el área
cultural del Machaj Juyay, de ese singular pueblo de médicos herbolarios
itinerantes que hoy se suele Llamar Qallawaya.
La zona del altiplano es singularmente ilustrativa de los complejos eventos
históricos de desplazamiento de lenguas, culturas y grupos humanos (Bouysse
Cassagne, 1987).
Como se sabe, esta zona ha sido el escenario en el que se han desenvuelto
grupos humanos que han desarrollado en el lapso de dos mil años no menos de
cinco formaciones culturales específicas, correlacionadas con igual número de
lenguas respectivas. Varios de los grupos humanos creadores de culturas
específicas en esta área han cambiado su cultura originaria para tomar la de
otros, haciendo que el mapa cultural actual de esta zona sea particularmente
complejo por la variedad de rasgos, muchos de los cuales hunden sus huellas
en las matrices culturales que son sus antecedentes en el tiempo.
En la región de la Amazonía
Una propuesta de áreas lingüístico-culturales para la región amazónica, válida
hasta para una profundidad temporal de tres a cinco mil años, podría ser

coincidente con la distribución actual de las lenguas en esta región, sobre todo
si la consideramos en términos de grandes familias o troncos lingüísticos. En
ese sentido, dieciséis o dieciocho familias de lenguas existentes actualmente
parecen ser las mismas de hace tres o cinco milenios; sin embargo, sus
territorios tienen que haber sufrido a veces serias modificaciones a lo largo de la
historia, sobre todo desde cuando en la Sierra se constituyen sociedades con
un alto grado de urbanización y con correlatos organizativos del tipo de estados
o imperios.
Por ejemplo, es indudable que las lenguas selváticas vecinas de las serranas
estuvieron antes mucho más cerca territorialmente a éstas, habiendo evidencias
que sólo en épocas recientes se han replegado más hacia la Amazonía,
abandonando para los de la sierra amplias zonas que antes poseían.
A continuación, para dar una idea de la riqueza lingüística y cultural de la Selva,
y de las posibilidades de INTERCULTURALIDAD en esta región, presentamos
un listado simple de las familias lingüísticas y de las lenguas respectivas (PozziEscot, 1998). Una familia lingüística es casi siempre un grupo de lenguas que
descienden de un idioma antecesor común. A veces una familia lingüística
consta de una sola lengua.
En el contexto de lo señalado, la primera conclusión es reconocer que el Perú
es un espacio de rica experiencia intercultural des- de hace miles de años. En
un espacio como este, la interculturalidad es una práctica constante, potenciada
por la diversidad cultural que pone en juego especificidades culturales que
hacen de la interculturalidad una experiencia compleja y rica.
La constatación precedente nos lleva a una serie de conclusiones subsidiarias,
de entre las que señalaré sólo cuatro por ser ahora pertinentes:
1.La experiencia de interculturalidad en el Perú es una constante de nuestra
historia.
2.Con cada lengua peruana tenemos especificidades culturales que hacen de la
interculturalidad una posibilidad multiforme.

3.La cultura está sujeta a los avatares de las sociedades que la sustentan, y las
experiencias de interculturalidad son variables, en unos casos enriquecedora,
en otros simplemente negativas.
4.Varios grupos étnicos y sus culturas están en peligro de extinción, por lo que
sus valiosos conocimientos, acumulados en miles de años, también están por
desaparecer irremediablemente. Esta eventualidad es una amenaza a las
posibilidades de disfrute de una rica experiencia intercultural en el Perú.
Realidad plurilingüe
El nuestro es un país lingüísticamente fragmentado en el que se hablan
numerosas lenguas que integran por lo menos catorce grupos idiomáticos.
Once de ellos se localizan en la floresta amazónica, formando lo que se
comprende como grupos lingüísticos de la Selva. De los tres restantes, los
grupos quechua y aru se distribuyen a lo largo de los Andes, encontrándose
también al primero en la hoya del Amazonas; y, finalmente, el tercero, formado
únicamente por el castellano y sus variedades regionales, se extiende a lo largo
de la costa y de las otras dos regiones, principalmente, por lo que se refiere a
estas dos últimas, en torno a los núcleos urbanos.
Por lo que respecta a las dos familias lingüísticas andinas propiamente dichas,
la quechua y la aru, su distribución territorial es como sigue. El quechua es
hablado en veintiuno de los veinticuatro departamentos en que se divide el país.
En efecto, de éstos quedan excluidos dos departamentos del extremo norte
(Tumbes y Piura) y uno del extremo sur (Tacna). Como es sabido, sin embargo,
la distribución del quechua en el resto de los departamentos no es pareja, pues
al lado del continuum que cubre, en dirección sur, los de Áncash hasta Puno, se
divisan áreas discontinuas en Lambayeque (provincia de Ferreñafe ),
Cajamarca (provincias de Cajamarca y Bambamarca), Amazonas (provincia de
Chachapoyas), San Martín (provincias de Sisa y Lamas), Loreto (a lo largo de
los ríos Napo, Pastaza y Tigre), Ucayali y Madre de Dios (en la región del
Tahuamanu). Por lo que toca al aru, de menor distribución geo- gráfica, se lo

encuentra en Lima (en el distrito yauyino de Tupe), Puno (en las provincias de
Huancané, Chucuito y en algunos distritos de Puno y Sandia), Moquegua (en
las provincias de Mariscal Nieto y Sánchez Cerro) y Tacna (en la provincia de
Tarata). En relación con la población quechuahablante, ella se calcula,
incluyendo a los bilingües, en unos 4 millones; los aruhablantes, por su parte,
suman algo de 350 mil. Tanto el quechua como el aru constituyen familias lingüísticas que comprenden diversas lenguas y dialectos.
Así, la familia quechua está integrada por dos grandes subgrupos, a saber: el
quechua central (comprendido entre los departamen- tos de Áncash, Huánuco,
Pasco, Junín y Lima) y el norteño-sureño (desglosable en el norteño: Ferreñafe,
Cajamarca, Amazonas y los departamentos del Oriente; y el sureño: del
departamento de Huancavelica al sur). Al in- terior de tales subgrupos, cuya
distribución territorial proporcionada es sólo aproximada, se ordenan otras
tantas subvariedades que, al par que complican el panorama en su con- junto,
proyectan zonas de transición entre una rama y otra. En tan complejo mosaico
dialectal, la inteligibilidad, cuasi nula entre las variedades más alejadas de cada
rama (por ejemplo, entre el ancashino y el cuzqueño), puede tornarse recíproca
a medida que se reduzcan las "distancias" tanto estructurales como geográficas
(como la que se da en la provincia limeña de Yauyos, por ejemplo). Dicha
realidad pone de manifiesto hasta qué punto las nociones de lengua y dialecto
resul- tan demasiado vagas, pues si bien encontramos al interior del quechua
configuraciones marcadamente distintas (como las que se dan, por ejemplo,
entre el francés-castellano, en un caso extremo, y el castellano-portugués, en el
otro), suficientes como para considerárselas en términos estructurales como
lenguas diferentes, la relativa carencia de autonomía de las mismas (en vista
del continuum mencionado) determina el que sean vistas a modo de
variaciones, demostrando una vez más que la noción tradicional de lengua
obedece más bien a criterios socioculturales y políticos que estrictamente
lingüísticos.

LA SITUACIÓN ACTUAL
Como resultado de los mecanismos de dominación colonial y republicana, la
sociedad andina y las comunidades selváticas fueron desestructurándose y
destribalizándose, respectivamente. El linguicidio corrió parejo con la política
etnocida y genocida de los grupos gobernantes. Muchas lenguas sucumbieron
no sólo por la asimilación de sus hablantes a otros idiomas, en especial el
castellano, sino también, sobre todo en el caso de las comunidades idiomáticas
de la selva por la reducción considerable de sus poblaciones respectivas,
cuando no por el aniquilamiento total de las mismas. Como es de esperarse, el
impacto de la castellanización no es el mismo en el área andina que en la
floresta amazónica, por razones que responden a su distinta configuración
socio-económica e histórica en relación con la sociedad englobante. En lo que
sigue

se

harán

algunas

apreciaciones

referidas

al

contexto

andino,

particularmente en lo tocante a las lenguas quechua y aimara.
La situación actual del quechua y del aimara, en mayor medida en el primer
caso, es la de ser lenguas venidas a menos, en franco retroceso en relación
con la castellana. En muchos casos, sobre todo allí donde el impacto de aquella
es mayor, se trata de lenguas menospreciadas incluso por sus propios
hablantes. En una sociedad diglósica, en la que las bases de la interacción
idiomática oficial se establecieron a través de la lengua castellana, los propios
quechua-aimara hablantes parecen haber internalizado el proyecto de
asimilación de las clases dominantes. Como resultado de ello, se viene
generalizando un bilingüismo de tipo sustractivo que, a la par que incrementa el
número de hablantes de castellano (no importa qué tipo de castellano),
disminuye la proporción de los hablantes de lenguas andinas. Tal es e1 hecho
concreto que se infiere del resultado de los últimos censos, que, si bien
muestran un aumento de la población quechua-aimara hablante en cifras

absolutas, su número porcentual decrece a favor del incremento notorio de
bilingües quechua-aimara-castellano. De este modo, el bilingüismo no afianza al
quechua ni al aimara sino que les resta vigencia: consecuencia natural del
enfrentamiento de lenguas y sociedades desigualmente pertrechadas.
Sin embargo, lo dicho en relación con la proyección global del bilingüismo a
favor del castellano no debe esconder una realidad no menos patente que si
bien la lengua dominante supera en número de hablantes a Ia vernácula, hay
zonas, particularmente las que conforman la llamada "mancha india", en donde
la población de lengua andina sobrepasa al segmento de habla castellana.
Tampoco debe escapar de nuestra atención el carácter relativo y siempre
distorsionado de las cifras censales, pues, desde tiempos de la colonia,
sabemos que los nuestros han sido "censos insensatos". En términos
actitudinales, asimismo, si bien la hegemonización del castellano como lengua
de prestigio es un hecho, ello no descarta el que subsistan aún mecanismos de
adhesión y lealtad, sobre todo intraétnica, ha- cia la lengua ancestral, a
despecho de las corrientes devaluadoras del oficialismo secu- lar. Es este
reservorio de lealtades y orgullos el que garantiza una toma de conciencia
idiomática más efectiva (que induzca no ya a pensar en la lengua únicamente,
sino a pen- sar sobre ella), que neutralice la corriente hegemonizadora del
castellano, de manera que sin excluir esta lengua mantenga vivo el repertorio
idiomático de las poblaciones andinas. Como efecto del carácter diglósico de la
sociedad, en la que las lenguas ancestrales aparecen confinadas a su
funcionamiento meramente doméstico y local, el quechua y el aimara, en tanto
sistemas lingüísticos, han devenido en idiomas empobrecidos. No otro resultado
debía esperarse de lenguas que, relegadas al mundo del campo y al ámbito
estrecho de la comunicación intracomunitaria, fueran perdiendo jurisdicción en
los dominios del contexto urbano y en las esferas del inte- lecto. Si ello ocurre
con una lengua de tradición escrita milenaria como la castellana, en el suroeste
norteamericano, ciertamente habría sido un milagro que no sucediera otro tanto
en el mundo andino. De donde resulta que si el estado actual de dichas lenguas

es el de un sistema atrofiado, incapaz de responder adecuada y eficazmente a
las demandas de una sociedad contemporánea, ello se debe exclusivamente a
la ausencia de un poder real que las sustente. La sujeción de sus hablantes a la
cultura dominante, codificada exclusivamente a través del castellano, es la
causa fundamental de su pauperización gradual y sueventual bancarrota
idiomática.
Tal retraimiento empobrecedor no responde, como podría pensarse, a su falta
de mecanismos de adaptación lingüística dentro del contexto nacional: de
hecho, el quechua como el aimara siguen siendo lenguas vigentes y tal vez han
enriquecido sus estructuras a costa del castellano. Dicha vigencia, sin embargo,
tiene un rol subordinado y cada vez más restringido al contexto localista y rural:
su carácter marginal es la condición misma de su eventual extinción, pues, a
medida que penetre la cultura dominante hacia las zonas de refugio, el rol
secundario de la lengua ancestral desaparecerá en favor de la entronización
definitiva del castellano. Cabe señalar que este proceso de evaluación
lingüística se ha visto favorecido grandemente por la ausencia de un sistema
escrito de las lenguas ancestrales. No es que la existencia de una tradición
ortográfica garantice de por sí la supervivencia de una lengua; sin embargo, es
cierto que un sistema eminentemente oral está en situación de desventaja
frente a otro de tradición escrita. El hecho de que una lengua como la quechua
no goce de una vasta tradición escrituraria, en el sentido más alto de la
expresión, ha sido utilizado como un argumento más para denigrarlo. Tanto que
existe el estereotipo de que
el quechua -o el aimara- no son lenguas paraser escritas, fuera del ámbito de la
producción lírica incipiente o de la literatura étnica. En el contexto de las
sociedades contempo- ráneas, en las que la cultura escrita constituye el
ambiente mismo que se respira, no parece haber espacio efectivamente para
las lenguas que reposan en la pura oralidad. Pero aquí también debe señalarse
que el hecho de que las lenguas ancestrales no hayan desarrollado una
tradición literaria continua se debe

no a que las lenguas en sí no estén capacitadas como parece tenerla, sino más
bien al hecho de haber sido desplazadas a esferas marginales de uso para las
que no hace falta el texto escrito. No es una sorpresa, por ello, el que las
lenguas dominadas se caractericen por no poseer ni siquiera un sistema escrito
unificado. La falta de unidad ortográfica perenniza su condición de lengua de
segunda categoría y aviva sus tendencias centrífugas acentuando su
deshilachamiento dialectal. Afortunadamente, los esfuerzos tendientes hacia la
uniformización de la escritura quechua
y aimara, como resultado de una de las medidas implementadoras del decreto
de oficialización del quechua del gobierno primafásico, han venido cuajando en
un uso cada vez más generalizado, tal como puede verse en la producción de
materiales didácticos, textos de lectura, y en la recopilación de la literatura
étnica. Persisten, sin embargo, viejas tendencias disruptivas alentadas por
regionalismos estrechos así como por agentes foráneos (como el ILV) que se
empeñan en exacerbar diferencias superficiales allí donde existen áreas de
continuidad y unidad supralocales.

Perspectivas
Las perspectivas que se ciernen sobre el futuro de las lenguas andinas son, de
no mediar cambios profundos en la estructura socioeconómica y política del
país, ciertamente sombrías. Ya se dijo cómo la unidireccionalidad en la
mudanza idiomática favorece al castellano, a través de un bilingüismo que a la
larga debilita y anula la competencia lingüística en la Iengua ancestral. En este
sentido, las proyecciones hechas sobre el uso idiomático en la vecina república
de Bolivia, sobre la base de los resultados arrojados por el censo de 1976, son
ilustrativas. De no producirse cambios estructurales en la sociedad boliviana de
hoy que, un poco simplistamente, puede ser equiparada en términos
sociolingüísticos a la zona de la "mancha india" peruana-, hacia el año 2040 (es
decir, dentro de unos treinta y tres años) todos los niños de 10 años en adelante

sabrían castellano, aunque de manera incipiente; y alrededor de la segunda
centuria del año dos mil se habría producido la extinción total de las lenguas ancestrales (cf. Albó, 1980). Tales proyecciones, que
pueden ser
muy bien esgrimidas como argumentos contundentes en cara a los proyectos
de reivindicación idiomática, deben constituir un toque de alarma para quienes
se hallan empeñados en subvertir el ordenamiento diglósico de la sociedad
global. Frente a tal panorama, se impone, entre quienes manejan tales lenguas
o las sienten como suyas, una tarea urgente de defensa idiomática. Dicha labor debe traducirse, entre otras actividades, en la
elaboración de la lengua ancestral. Elaborar una Iengua siginifica no solamente
codificarla para preservarla, sino, más fundamentalmente, para prepararla a fin
de que responda eficazmente a las exigencias que la sociedad contemporánea
le plantee. Significa actualizarla, para que saliendo de sus zonas de refugio
pueda ser empleada en otros contextos que no sean sólo el campo y la
intimidad del hogar. Tarea que no es fácil, pero que tampoco resulta imposible.
Relegada a cumplir funciones básicamente locales y afectivas, la lengua debe
entonces asumir también funciones de naturaleza intelectiva a cabalidad: debe
equipársela a fin de que puedan vertirse en ella los contenidos de la ciencia y la
tecnología contemporáneas. Dicha empresa supone el desarrollo de una
literatura -o, mejor, escritura- quechua y
aimara. La práctica escrituraria creará los mecanismos propios para el
enriquecimiento y la ampliación de su repertorio léxico al mismo tiempo que le
permitirá alcanzar una mayor precisión y soltura en su nivel sintáctico y
estilístico. En este sentido, debe recordarse que, por lo menos en lo que toca al
quechua, existe un extraordinario precedente que sólo necesita ser retornado:
nos referimos a la labor de los quechuistas de la Colonia. Los escritores
quechuas de entonces desplegaron un esfuerzo que asombra, pues
demostraron ampliamente que la lengua, al menos formalmente no tenía nada
que envidiar al castellano de entonces. Al margen de la utilización de

Ia lengua con fines que hoy calificaríamos de etnocidas la catequización, queda
el esfuerzo de elaboración idiomática como un ejemplo que debe ser la fuente
de inspiración para todo intento futuro de normalización. La elaboración
idiomática deberá hacerse a través del establecimiento de centros que asuman
la tarea de planificación del uso lingüístico. Llámense academias, centros
culturales o asociaciones de escritores, la experiencia demuestra que tales
instituciones son necesarias para uniformar criterios y normalizar la lengua.
Demás está señalar que allí donde existen instituciones que dicen velar por una
lengua, pero en cuyo seno ni siquiera se la emplea como medio en las
deliberaciones rutinarias, estamos obviamente frente a organismos que lejos de
cumplir con sus cometidos básicos no hacen sino contribuir a perennizar el
discrimen idiomático: nada puede esperarse de las academias que empiezan
por desterrar el uso de la lengua dentro de sus propias instituciones. Tal ha
sido, sin embargo, la conocida práctica de la academia cuzqueña de la lengua:
sus miembros, que más parecieran preciarse de hablar un castellano "castizo"
(con zeta), no hacen sino consolidar la condición interdicta de la lengua
ancestral.

EL PERÚ: SUMA DE IDENTIDADES DIVERSAS
La peruanidad es concepto rico y múltiple, que abarca todos los milenios y
todos los colores, desde los rojiblancos de la actual enseña patria hasta los del
arco iris del emblema de los Incas, así como la diversa cromática de nuestras
pieles y ojos. Somos "todas las sangres", según la feliz frase de
José María Arguedas. Todas las culturas: un pequeño planeta. En suma, la
peruanidad es real y tangible. La identidad es un propósito.
¿CUÁNDO NACIERON LAS NACIONES?
Los historiadores discuten el momento en que nacieron las naciones: en todo
caso parece haber sido al fenecer la Edad Media o feudalismo, en perspectiva
europea.

El Perú es caso complejo por la heterogeneidad de sus componentes; por ello
es que algunos autores señalan que el Perú es un
Estado y un país, mas no una nación. Ésta, sin embargo, puede hallarse en
proceso de formación, por la mezcla de sus elementos integrantes. Algo similar
sucede en varias partes de América, donde se enfrentan una vigorosa herencia
indígena con raigambre prehispánica y una capa social, étnica y cultural que
primordialmente deriva de la ocupación española de tres siglos. Estas tierras
americanas son Guatemala, Nicaragua, El Salvador y en cierta medida Méjico.
En los Andes, Perú, Ecuador y Bolivia.
¿CUÁNDO NACE EL PERÚ?
Muchas naciones siguen todavía dialogando en torno a la época precisa en que
surgieron a la historia. En el Perú también se ha promovido debates absurdos
inspirados por un hispanismo ñoño (que nada tiene que ver con la España
verdadera del Cid o de Goya).
No hace tantos años, Pareja y Paz Soldán sostenía que los peruanos
éramos "españoles que habíamos perdido el boleto de retomo a España". Este
afán de borrar la memoria india puede verse desde un inicio y por ello Francisco
Pizarro tuvo la desfachatez -es la palabra correcta- de "fundar el Cuzco" un 23
de marzo de 1534; y aunque Manco Inca le enmendaría la plana poco después,
el hecho está allí, como en la Plaza de Armas de Lima, capital del Perú, donde
hasta hace poco se erguía la estatua, no al fundador de Lima española sino al
conquistador del Incario, pues se presenta a caballo y espada en mano (así no
se fundan ciudades); y decimos "de la Lima Española" porque hubo otra, antes,
la Lima yunga, hermosa y polícroma que aquél arrasó para dar sitio a sus
compañeros de empresa. Esa Lima yunga de la cual nadie quiere acordarse en
país tan alienado como el nuestro.
En tema tan conflictivo como el nacimiento del Perú, bueno es oír a Jorge
Basadre: "Creemos casi siempre que historia del Perú quiere decir "historia de

los hechos ocurridos en relación con el Estado llamado Perú". Limitación de
concepto, a la vez que vaguedad en la perspectiva del tiempo. Su origen
hállase en el tradicional encajonamiento de la historia dentro de los sucesos, los
individuos y las instituciones. La historia de las ideas y de los sentimientos
puede brindar, sin embargo, sugerencias y virtualidades innumerables.
La peruanidad
Podemos considerar que la unidad de un país se basa en la diversidad de
puntos en común que pueden tener sus habitantes.
Cuanto mayor sea el número, habrá una cohesión más firme, con una mejor
manera de relacionarse entre sí. Estos factores comunes están íntimamente
ligados con los valores éticos, morales, culturales, étnicos, sociales, históricos y
religiosos que comparte una población y generan su nacionalidad. La gran
diversidad del Perú, en todos estos campos, hace aparentemente difícil
articularlos para establecer lo que nos identifique como una sola nación. Sin
embargo, los miles de años de historia que han escrito o transmitido
verbalmente los peruanos nos permiten tejer ese hilo conductor al que
llamamos peruanidad.
Este concepto está básicamente representado por un conjunto de símbolos
cuya lista nunca va a ser completa ni oficial. Es apenas una selección -y, como
tal, arbitraria- de algunas de las principales imágenes ligadas con el trabajo, la
naturaleza, la historia, las costumbres y las creencias de los peruanos. A estas
representaciones concretas se suman aquellas intangibles, las que están dentro
del imaginario popular. Éstas nos permiten lograr una mejor identificación con
las raíces más profundas de nuestra idiosincracia. Además permiten que
tengamos una voz propia y singular, una personalidad social, que nos distingue
de los demás habitantes del planeta.
Sin embargo, los símbolos -salvo los formales, como nuestros himno y banderano se escogen de antemano, sino que deben cuajar y ser funcionales en un
espectro bastante amplio de la sociedad. ¿Qué hace que de tantos platos sea el

cebiche el más distintivo de peruanidad? ¿Y por qué de las múltiples danzas el
huayno y la marinera se asocian más con nuestra identidad? Un país sin
pasado, o que no rescate su pasado, es un país sin futuro, pues no tiene dónde
reflejarse. Y el Perú, a pesar de los numerosos problemas que sufre y ha
sufrido, tiene todavía una memoria sólida. Ni la conquista ha hecho olvidar a
Pachacútec, ni la independencia a la tapada limeña. Ahora, la manera como
nosotros nos vemos no es necesariamente la manera como nos ven en el
exterior. Y eso también forma parte de nuestro mosaico simbólico, aunque no
sean conceptos que manejemos cotidianamente. Por ejemplo, la expresión
internacionalmente difundida "Vale un Perú" alude a toda una mitología creada
en torno al oro -imaginario y real- de los Incas.
Este tipo de afirmaciones apelan a un pasado grandioso, pero no reflejan que el
Perú siga buscando internamente más elementos que cohesionen su identidad,
su peruanidad. El surgimiento de nuevos símbolos que representen los valores
comunes de nuestros pueblos, conscientes de una realidad pluricultural, nos
permitirá avanzar juntos hacia un futuro común.
La diversidad cultural
Pocos países como el Perú pueden exhibir el variado resultado cultural de un
constante mestizaje gracias a la adaptación de numerosas razas, lenguas y
culturas provenientes de las geografías más diversas de la Tierra, ya que por
múltiples razones nuestro país ha recibido, durante su historia, a tres principales
grupos de migrantes provenientes de África, China y Japón, que han aportado
lo suyo a la peruanidad. Los idiomas oficiales son el castellano (que domina el
75% de la población) y el quechua, considerándose también el idioma aymara,
de uso muy difundido en el sur del Altiplano. Además, se debe tener muy en
cuenta las más de 55 lenguas amazónicas con las que se comunican igual
número de tribus. La lengua es la más clara representación de nuestro mosaico
cultural.

El Perú es el país de "todas las sangres", aunque la presencia indígena es muy
fuerte. Y no sólo en la zona andina, sino también en la Amazonía, con
numerosas familias étnicas con un perfil propio (asháninkas, aguarunas,
machiguengas y otras). Cada grupo étnico incluyendo a los negros, blancos y
mestizos tiene sus propios mitos y una particular cosmovisión. Pero no todo es
estático; hay un proceso de cambio cultural que afecta a las poblaciones
indígenas expuestas a la influencia de la urbe y los valores occidentales.
Es un nuevo mestizaje, que genera su propia dinámica y sus propios códigos,
los que mantienen en constante modificación a nuestra sociedad.

EL PERU ES UN PAIS MULTICULTURAL

La cultura peruana, es la cultura creada a partir de costumbres, prácticas,
códigos,

normas,

formas

de

vida

y

tradiciones

existentes

en

la

sociedad peruana

GASTRONOMÍA DEL PERÚ

La gastronomía del Perú es de las más diversas del mundo, como lo
demuestra el hecho que es el país con mayor número de platos típicos en el
mundo, sumando éstos 491 y según varios entendidos alcanza un nivel
equivalente al de la comida francesa, china e india.
La cocina peruana resulta de la fusión inicial de la tradición culinaria del antiguo
Perú —con sus propias técnicas y potajes— con la cocina española en su

variante más fuertemente influenciada por 762 años de presencia morisca en
la Península Ibérica y con importante aporte de las costumbres culinarias
traídas de la costa atlántica del África subsahariana por los esclavos.
Posteriormente, este mestizaje se vio influenciado por los usos y costumbres
culinarios de los chefs franceses que huyeron de la revolución en su país para
radicarse, en buen número, en la capital del virreinato del Perú. Igualmente
trascendental fue la influencia de las inmigraciones del siglo XIX, que
incluyó chinos cantoneses, japoneses e italianos,

entre

otros

orígenes

principalmente europeos.
Como particularidad exclusiva de la gastronomía del Perú, existen comidas y
sabores de cuatro continentes en un solo país y, esto, desde la segunda mitad
del siglo XIX.
Las artes culinarias peruanas están en constante evolución y esto, sumado a la
variedad de platos tradicionales, hace imposible establecer una lista completa
de sus platos representativos.
Cabe mencionar que a lo largo de la costa peruana existen más de dos mil
quinientos diferentes tipos registrados de sopas, asimismo existen más de 250
postres tradicionales.
La gran variedad de la gastronomía peruana se sustenta en tres fuentes:
 La particularidad de la geografía del Perú;
 La mezcla de culturas; y
 La adaptación de culturas milenarias a la cocina moderna.

ARTE PERUANO

El arte andino prehispánico se manifestó principalmente en la creación de
objetos

en Cerámica,

técnicas

como

la

Litoescultura,

la Metalurgia y

la Texilería así como en la Pintura, la Escultura y la arquitectura.

LITOESCULTURA
La litoescultura (o escultura en piedra), tuvo presencia en las manifestaciones
culturales y artísticas en las Chavín de Huántar, ubicado en el Callejón de
Conchucos (Huari, Ancash).
Este templo fue el primer centro de devoción a nivel panandino, sostenido por
un Estado eminentemente teocrático.
Por tal motivo, la presencia de la imaginería religiosa fue vital en su
organización. El templo tiene dos fases: Templo Nuevo y Templo Viejo.

TEXTILES
Los textiles precolombinos fueron elaborados con técnicas muy creativas y
sofisticadas, tanto por la finura de sus hilos, sus colores, la trama y urdimbre de
sus tejidos, como por los motivos en ellos representados.
En su mayoría, estos textiles recrean el mundo natural prehispánico y sobre
todo su universo mental, y nos aproximan a sus riquezas naturales e ideológicoculturales, así como al uso que le dieron las sociedades que lo crearon.

MUSICA EN EL PERÙ

Antes del Virreinato del Perú, gran parte del territorio peruano constituyó el
Tahuantinsuyo Incaico que unió varias de las culturas más antiguas
como: Chavin, Paracas, Moche, Chimú, Nazca y otras 20 menores; los antiguos
pobladores de la cultura Nazca, fueron los músicos precolombinos más
importantes del continente, empleando cierto cromatismo en sus antaras de
cerámica, a diferencia de las 5 notas de melodías incaicas.
Luego del Virreinato, cientos de años de mestizaje cultural han creado un
amplio paisaje musical a lo largo del Perú. Instrumentos típicos usados son, por
ejemplo, la quena y la antara o zampoña, el cajón afroperuano y la tradicional
guitarra, que en el Perú tiene además una variante de menor tamaño, conocida
como "charango" y la mandolina.
Existen miles de danzas de origen prehispánico y mestizo. La sierra centro,
norte y sur de los Andes es famoso por conservar los ritmos tradicionales
del huayno y el pasacalle. Estas representan las diferentes culturas habidas en
la sierra de este país y aquellas vigentes actualmente.
EJEMPLOS DE MÚSICA PERUANA
 El pucacuro Canción tradicional de la selva, interpretado por Flor del
Oriente.
 El gorrioncito, chuscada (huayno ancashino). Interpretado por el
Conjunto Ancashino Atusparia.
 El cóndor pasa de Daniel Alomía Robles Fantasía Inca, interpretado por
el grupo musical "Sentimiento Perú".
 Qhantati ururi, huayno con aires de sicuri (huayno puneño). Interpretado
por los Chiriwanos de Huancané.

 El Veneno Marinera norteña del compositor Luis Abelardo Nuñez, de
Ferreñafe.
 Falsía, muliza con fuga de huayno de Huancayo. Interpretado por el duo
Huancayo.
 El forastero Triste con fuga de tondero. Interpretado por Cecilia Barraza.
 Embrujo Vals interpretado por Los Troveros Criollos.
 Madre querida Yaraví, interpretado por el Conjunto Ancashino Atusparia
 Cantares a mi tierra, zampoñada de la zona aymara de Tacna,
interpretada por el conjunto de zampoñas 24 de Julio de Camilaca.

FAUNA EN EL PERÙ
FAUNA MARINA
Proviene de tres centros de origen: de la cálida corriente ecuatorial, de la
fría corriente chileno-peruana, y de los frecuentes aportes provenientes de la
lejana Antártida.
TROPICAL
Es

una

corriente

cálida

marina

conocida

como corriente

ecuatorial o

también corriente del Niño.
Predominan en la eco región del mar tropical con una temperatura promedio de
alrededor de 24 °C, frente a las regiones de Tumbes y el norte de la Piura.
Esta corriente cálida ejerce su poderío durante los meses de primavera (octubre
a diciembre) y verano (enero a abril) en donde se le observa influir más al sur

hasta de la latitud 6º 00´ 00" hasta chocar con la Corriente Fría de Humboldt en
la provincia de Sechura.
Esta cálida corriente marina, de temperaturas que fluctúan de día a noche entre
26 y 22 °C se extiene desde la región de Sechura en el Océano Pacífico hasta
la región de Baja California en México.
Entre sus componentes más representativos se hallan la serpiente marina
(plarmis platurus); diversas aves típicas, como la fragata y el piquero; cinco
especies de tortugas marinas y más de cien de peces, como el tiburón,
el merlín y el pez pinga.
También en estas costas se puede encontrar la mayor variedad de moluscos
del Perú, sobre todo muchas especies degasterópodos y bivalvos.
CORRIENTE DE HUMBOLDT

LOBOS DE MAR EN LAS ISLAS BALLESTAS.
Esta corriente fría de origen antártico tiene temperaturas que oscilan entre los
19 y 14 C°. Predomina su presencia desde el departamento de Tacna y sigue su
rumbo hasta la provincia de Sechura, 6º 00´ 00" de latitud sur de la línea
ecuatorial, donde desvía hacia las Islas Galápagos durante los meses de
verano y primavera.
En esta corriente, que promedia una temperatura de 17 °C, se encuentran
cientos

de

especies

endémicas,

destacando

por

su

producción

de corvinas, lenguados, anchoveta, bonito y la pota o calamar gigante, de las
cuales se produce la harina de pescado y la harina de calamar para consumo
humano; además de numerosos crustáceos y moluscos ; entre otras seiscientas
especies.

Además, aves que tienen una importancia económica por el guano que
depositan en el litoral peruano, habiendo dado lugar a depósitos de guano que
son utilizados como abono en la agricultura.
CORRIENTE ANTÁRTICA
En

pequeña

proporción

aporta pingüinos, lobos

de

mar, cachalotes, ballenas y delfines.

FAUNA TERRESTRE
Andino-patagónico
Como rasgo general, están adaptados a la escasez de recursos, debido al
impacto climático de la particular morfología andina. la costa es pobre en
especies y se encuentran especies como el perro sin pelo, existe en esta zona
desde hace miles de años, como el cuy, el venado, el zorrillo, la iguana,
la tortuga gigante y otros.
Los 53 ríos que bañan la costa tienen diferentes variedades de peces y en
algunos se explota el camarón

En

la

sierra,

por

otro

lado,

son

representativos

los

auquénidos

(alpaca, guanaco, llama y vicuña), tan importantes en la economía de las
comunidades

andinas;

existen chinchillas, vizcachas y

y

aves
desde

como
la

el cóndor.

última

década

También
del

siglo

XX, avestruces que se importaron para su reproducción a escala cada vez
mayor debido a su buena aclimatación cerca de Arequipa.
Los lagos y ríos de esta zona tienen su propia fauna que es diversa. Se
compone de aves como las gaviotas, parihuanas, patillos y zambullidoras y una
gran variedad de peces autóctonos.

Amazónico
Originadas en la llanura central de Sudamérica, se caracterizan por tener una
gran adaptabilidad a las zonas húmedas.
Habitan la selva y las zonas contiguas al mar tropical. Son representativos
el jaguar, grandes serpientes, caimanes, jabalíes, etc.
Millones

de

insectos

conocidos

y

desconocidos

y aves como guacamayos, loros, y miles más entre conocidas y por clasificar.
El río Amazonas, tiene especies de toda naturaleza aún por clasificar. Además
de peces en los ríos existen caimanes y tortugas, pero su pesca está prohibida
en definitiva.

Chaqueño
El centro de evolución del Chaco es responsable del origen de una pequeña
proporción de la fauna peruana, la que habita la sabana de palmeras, que cubre
una pequeña extensión de la región Madre de Dios.
Aquí se encuentran animales como el lobo de crin, el ciervo de los pantanos y
17 especies de aves.
La selva tiene

una fauna diversificada,

destacando

la

presencia

del jaguar, puma, grandes serpientes, cocodrilos, jabalíes, papagayos, loros y
general una inmensa cantidad de aves.

AVES
De acuerdo a estudios realizados por Clements & Shany, en este país habitan
más de 1.810 especies de aves distintas, con lo que el Perú podría ser
considerado el país que más aves tiene en el mundo.

FLORA EN EL PERÚ
La flora en Perú es muy diversa debido a las diferentes condiciones físicas y
climáticas del territorio, tales son: la Cordillera de los Andes, las corrientes
marinas y el anticiclón.
COSTA
En la costa (lasctm de Atiquipa en Arequipa, las lomas de Pachacámac y
Lachay cerca de Lima) se registra la presencia de vegetaciones estacionales
que se limitan a los meses de presencia de lluvias.
Otras

áreas

de

vegetación

las

constituye

la

asociación

entre zapote y algarrobo (Piura y Tumbes - costa norte).
En la costa norte se registran precipitaciones a principios de año con una mayor
intensidad solar. Estas condiciones han definido grandes tipos de vegetación,
como los manglares, chaparrales, ceibales, algarrobales y zapotales.
Todos estos conjuntos alcanzan la fase arbórea debido a las estrategias que
desarrollan para acceder al agua.
Así el mangle se desarrolla en los estuarios en contacto con las aguas de mar,
mientras que los algarrobos desarrollan raíces profundas que alcanzan la capa
freática varios metros por debajo del suelo.
Selva
La vegetación de la selva está representada por los bosques tropicales, donde
alternan innumerables especies de árboles de madera de diversa calidad o de
resinas útiles así como de palmeras y plantas Orquídea. Algunas de las plantas
presentes en la selva:

 Acacallis
 Cattleya
 Caoba
 Cedro
 Caucho
 Cinchona (el árbol de la quina)
 Dracula (género de orquídeas)
 Epidendrum
 Tornillo (planta)
 Ishpingo
 Orquídeas
 Swietenia mahagoni
 Smilax regelii
 Lycaste
 Oncidium
 Uña de Gato

"PERÚ, PAÍS MULTICULTURAL"

Luego de muchos años, la mayor parte de nuestro pueblo ha empezado a
comprender que la cultura peruana se ha constituido gracias a los aportes de
las culturas de pueblos andinos, aymaras, costeños, amazónicos, inmigrantes
europeos, africanos y asiáticos a través de los años.
Sin embargo, este entendimiento aún no se ha transformado en la aceptación
de esta realidad por la mayoría de los peruanos.

Nuestro carácter multicultural hace de nuestro país un lugar atractivo para los
miles de turistas que año tras año visitan nuestro territorio y pueden descubrir
con asombro nuestro patrimonio cultural tan diverso. La gastronomía peruana
es una de las mejores del mundo y contiene elementos andinos, orientales,
amazónicos, o de nuestra costa. Las danzas y/o bailes andinos, costeños y
amazónicos son deleite tanto de nuestros pobladores como de cualquier turista
que tenga la oportunidad de apreciarlos.

Lamentablemente, muchos de nuestros sectores sociales muestran cierto
recelo por las características que los diferencian unos de otros.
Por ejemplo podríamos señalar que un peruano de rasgos andinos no se
identifica plenamente con alguno de rasgo oriental; o comunidades aymaras
con las comunidades afro peruano; o peruanos de procedencia europea con
peruanos pertenecientes a las comunidades amazónicas. Un rasgo visible de
esta deficiencia es mostrado por la mayoría de agencias de publicidad en el
país, que en la mayor parte de anuncios en periódicos, revistas, magazines,
catálogos, spots televisivos, presenta a un peruano promedio con rasgos
nórdicos (blancos, ojos azules, cabello rubio); lo cual no es representativo con
nuestra realidad. Además, tenemos comportamientos racistas al manifestar
despectivamente los términos "cholo" o "negro" contra un sector de nuestros
compatriotas, hecho que debería causar aberración en todos los peruanos e ir

buscando una solución desde ahora, a fin de que nuestras futuras generaciones
crezcan sin este mal.

Finalmente, el reconocimiento deberá ir acompañado de la aceptación de todo
peruano a nuestra realidad como país multicultural y deberá servirnos para
eliminar nuestras diferencias y proyectarnos hacia el futuro como una nación
más unida donde exista un trato más justo para cada uno de nuestros
compatriotas.

Sponsor Documents

Or use your account on DocShare.tips

Hide

Forgot your password?

Or register your new account on DocShare.tips

Hide

Lost your password? Please enter your email address. You will receive a link to create a new password.

Back to log-in

Close