Mandamientos Abogado

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Interpretación de cada uno de ellos.

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UNIVERSIDAD PRIVADA ANTENOR ORREGO
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS
ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

“MANDAMIENTOS DEL ABOGADO”
CURSO
DOCENTE

CICLO

:
:

:

TEORÍA GENERAL DEL PROCESO

DR. MARIO DIEZCANSECO

III

TRUJILLO – PERÚ
2015

DECÁLOGO DE SAN IVO
(1253-1303).

Abogado. Patrono de la Abogacía.

I. EI Abogado debe pedir ayuda a Dios en sus trabajos, pues Dios es el primer
protector de la Justicia.
II. Ningún Abogado aceptará la defensa de casos injustos, porque son perniciosos a
la conciencia y al decoro profesional.
III. El Abogado no debe cargar al cliente con gastos excesivos.
IV. Ningún Abogado debe utilizar, en el patrocinio de los casos que le sean
confiados, medios ilícitos o injustos.
Siempre el abogado debe actuar
V. Debe tratar el caso de cada cliente como si fuese el suyo propio.
VI. No debe evitar trabajo ni tiempo para obtener la victoria del caso que tenga
encargado.
VII. Ningún Abogado debe aceptar más causas de las que el tiempo disponible le
permite.
VIII. El Abogado debe amar la Justicia y la honradez, tanto como las niñas de sus
ojos.
IX. La demora y la negligencia de un Abogado causan perjuicio al cliente y cuando
eso acontece, debe indemnizarlo.

X. Para hacer una buena defensa el Abogado debe ser verídico, sincero y lógico.

DECÁLOGO DE ANGEL OSSORIO Y GALLARDO (1873-1946).
Abogado. Decano del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid
(1930-1933)

I. No pases por encima de un estado de tu conciencia.
II. No aceptes una convicción que no tengas.
III. No te rindas ante la popularidad ni adules la tiranía.
IV. Piensa siempre que tú eres para el cliente y no el cliente para ti.
V. No procures nunca en los tribunales ser más que los magistrados pero no consientas ser
menos.

VI. Ten fe en la razón que es lo que en general prevalece.
VII. Pon la moral por encima de las leyes.
VIII. Aprecia como el mejor de los textos el sentido común.
IX. Procura la paz como el mayor de los triunfos.
X. Busca siempre la justicia por el camino de la sinceridad y sin otras armas que las de tu
saber.

"El alma de la toga" (Buenos Aires, l975, 8ª edición)

DECÁLOGO DE EDUARDO J. COUTURE (1904-I957).
Abogado. Catedrático del Derecho Procesal de la Universidad de Montevideo.
I. Estudia. El Derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos serás cada día
un poco menos Abogado.

II. Piensa. El Derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando.
III. Trabaja. La Abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de la Justicia.
IV. Lucha. Tu deber es luchar por el Derecho, pero el día que encuentres en conflicto el
Derecho con la Justicia, lucha por la Justicia.
V. Sé leal. Leal con tu cliente al que no puedes abandonar hasta que comprendas que es
indigno de ti. Leal para con el adversario, aun cuando el sea desleal contigo. Leal para con
el Juez que ignora los hechos, y debe confiar en lo que tu le dices y que, en cuanto al
Derecho, alguna que otra vez debe confiar en el que tú le invocas.
VI. Tolera. Tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres que sea tolerada la
tuya.
VII. Ten paciencia. EI tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su colaboración.
VIII. Ten fe. Ten fe en el Derecho, como el mejor instrumento para la convivencia
humana; en la Justicia, como destino normal del Derecho; en la Paz como substitutivo
bondadoso de la Justicia; y sobre todo, ten fe en la Libertad, sin la cual no hay Derecho, ni
Justicia, ni Paz.
IX. Olvida. La Abogacía es una lucha de pasiones. Si en cada batalla fueras llenando tu
alma de rencor llegaría un día en que la vida sería imposible para ti. Concluido el combate,
olvida tan pronto tu victoria como tu derrota.
X. Ama tu profesión. Trata de considerar la Abogacía de tal manera que el día que tu hijo
te pida consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proponerle que sea Abogado.

"Los mandamientos del abogado" (Buenos Aires, 1949)

COMENTARIO

Una vez que se inicia el estudio del derecho, este jamás cesa. Es natural para los juristas
que la vida profesional sea igual a la vida estudiantil, es decir una constante actualización,
revisión y ampliación de conocimientos.
El abogado es además de conocimientos, la practica misma de la profesión. Una vez que se
terminó la carrera y se obtiene el titulo no basta conformarse con los conocimientos básicos
sino que estos deben ser acrecentados y empleados hábilmente, buscando siempre lograr la
mejor situación posible para la causa que representamos.
La abogacía es un reto diario, continuo .El derecho debe estar al servicio de la justicia, pero
cuando no lo este, el jurista tutor en su sociedad de los deberes democráticos debe luchar
por la natural coherencia de la norma con lo universalmente bueno y correcto
El abogado debe ser fiel a su cliente, y antes que a este, a sí mismo. Para que una causa sea
bien defendida debe primer forjar la convicción de ser correcta y lícita. El abogado debe
estar a la altura de la situación siempre ante sus contra partes y ante los jueces, pues nunca
termina de enseñar ni de aprender cada día más.
El respeto por la opinión contraria debe ser uno de los pilares que engrandezca a un
abogado, la serenidad con la que se debate una causa noble contra cualquier argucia es
siempre loable y su reconocimiento está más allá de los honorarios.
Se debe tomar en cuenta que la justicia no siempre se aplicará, ya que cada procedimiento
o juicio nunca se ha de basar en lo real si no en lo que las partes ofrezcan con mayor
prontitud, un ejemplo, de ellos son las pruebas, ya que la mayoría de estas no son legales
porque lamentablemente son compradas y de esa manera se convierten en ilícitas.
El profesional que no tenga paciencia el tiempo jamás lo favorecerá, ya que para todo
siempre debe existir este elemento en virtud de que un juicio no se logra con prontitud, si
no que se tendrá que esperar que las etapas del procedimiento se cumplan para cumplir de
esta forma con lo establecido por las normas jurídicas que nos rigen. Para culminar, la
paciencia es uno de los requisitos esenciales para que el abogado pueda tener éxito y lograr
todos sus fines y metas propuestas.

Los abogados no deben guiarse por el poder y la economía si no por la justicia, ya que esta
no se aplica para quien se la merece sino para quien tenga más dinero y poder. El
instrumento del abogado debe ser la paz.
En la ardua lucha que se lleva a cabo en las cortes, no siempre quien tiene la verdad ha de
ganar, pero de alguna forma u otra nunca pierde completamente.
La abogacía es un conflicto entre dos personas que al momento de estar en litigio dentro de
un juicio no solo deben pelear por sus intereses sino como una oportunidad para demostrar
su capacidad intelectual y conocimiento tanto empírico como teórico y aplicarlo
adecuadamente para hacer valer los derechos de cierta persona y así conseguir justicia.
El abogado debe, olvidar tan pronto su victoria como su derrota” logramos la victoria o
derrota solo debemos verla como un fin o meta que logramos alcanzar, dentro de un
proceso. Y estar conscientes de seguir fortaleciendo nuestros conocimientos teóricos y
prácticos para abordar un nuevo procedimiento.
La profesión debemos de verla como una de las tantas profesiones que no solo deben
ejercerse, sino también sentirla para con orgullo podamos decir con toda seguridad que el
ser abogado es lo mejor que hemos elegido.

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