RESTOS ARQUELOGICOS

Published on January 2017 | Categories: Documents | Downloads: 43 | Comments: 0 | Views: 52
of 6
Download PDF   Embed   Report

Comments

Content


Encontrado el cuerpo del Rey Ricardo
III
Posted on 10/02/2013
Un solar en la ciudad de Leicester destinado a aparcar coches ha otorgado un descubrimiento
muy importante para la Historia del Reino Unido. Nada más y nada menos que el esqueleto del
último Rey muerto en combate. Ahí, al pie del cañón. Como si el mismísimo Ken Follet
hubiera escrito su fatídico y honorable final.



Los estudios osteoarqueológicos llevados a cabo por la Universidad de Leicester, y
encabezados por el arqueólogo Richard Buckley, se han apoyado en las pruebas de ADN y de
carbono 14 para establecer que los huesos pertenecen a la familia real (¡por eso de la sangre
azul!). De ahí que hayan planteado la hipótesis, “más allá de dudas razonables” como dice el
arqueólogo, de que se trate del rey Ricardo III que murió en combate en la batalla de Boswirth
en 1485, con 32 años, último monarca de la casa de York que cayó a manos de quién le relegó
en el poder, Enrique VII de los Tudor.
El cuerpo se ha encontrado con numerosas heridas de batalla. Parece ser que el cráneo de tan
ilustre cadáver tiene una serie de golpes y cortes de espada que dieron muerte al desventurado y
de paso, otorgó a su nombre el premio de la eternidad.
La imagen que imaginábamos del encuentro de un neandertal y uno de los primeros humanos no
se dio en la Península Ibérica. Esa es la conclusión a la que ha llegado un equipo internacional en
el que participan investigadores de Australian National University, Universidad de Oxford,
UPV/EHU, Universidad de Maryland, Universitat de Girona y Universidad de Oviedo, tras volver a
datar restos de tres cuevas situadas en la ruta de entrada por los Pirineos de los primeros seres de
nuestra especie: L'Arbreda, Labeko Koba y La Viña. El artículo, titulado The chronology of the
earliest Upper Palaeolithic in northern Iberia: New insights from L'Arbreda, Labeko Koba and La
Viña, se publica en Journal of Human Evolution.

Para datar restos prehistóricos hasta ahora se venía utilizando el carbono 14, un isotopo radiactivo
que con el paso de los años va desapareciendo. Cuando han transcurrido unos 40.000 años, es
decir, aproximadamente el periodo de llegada de los primeros humanos a Europa, la porción que
queda es tan pequeña que se puede contaminar fácilmente y hacer que las fechas parezcan más
recientes. Fue a partir de 2005 cuando se comenzó a aplicar una nueva técnica, la que se utiliza
para purificar el colágeno en pruebas de ADN. Con este método se consigue la porción de materia
orgánica original, desprendiendo toda la contaminación posterior.

Y, con esta nueva técnica, en yacimientos clave de toda Europa los científicos van llegando a las
mismas conclusiones: "Vemos que la llegada de nuestra especie a Europa se produjo unos 8.000
años antes de lo que se pensaba, y donde podemos ver las dataciones más antiguas de nuestra
especie y las más recientes del neandertal vemos que, en un marco regional concreto, no hay
superposición", explica Alvaro Arrizabalaga, profesor del departamento de Geografía, Prehistoria y
Arqueología y, junto a María José Iriarte y Aritza Villaluenga, uno de los investigadores de la
UPV/EHU que ha participado en el estudio.


Imágenes de la excavación de Labeko Koba. (Foto: EHU)

Las tres cuevas elegidas para la investigación recién publicada se encuentran en Girona
(L'Arbreda), Gipuzkoa (Labeko Koba) y Asturias (La Viña), es decir, en los extremos occidental y
oriental de los Pirineos, por donde se produce el flujo de poblaciones y animales entre la península
y el continente. "L'Arbreda está en el paso oriental; Labeko Koba, en el valle del Deba, se
encuentra en el pasillo de entrada por los Pirineos Occidentales (Arrizabalaga e Iriarte la excavaron
de urgencia en 1988 antes de que fuera destruida por la construcción de la variante de Arrasate) y
La Viña tiene el valor de paradigma, pues proporciona una secuencia magnífica del Paleolítico
Superior, es decir, del comportamiento técnico y cultural de los cromañones durante la última
glaciación", señala Arrizabalaga.

La selección de restos fue muy estricta y solo se admitieron útiles elaborados con huesos o, en su
defecto, huesos con huellas claras de actividad humana, en general, con marcas de descarnizado,
es decir, de cortes en las zonas de los tendones para retirar el músculo. "La curva de Labeko Koba
es la más consistente de las tres, que a la vez son las más consistentes de la Península Ibérica",
explica Arrizabalaga. En Labeko Koba se dataron 18 restos, y los resultados son totalmente
convergentes con respecto a su posición estratigráfica, es decir, los que aparecieron en las capas
más profundas son los más antiguos.
El doctor Jo Appleby, osteoarqueólogo de la Escuela Universitaria de Arqueología e Historia
Antigua va más allá y cataloga las heridas que muestra el cuerpo de “humillantes”. Es decir,
que hubo ensañamiento. Y para colmo, las evidencias arqueológicas indican que se le dio
sepultura en un estrecho agujero sin ningún tipo de honor.
Muerto en combate.
Sacan a la luz el esqueleto de
un faraón desconocido cuya
tumba fue profanada
Unos arqueólogos, trabajando en un yacimiento arqueológico de Abidos, en el sur de
Egipto, han descubierto la tumba de un faraón previamente desconocido: Woseribre
Senebkay. El hallazgo constituye también la primera prueba material de la existencia de
una dinastía olvidada del Antiguo Egipto, de entre los años 1650 y 1600 a. C.,
aproximadamente.

Trabajando en cooperación con el Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto, un
equipo del Museo de Arqueología y Antropología de la Universidad de Pensilvania en la
ciudad estadounidense de Filadelfia descubrió la tumba del rey Senebkay en las
proximidades de una tumba real más grande, identificada no mucho tiempo atrás como
perteneciente al rey Sobekhotep (probablemente Sobekhotep I, de hacia 1780 a. C.).

El descubrimiento de la tumba de Senebkay es la culminación de un trabajo que se inició
durante el verano de 2013, cuando el equipo de la Universidad de Pensilvania, dirigido por
Josef Wegner, conservador adjunto de la sección de egiptología del citado museo,
descubrió una enorme cámara del sarcófago de 60 toneladas, en el sur de Abidos. De
forma misteriosa, el sarcófago había sido extraído de su tumba original y reutilizado en
una posterior, pero el verdadero propietario original seguía siendo desconocido cuando
finalizó la temporada de verano.

Durante las últimas semanas de excavaciones, han aparecido detalles fascinantes de una
serie de tumbas reales y de una dinastía perdida en Abidos. Los arqueólogos saben ahora
que la gigantesca cámara del sarcófago procede de una tumba real construida
originalmente para el faraón Sobekhotep, probablemente Sobekhotep I, el primer rey de la
Decimotercera Dinastía egipcia. Fragmentos de la estela fúnebre de ese faraón
aparecieron hace muy poco delante de la tumba recién descubierta, aunque saqueada
mucho tiempo atrás.


A la izquierda, miembros del equipo durante la excavación en la cámara de enterramiento
del faraón Woseribre Senebkay. A la derecha, el esqueleto de Woseribre Senebkay.
Rodeando a éste, de izquierda a derecha, se encuentran Matt Olson, Alexander Wegner y
Paul Verhelst, de la Universidad de Pensilvania. (Fotos: Izquierda: Josef Wegner, Penn
Museum. Derecha: Jennifer Wegner, Penn Museum)

La tumba que se acaba de encontrar del faraón Senebkay data de aproximadamente el
año 1650 a. C., durante el Segundo Período Intermedio del Antiguo Egipto. La
identificación fue realizada por Wegner y Kevin Cahail de la Universidad de Pensilvania.
La tumba de Senebkay consiste en cuatro cámaras, con una cámara fúnebre decorada
con piedra caliza. La cámara de enterramiento está pintada con imágenes de las diosas
Nut (o Nuit), Neftis, Selket (o Serket), e Isis, flanqueando el sepulcro del faraón.

El faraón Woseribre Senebkay fue momificado originalmente, pero hace mucho tiempo
unos saqueadores de tumbas profanaron el mausoleo, desvalijaron todo el contenido que
consideraron valioso, arrancando incluso revestimientos ornamentales de las superficies
de la tumba, y despedazaron el cadáver.
A pesar de los graves destrozos, los arqueólogos del Museo de Arqueología y
Antropología de la Universidad de Pensilvania recuperaron los restos del rey Senebkay de
entre los escombros de su sarcófago, su máscara fúnebre y otros elementos. Trabajos
preliminares sobre el esqueleto de Senebkay, hechos por Paul Verhelst y Matthew Olson
de la citada universidad, indican que era un hombre con una estatura de alrededor de
1,75 metros (unos 5 pies con 10 pulgadas), y que murió entre los 45 y los 50 años.

La tumba del faraón Senebkay es modesta. Un descubrimiento importante sobre esto es
el de los restos del arcón en el cual, siguiendo la tradición de la preparación de momias,
se depositaban los órganos internos de los cadáveres. Este arcón, hecho de madera de
cedro, había sido reutilizado tras su primer uso en la tumba cercana de Sobekhotep I, y
todavía llevaba el nombre de aquel faraón anterior. Tal reutilización en la tumba de
Senebkay de objetos procedentes de la cercana tumba de Sobekhotep, como la cámara
del sarcófago, ofrece evidencias bastante claras de que los recursos del Reino de Abidos
eran muy limitados, y que su situación económica estaba a la par.

A diferencia de otras dinastías, la de los faraones de Abidos esencialmente cayó en el
olvido e incluso se perdió el conocimiento de la ubicación de su Necrópolis Real, hasta su
hallazgo a raíz del descubrimiento de la tumba de Senebkay.

Información adicional

Copyright © 1996-2014 Amazings® / NCYT® | (Noticiasdelaciencia.com / Amazings.com).
Todos los derechos reservados.
Depósito Legal B-47398-2009, ISSN 2013-6714 - Amazings y NCYT son marcas registradas.
Noticiasdelaciencia.com y Amazings.com son las webs oficiales de Amazings.
Todos los textos y gráficos son propiedad de sus autores. Prohibida la reproducción total o
parcial por cualquier medio sin consentimiento previo por escrito.
Excepto cuando se indique lo contrario, la traducción, la adaptación y la elaboración de texto
adicional de este artículo han sido realizadas por el equipo de Amazings® / NCYT®.


Sponsor Documents

Or use your account on DocShare.tips

Hide

Forgot your password?

Or register your new account on DocShare.tips

Hide

Lost your password? Please enter your email address. You will receive a link to create a new password.

Back to log-in

Close