abogado..........

Published on May 2016 | Categories: Documents | Downloads: 27 | Comments: 0 | Views: 475
of 20
Download PDF   Embed   Report

Comments

Content

TECNOLOGO EN GESTION DE RECURSOS NATURALES

La liberación de reptiles es un tema bastante polémico. Los trabajos publicados muestran resultados dispares: con algunas especies éstos han sido bastante exitosos (JUVIK et al., 1993; CANTARELLI, 1993; CAYOT & MORILLO, 1993) y con otras fracasaron rotundamente, resultando perjudicial para las poblaciones silvestres de esas especies

Las principales razones que condujeron a esos fracasos, se pueden atribuir a la poca información existente en el campo de la veterinaria herpetológica y a la excesiva manipulación sufrida por los animales implicados en las tareas de rehabilitación-liberación A esas razones hay que sumarle las liberaciones indiscriminadas que se han realizado con buenas intenciones pero sin recaudos sanitarios o biológicos.

Este drástico impacto llevó a las autoridades de los Estados Unidos a prohibir totalmente la liberación de ejemplares de esta especie en su hábitat (incluso de los procedentes de centros de rehabilitación) y el Departamento de Parques y Recreación de California

Con el paso del tiempo se comprobó que ese impacto se debía en gran parte a la liberación masiva de animales enfermos (afectados por bacterias de los géneros Pasteurella y Mycoplasma), por parte de particulares (JACOBSON, op.cit.; BERRY, op.cit). Sin quererlo, pero por falta de asesoramiento técnico, la suelta de estos ejemplares (que vivieron bajo condiciones de cautiverio) puso en peligro potencial a

Como se aprecia en el Capítulo 7, las especies argentinas pueden ser portadoras de un número elevado de patologías o malformaciones, muchas veces provocadas por la estadía en cautiverio en condiciones inadecuadas o en regiones cuyas condiciones se contraponen con las de su origen. Por ejemplo, la mayoría de las tortugas terrestres que se mantienen cautivas en la Provincia de Buenos Aires o en Capital Federal sufren de malformaciones debido a las malas condiciones de alimentación (falta o exceso de proteínas, monodietas, etc.) o de alojo (pisos de parquet o cerámicos en donde patinan), y serían propensas a adquirir enfermedades

En realidad, la mayoría de los reptiles pueden ofrecer problemas sanitarios difíciles de determinar sin la aplicación de técnicas de análisis sofisticadas y costosas, situación agravada por la escasez de veterinarios capacitados profesionalmente para trabajar con herpetofauna.

Por todo esto recomendamos NO LIBERAR reptiles (especialmente, tortugas) criados o mantenidos bajo condiciones de cautiverio, en tanto no se avance en el conocimiento de las patologías que puedan afectar a las especies autóctonas y su adecuado tratamiento. Creemos conveniente derivar los ejemplares a centros especializados (estaciones de cría, zoológicos, institutos de investigación herpetológica, etc.) para que especialistas puedan desarrollar estudios sobre las distintas enfermedades y evalúen la factibilidad de recuperación sanitaria por parte de los ejemplares. Sólo recién se podrá decidir sobre el mejor destino para las tortugas que han permanecido parte de sus vidas en cautiverio.

La Fundación Vida Silvestre Argentina y la Asociación para la Conservación y Estudio de la Naturaleza (ACEN) han trabajado con cerca de 1.000 ejemplares de tortugas de tierra de tres especies (Chelonoidis chilensis, Ch. donosobarrosi y Ch. petersi). Conjuntamente con la Dirección Nacional de Flora y Fauna Silvestres, unas 650 de ellas pudieron ser reconstituidas a su hábitat en 1990 luego de que esta última las decomisara en comercios que las vendían ilegalmente. Se las sometió a chequeos sanitarios individuales para conocer su estado sanitario. Otras 220 tortugas, donadas por particulares, fueron integradas a un plan de rehabilitación. Las acciones estuvieron orientadas a determinar el estado sanitario de cada ejemplar donado -a través de exámenes realizados por profesionales (principalmente, a cargo del Dr. Alejandro Gonzalo)- y a evaluar los trastornos físicos, psíquicos y conductuales para modificarlos adecuadamente.

Se realizaron chequeos generales a cada ejemplar que ingresaba al plantel de rehabilitación, separando aquellos ejemplares que presentaban trastornos evidentes para tratarlos (hipercalcificación, problemas oculares, descalcificación, trastornos en la locomoción, prognatismo, lesiones y heridas externas importantes, desnutrición, malnutrición, etc.). Posteriormente se realizaron otros exámenes que comprendieron análisis de las mucosas, presencia o ausencia de hongos capilares o dérmicos (micosis o fungosis), el análisis de la orina (en aquellos

Un tercio de las 220 tortugas presentaron problemas sanitarios evidentes, particularmente aquellas que habían sido mantenidas cautivas en departamentos y en malas condiciones de cautiverio (por ejemplo, en patios o balcones sin tierra, en jardines con vegetación excesivamente alta o con una dieta inadecuada).

Como en otras especies, la rehabilitación requiere de realizar cambios en la dieta de los ejemplares y ambientar adecuadamente sus recintos, de forma tal que permitan cubrir las necesidades de recuperación, locomoción y refugio.

También se las estimuló -mediante golpes suaves y a través de la ayuda de animales (perros pequeños entrenados)- al desarrollo de reacciones defensivas (huida, repliegue, topetazos, etc.).

Los corrales para tortugas terrestres deben tener pisos de tierra, con vegetación que ofrezca a la vez alimento y refugio, bateas con agua, y sin calefacción (así se permite la invernación). Se desaconseja el mantenimiento de planteles en regiones húmedas

superficie mínima de los corrales de rehabilitación debe ser de 20 metros cuadrados por ejemplar. Estas dimensiones ya permitirían respetar los requerimientos de locomoción, el suministro de alimentos en distintos sectores, la posibilidad de confeccionar refugios excavados por ellas mismas, etc..

A lo largo de 17 meses de observación, de tratamiento sanitario (que implicó realizar tres chequeos intensivos a todo el plantel) y de rehabilitación, se individualizaron y separaron los ejemplares que presentaban signos de recuperación o que no manifestaron trastornos de ningún tipo, que pudieron determinarse a alguna de las formas conocidas (especie, raza, variedad) o cuya región de origen era conocida. Establecido un código de identificación, se las marcó mediante el muesqueo/limado de las placas laterales, para poderlas identificar y distinguir de otras tortugas que podrían habitar en las localidades de liberación.

Etapa 1 (Recepción y Cuarentena): en el caso de
planteles, separar inmediatamente los ejemplares con reales posibilidades de ser rehabilitados y aquellos que no (según trastornos y patologías ya descriptas). La cuarentena debe ser individual con ejemplares procedentes del cautiverio. Observar estructura general de los animales, la musculatura y la dureza

Etapa 2 (Rehabilitación):
corrales a "cielo abierto" con elevado número de grietas y otros refugios, además de plantas (de ser posible cactáceas). En zonas húmedas el pasto debe mantenerse corto para no acumular humedad. Control de la locomoción, del auto suministró selectivo, del número de machos y hembras por corral, según superficie disponible, estado sanitario y actitudes de cada ejemplar. Una sobrepoblación de machos puede originar peleas con lastimaduras importantes. Nuevo examen sanitario. Marcado de los ejemplares (por medio de muescas o aplicación de bandas). Se sugiere prestar especial atención a: a) la aceptación de diversos tipos de alimentos (frutos varios, hojas, brotes, flores y caracoles). b) el consumo de alimentos en distintos niveles del terreno (alto, medio y bajo), medibles a partir de la proyección del cuello, demostrando independencia del ofrecimiento humano.

c) las actitudes defensivas ante agresiones: escondiendo la cabeza y levantando las patas -especialmente las traseras- en Ch. donosobarrosi, o replegándose totalmente dentro del caparazón -a veces acompañado de empujones- en Ch. chilensis y Ch. petersi. d) durante la locomoción y en los "altos" que realizan mientras caminan, las patas deben sostener el cuerpo, elevándolo, a modo de pilares (no deben arrastrarse). e) las peleas entre machos durante el celo y cortejo (correspondiente a los meses cálidos). f) la construcción de cuevas u hoyos y aprovechamiento de refugios naturales g) la construcción de nidos, con las patas traseras, por parte de las hembras. i) el "asoleo" con miembros y cabeza fuera del carapacho y distendidos. j) las cópulas durante el verano.

Etapa 3 (Transporte - liberación): atendiendo a las recomendaciones de muchos especialistas, sugerimos abstenerse de liberar ejemplares en general, y en particular cuando su origen resulte incierto, su estado sanitario no esté bien determinado o cuando su identidad taxonómica ofrezca dudas. Respetar la densidad y composición de las poblaciones locales

Etapa 4 (Seguimiento): no sólo es interesante monitorear a los animales que se hayan liberado, sino también los decomisados por las autoridades, chequeando si se encuentran marcados. La presencia de animales marcados en comercios de mascotas ilegales podría determinar la colecta de ejemplares liberados con anterioridad.

TECNOLOGO NATURALES

EN

GESTION

Sponsor Documents

Or use your account on DocShare.tips

Hide

Forgot your password?

Or register your new account on DocShare.tips

Hide

Lost your password? Please enter your email address. You will receive a link to create a new password.

Back to log-in

Close