Leslie

FUNDAMENTACIÓN
Según lo dicho por Esther Martínez García las conexiones cerebrales se estimulan
a través de los sentidos, por eso es importante que los niños pequeños puedan
asimilar imágenes, sonidos, texturas y olores. Entre más experiencias sensoriales
tengan sus pequeños, mayor será el estímulo a su cerebro.
Este contacto físico es fuente de desarrollo infantil, que se ve reforzado cuando
madres y padres dedican un tiempo diario a acariciar y abrazar a sus hijos. A
hablar con los niños, entonar canciones infantiles, recitar pequeños poemas con
ellos en una experiencia que estrecha más la relación padres-hijos.
Es la etapa preescolar, empieza la guardería o el colegio. Es una fase muy
importante a nivel emocional, el niño es consciente de que tiene un espacio propio
lejos de su familia (la escuela) y que tiene unas normas y las tiene que cumplir
que, muchas veces, se oponen a lo que al niño le gustaría hacer.
Además es necesario que en el colegio aprovechen todas las oportunidades para
experimentar con diferentes texturas, sabores y temperaturas. Disfruten juntos un
paseo y observen y sientas el clima que los envuelve. Compartan todo el tiempo
que puedan con sus hijos, ellos se sentirán amados, seguros y protegidos.
En algunos casos la separación de los padres puede ser dramática y el niño, al
dejarlo en la escuela, llora desconsoladamente o bien hace alguna rabieta. Con el
paso de los días de escuela, este fenómeno va suavizándose hasta desaparecer.
El colegio es una rutina más de su vida que disfruta y le gusta.
Estas sanas emociones permiten al niño adaptarse mejor a nuevas situaciones en
el mundo que lo rodea. Se sentirá aceptado y podrá aceptar a otros, trabajar en
grupos y no perder el control o presentar problemas en su conducta. Factores que
son importantes para que se sientan a gusto y disfruten su ingreso al colegio y
desarrollen destrezas, actitudes y hábitos necesarios para el aprendizaje, la
convivencia y su vida futura.
Según Jean Piaget conforme los niños se desarrollan se adaptan a las
experiencias ambientales y las organizan de manera que cambian
progresivamente donde el niño puede adoptar las estrategias de un modo de
operar solo si ha superado las de la etapa anterior.
Durante el desarrollo los niños no solo crecen muy rápido sino que también
cambian marcadamente las proporciones de su cuerpo, como también a la vez
adquieren habilidades motoras de las más simples a las más complejas.
Por medio de la actividad motora y con el logro de la marcha, el niño conquista el
espacio, igualmente, desarrolla en él sentimientos de poder, auto-conocimiento,
seguridad y autonomía.

El desarrollo emocional es un aspecto fundamental del desarrollo de nuestra
personalidad y comenzamos a mostrar nuestras emociones, justamente desde el
nacimiento. El estudio de la emoción, especialmente en la infancia, es muy difícil
de determinarla con exactitud; no obstante, con base en lo que podemos ver, el
llanto, la sonrisa, la risa y la manera cómo responden los niños a las personas y
cosas que los rodean, se puede tratar de explicar lo que se cree que ocurre.
La conducta emocional involucra varios procesos existentes como percepción,
pensamiento y comunicación, y dependen de los factores de maduración, o sea,
de la capacidad de responder afectivamente, la cual determina la clase de
estímulos capaces de evocar una reacción emocional.
El psicólogo estadounidense G. Stanley Hall afirmó que la adolescencia es un
periodo de estrés emocional producido por los cambios psicológicos importantes y
rápidos que se producen en la pubertad. Sin embargo, los estudios de la
antropóloga estadounidense Margaret Mead mostraron que el estrés emocional es
evitable, aunque está determinado por motivos culturales. Sus conclusiones se
basan en la variación existente en distintas culturas respecto a las dificultades en
la etapa de transición desde la niñez hasta la condición de adulto. El psicólogo
estadounidense de origen alemán Erik Erikson entiende el desarrollo como un
proceso psicosocial que continúa a lo largo de toda la vida.